En el mundo del entrenamiento, donde las modas van y vienen, existe una disciplina sencilla y efectiva que gana cada vez más seguidores: el rucking. Este ejercicio consiste en caminar o marchar con una mochila cargada de peso y, aunque suene novedoso, sus orígenes se remontan a tiempos antiguos.
Rucking
Este tipo de ejercicio combina fuerza y resistencia.
El origen de este ejercicio
El rucking nació como una necesidad en los ejércitos: soldados de diversas épocas y culturas debían recorrer largas distancias transportando equipaje pesado. Registros históricos lo sitúan en el siglo VII a. C., y desde entonces se consolidó como parte esencial del entrenamiento militar.
El objetivo era desarrollar resistencia física, fuerza y fortaleza mental frente a las exigencias del campo de batalla. En la actualidad, esta práctica sigue formando parte del entrenamiento de fuerzas armadas en todo el mundo, pero su atractivo también conquistó a deportistas y aficionados al aire libre que buscan un ejercicio completo y funcional.
Beneficios del rucking en la vida cotidiana
Es un entrenamiento de cuerpo completo que no requiere de máquinas ni instalaciones especializadas. Investigadores destacan que ayuda a fortalecer las articulaciones, mejorar la densidad ósea y aumentar la resistencia cardiovascular. Al mismo tiempo, potencia la quema de calorías gracias al gasto energético adicional de cargar peso.
Más allá de los beneficios físicos, el rucking también impacta en la salud mental. Realizarlo al aire libre contribuye a reducir el estrés, elevar el ánimo y reconectar con el entorno natural. Esa combinación de ejercicio físico y contacto con la naturaleza lo convierte en una práctica atractiva tanto para deportistas experimentados como para principiantes que buscan un hábito saludable.
Rucking
Realizar este tipo de entrenamiento mejora la salud mental.
Qué se necesita para empezar
Aunque el rucking es accesible, contar con el equipamiento adecuado facilita la experiencia y previene lesiones:
- Mochila resistente: se puede comenzar con cualquier mochila, pero las diseñadas específicamente para rucking.- Peso: libros, botellas de agua o alimentos enlatados sirven para los primeros intentos.
- Calzado adecuado: Brindan mayor estabilidad que las zapatillas comunes, sobre todo en recorridos largos o con terreno irregular.
Los especialistas aconsejan empezar con un peso equivalente al 5–10 % del propio peso corporal. Una vez que el cuerpo se adapta, se puede aumentar progresivamente la carga, evitando sobrecargar las articulaciones.
Precauciones importantes
Aunque se trate de una actividad segura y adaptable, el rucking no está exento de riesgos si se realiza de manera inadecuada. El peso mal distribuido puede generar tensión en la columna y el cuello, mientras que la sobrecarga o el terreno irregular aumentan el impacto sobre rodillas y caderas. Por eso, es fundamental mantener una postura erguida.