3 de septiembre de 2025 - 09:21

Franco Berrino, epidemiólogo de 81 años: "En el desayuno nada de azúcares añadidos. Café de vez en cuando porque crea adicción"

La alimentación con alimentos naturales influye en la salud y ayuda a prevenir enfermedades, reforzando hábitos que sostienen el bienestar integral.

A los 81 años, el médico italiano Franco Berrino sigue siendo un nombre de peso en el campo de la nutrición y la epidemiología. Conocido por sus investigaciones sobre la relación entre alimentación y cáncer, es considerado una verdadera autoridad en la prevención de enfermedades.

Durante décadas trabajó en el Instituto Nacional de Tumores de Milán y se transformó en un referente para quienes buscan un estilo de vida sano y sostenible.

Berrino ha promovido con convicción una dieta rica en alimentos integrales, legumbres, frutas y verduras de temporada, acompañada de actividad física, meditación y contacto humano de calidad. Su mensaje trasciende la mera dieta: para él, la salud también está en la forma en que vivimos, amamos y nos relacionamos con el entorno.

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La alimentación basada en alimentos naturales mejora la salud y previene enfermedades.

La alimentación basada en alimentos naturales mejora la salud y previene enfermedades.

Una vida marcada por la prevención y la ciencia

La carrera de Berrino está atravesada por hitos que transformaron la manera de entender la ciencia de la nutrición. En 1985 impulsó el estudio Ordet, que reveló la relación entre los niveles de testosterona y glucosa en sangre y la incidencia del cáncer de mama en mujeres. Más tarde lideró el proyecto Diana, que probó cómo una alimentación baja en azúcares refinados y rica en cereales integrales y verduras podía reducir esos indicadores de riesgo en apenas cinco meses.

Para Berrino, estas conclusiones son una prueba contundente de que la alimentación no es solo una suma de nutrientes, sino también una fuente de energía vital capaz de cambiar el rumbo de la salud pública. Por eso repite una y otra vez que la verdadera medicina no está únicamente en los fármacos, sino en lo que ponemos en el plato cada día.

Una filosofía de vida más allá de la mesa

Más allá de los datos, Berrino insiste en que la clave de la longevidad está en un conjunto de prácticas simples pero consistentes:

  • Movimiento diario: desde el saludo al sol hasta ejercicios tibetanos o clases de tango.

  • Meditación y respiración consciente, para mantener la mente enfocada.

  • Relaciones humanas plenas, porque —como él mismo afirma— “el amor es la medicina más poderosa que tenemos”.

Ese último punto es hoy, en su vejez, el que más subraya. Recientemente se casó en secreto con Cinzia Borino, a quien conoció tras la pandemia. Juntos, dice, han descubierto la importancia de compartir alegría, belleza y compañía, incluso cuando las biografías ya parecen escritas.

La mesa según Berrino

El epidemiólogo sostiene que la primera batalla de la salud empieza en el desayuno. Su propuesta es clara: nada de azúcares añadidos y solo un poco de café de vez en cuando, porque “crea adicción”. En su lugar, recomienda muesli, fruta cocida, semillas, pan integral, té verde o infusiones.

En el almuerzo, sus sugerencias pasan por cereales integrales, verduras, legumbres y preparaciones simples pero nutritivas: cuscús con vegetales, puré de habas con achicoria o cebada con lentejas negras. Sobre la carne, su postura es firme: debe consumirse con moderación, apenas un par de veces al año. La cena, en su caso, es mínima o inexistente, aunque entiende su valor social como espacio de encuentro familiar.

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La alimentación basada en alimentos naturales mejora la salud y previene enfermedades.

La alimentación basada en alimentos naturales mejora la salud y previene enfermedades.

Para él, apostar por alimentos locales y de temporada es una forma de cuidar la biodiversidad y, al mismo tiempo, resistir al avance de la comida ultraprocesada que, según alerta, “engaña al paladar, pero envenena el cuerpo”.

Crítico del sistema y defensor de la conciencia colectiva

Berrino no duda en señalar los intereses económicos detrás de la industria alimentaria y farmacéutica. “La verdadera prevención está en la valentía de eliminar las causas de las enfermedades: tabaco, azúcares, alimentos industriales”, asegura. A su juicio, la medicina actual “repara órganos dañados”, pero descuida la educación y la prevención a través de la alimentación y los estilos de vida.

Por eso, defiende una “resistencia alimentaria” que empieza con elecciones diarias conscientes: elegir lo natural frente a lo industrial, el movimiento frente al sedentarismo y el cultivo de vínculos frente al aislamiento.

Una longevidad con sentido

Lejos de temerle a la muerte, Berrino asegura que quiere llegar a ese momento con conciencia y sin enfermedades que opaquen la experiencia de la vida. “Lo que deseo es envejecer bien, sin ser una carga para nadie”, confiesa.

Su mensaje final es claro: vivir más y mejor no depende solo de la genética o de la medicina de alta tecnología, sino de gestos sencillos y persistentes que empiezan cada mañana. Comer con moderación, moverse con alegría, cultivar la mente y el corazón: esas son, según Franco Berrino, las verdaderas claves de una vida plena.

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