El asado argentino siempre deja una parrilla llena de cenizaque suele terminar luego en la basura. Lo que pocos conocen es que, si se usa de manera correcta, la ceniza de leña funciona como fertilizante natural, corrector del suelo y hasta como barrera contra ciertas plagas.
Además, al ser un producto que se obtiene de otro, como es el caso de la leña que se usó para cocinar, se presenta como una alternativa económica frente a fertilizantes comerciales.
La ceniza, un fertilizante natural y accesible para tus plantas
Lejos de ser un desecho inútil, la ceniza concentra minerales que las plantas pueden aprovechar. Su composición depende del tipo de madera utilizada, pero en general contiene potasio, calcio y magnesio, tres nutrientes fundamentales para el desarrollo vegetal.
El potasio, por ejemplo, favorece la floración y la producción de frutos; el calcio fortalece los tejidos y evita la pudrición de raíces, y el magnesio resulta clave para la fotosíntesis.
Aplicada en pequeñas cantidades, la ceniza ayuda a mejorar la calidad del suelo. Su carácter alcalino permite neutralizar terrenos ácidos y equilibrar el pH, algo beneficioso para especies como lavanda, romero o hortensias, que prosperan mejor en suelos con menor acidez.
Cómo aplicarla de manera correcta
La clave está en no excederse. Una capa muy gruesa puede compactar el suelo, impedir la absorción de agua y dañar a las plantas.
- Lo recomendable es esparcir un puñado sobre la superficie de la tierra y luego incorporarlo con un ligero rastrillado o mezclándolo con compost.
- También puede diluirse en agua, una cucharada sopera por litro es suficiente para preparar un riego rico en nutrientes.
- Otra aplicación común es utilizarla alrededor de la base de los cultivos, formando un pequeño círculo. Este anillo actúa como barrera física frente a plagas como babosas y caracoles, que evitan desplazarse sobre superficies secas y polvorientas.
Qué precauciones tener en cuenta
No toda ceniza sirve. Es importante que provenga de leña natural, sin barnices, pinturas ni aditivos químicos, ya que esos residuos pueden ser tóxicos para las plantas y el suelo.
Tampoco se recomienda usarla en exceso en cultivos que prefieren suelos ácidos, como los arándanos, frutillas o azaleas, porque podría alterar negativamente el equilibrio del terreno.
Además, es mejor esperar a que la ceniza esté completamente fría y seca antes de manipularla. Guardarla en un recipiente hermético ayuda a conservarla en buenas condiciones hasta el momento de usarla.