Planear una mudanza no tiene por qué ser sinónimo de desorden o estrés. El primer paso para lograrlo es anticiparse. Los especialistas recomiendan preparar todo al menos un mes antes del traslado, pedir permisos laborales, coordinar fechas con la empresa de transporte y reunir materiales de embalaje como cajas, cintas y etiquetas.
La planificación también implica reducir lo que se lleva. Si hay objetos que no se usan hace más de dos años, es momento de dejarlos ir. Regalarlos, donarlos o venderlos no solo aligera la mudanza, sino que permite empezar una nueva etapa con menos peso físico y emocional.
Ordenar, proteger y rotular: los tres mandamientos de la mudanza
Una mudanza eficiente depende de la organización. Empacá por categorías, primero los objetos que menos usás, luego los más voluminosos y, al final, los esenciales. Guardar los artículos por ambientes o tipo de uso facilita tanto el traslado como el desempacado.
Los objetos frágiles deben envolverse con papel de seda o plástico de burbujas y marcarse claramente como “frágil” para evitar roturas. Las cajas, por su parte, conviene rotularlas con el contenido y el ambiente de destino, por ejemplo “cocina” o “dormitorio”, para encontrar todo fácilmente al llegar al nuevo hogar.
Un buen truco es preparar una “caja de la primera noche”: incluir pijamas, artículos de higiene, cargadores, toallas y algo de vajilla. Esto evita el estrés de buscar entre montones de cajas cuando solo se quiere descansar después del traslado.
Cuidar lo emocional también cuenta
Más allá del esfuerzo físico, mudarse es un proceso emocional. Implica cerrar etapas, soltar objetos con historia y abrirse a nuevas experiencias. Expertos recomiendan digitalizar recuerdos, fotografías, cartas o dibujos, para conservar su valor simbólico sin ocupar espacio físico.
También se sugiere agradecer al hogar que se deja atrás. Despedirse conscientemente, como propone la japonesa Marie Kondo, ayuda a asumir la mudanza como un cambio positivo y no como una pérdida.
Al llegar al nuevo espacio, dedicar tiempo a limpiar, ordenar y decorar con calma puede transformar la sensación de cansancio en entusiasmo. Estrenar casa no solo es habitar otro lugar, es la oportunidad perfecta para renovar hábitos, simplificar la vida y empezar de nuevo con energía y orden.