Durante la temporada de frío, el uso de electrodomésticos para calefaccionar el hogar se incrementa notablemente. En el comedor, uno de los ambientes más utilizados, un artefacto en particular se destaca por su alto gasto energético. Se trata de la estufa eléctrica, que puede consumir más del doble que un televisor encendido de forma continua.
Por qué la estufa eléctrica es tan ineficiente
Las estufas eléctricas —como los caloventores y los radiadores de aceite— funcionan mediante resistencias que transforman electricidad en calor.
Aunque son fáciles de usar y accesibles, tienen un consumo energético elevado: entre 1500 y 2000 watts por hora, muy por encima de los 300 a 400 watts que puede usar un televisor encendido todo el día.
En hogares sin buen aislamiento o en zonas frías, este tipo de calefacción se vuelve una carga económica difícil de sostener.
Comparación con otros electrodomésticos del comedor
A diferencia de la estufa, otros aparatos como el televisor, la computadora o incluso una lámpara LED tienen consumos mucho más bajos y estables.
La estufa eléctrica, en cambio, requiere una gran cantidad de energía desde el momento en que se enciende, sin posibilidad de regulación automática o ahorro progresivo.
Recomiendan usar caloventores o estufas eléctricas sólo cuando el usuario esté en el lugar a calefaccionar y no dejarlos encendidos cuando esos espacios están vacíos. Foto: José Gutiérrez / Los Andes
Recomiendan usar caloventores o estufas eléctricas sólo cuando el usuario esté en el lugar a calefaccionar y no dejarlos encendidos cuando esos espacios están vacíos. Foto: José Gutiérrez / Los Andes
Por qué se sigue usando tanto este artefacto
El bajo costo inicial, el tamaño compacto y la practicidad de encendido son algunas de las razones por las que muchos hogares eligen la estufa eléctrica para calefaccionar el comedor.
Sin embargo, esta comodidad inmediata suele generar un gasto eléctrico muy elevado que se refleja en las boletas a fin de mes.
Alternativas más eficientes para calefaccionar el comedor
Opciones como los aires acondicionados inverter, los paneles calefactores o las estufas a gas natural pueden reducir considerablemente el consumo.
Incluso aplicar aislamiento térmico, usar cortinas gruesas o ropa abrigada dentro del hogar ayuda a minimizar la necesidad de recurrir a estos artefactos de alto consumo.