El deterioro de las persianas es un proceso causado por la exposición continua al polvo, la contaminación urbana y las condiciones climáticas adversas como la lluvia, el viento, la nieve o el granizo. A pesar de ser una parte visible y funcional del hogar, las persianas suelen quedar fuera de la rutina regular de limpieza.
El proceso de limpieza adecuado
- El proceso de limpieza empieza con quitar el polvo superficial. Usar la boquilla fina de una aspiradora es eficaz para eliminar residuos de las ranuras. Se recomienda acoplar un cepillo para desprender partículas más adheridas.
- Luego, se procede a eliminar manchas con métodos adaptados al material de la persiana. Para las de PVC, se emplea una mezcla de agua caliente y jabón de platos aplicada con un paño que no desprenda pelusa.
Tips para que elijas las persianas de tu casa
Tips para que elijas las persianas de tu casa
Qué hacer si la suciedad se mantiene
Si hay suciedad persistente, se puede diluir un tapón de amoníaco en un litro de agua, siempre con guantes.
- Las persianas de aluminio deben limpiarse con un paño humedecido en agua tibia o limpiacristales, sin utilizar amoníaco o vinagre, ya que podrían dañar el acabado.
- Si presentan grasa acumulada, se puede recurrir a un desengrasante o un jabón fuerte.
- En las de madera, se usa vinagre blanco o de manzana diluido en partes iguales con agua. Este compuesto limpia, desinfecta y nutre la madera. Tras aplicar la mezcla con un paño, se debe pasar un trapo húmedo solo con agua para eliminar residuos.
- Cuando se tiene acceso a la cara exterior de la persiana, se recomienda extenderla completamente y limpiarla según el método correspondiente a su material.
Cómo realizar la limpieza de las persianas
Una alternativa poco utilizada
- Una alternativa eficiente para una limpieza más profunda es el uso de vapor. Se retira el polvo con aspiradora o plumero.
- Luego se aplica vapor sobre las láminas. Se debe prestar especial atención a las rendijas. La suciedad disuelta se elimina con un paño húmedo.
- Por último, se seca la persiana con un trapo seco, asegurándose de que no quede humedad antes de volver a enrollarla para evitar olores o deterioro por condensación. También es recomendable aprovechar la sesión para limpiar el marco y la correa.