Su aroma intenso, producto de los aceites esenciales presentes en sus hojas, impregna el aire con una sensación limpia y natural. Ya sea en una maceta del balcón o en un cantero del patio, la albahaca logra lo que pocas especies pueden: perfumar el ambiente y, al mismo tiempo, mantenerlo libre de plagas.
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En el jardín, las plantas y la jardinería encuentran su aroma más natural.
Perfume natural y defensa silenciosa
La albahaca (Ocimum basilicum) desprende un perfume que resulta agradable para las personas, pero molesto para insectos como los mosquitos, moscas y hormigas. Esta combinación de cualidades la convierte en una opción ideal para tener cerca de ventanas, puertas o zonas donde se suele pasar el tiempo al aire libre.
No requiere demasiados cuidados: con unas horas de sol diarias y riego moderado, crece vigorosa y frondosa. A diferencia de otras plantas aromáticas, la albahaca florece durante varios meses seguidos, ofreciendo pequeñas flores blancas o lilas que atraen mariposas, pero repelen insectos indeseados.
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En el jardín, las plantas y la jardinería encuentran su aroma más natural.
Un estudio del Instituto de Biología Agrícola de la Universidad Nacional de Tucumán confirmó que los compuestos naturales de la albahaca, como el eugenol y el citronelol, tienen propiedades repelentes y antibacterianas, lo que explica su eficacia frente a insectos domésticos y su uso tradicional en hogares rurales.
Jardinería práctica y beneficios que van más allá del aroma
En la actualidad, esta planta no solo es parte de la jardinería decorativa, sino también de la cocina y la medicina natural. Sus hojas frescas son ideales para preparar infusiones digestivas, pestos y aceites aromáticos. Además, mejora la calidad del aire interior al liberar oxígeno y absorber compuestos volátiles presentes en el ambiente.
Otra ventaja es su capacidad de regenerarse: basta con cortar una rama y colocarla en agua para obtener una nueva planta en pocos días. Por eso, quienes la incorporan a su jardín suelen multiplicarla sin esfuerzo y compartirla con vecinos o familiares.
La albahaca es mucho más que un condimento. Es una aliada silenciosa que perfuma, protege y embellece cualquier rincón, convirtiendo cada espacio verde en un lugar lleno de vida y frescura.