El árbol frutal que alimenta y refugia a los pájaros durante todo el verano
Un árbol común que llena de frutos sus ramas en verano puede convertirse en un punto de encuentro y alimentación para pájaros como cardenales y petirrojos.
Ofrecer alimento natural a las aves a través de los árboles frutales no solo embellece el jardín, sino que también genera un punto de encuentro con la naturaleza.
La llegada del verano trae diversas frutas en distintos árboles, por eso los pájaros pueden sentirse atraídos en su paso por el jardín de casa. Pequeñas aves de colores intensos como el cardenal y el petirrojo pueden acercarse si encuentran alimento natural disponible. No se trata de una especie exótica ni difícil de mantener, solo necesita ciertos cuidados simples.
Este árbol ofrece frutos dulces en verano que resultan irresistibles para estas aves. Además de embellecer el jardín, puede contribuir a mantener la biodiversidad local y crear un ambiente vivo y dinámico. Su presencia genera una interacción natural entre plantas y aves, y puede ser una opción ideal para quienes disfrutan observar distintas especies en casa.
árbol y pájaros
Ofrecer alimento natural a las aves a través de los árboles frutales no solo embellece el jardín, sino que también genera un punto de encuentro con la naturaleza.
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La morera es un árbol que atrae petirrojos y cardenales
La morera roja (Morus rubra), es un árbol que se adapta bien a climas templados, lo cual permite cultivarla en diversos jardines.
Gracias a sus frutos carnosos y dulces representan una fuente importante de alimento para distintas aves en verano, especialmente cuando otras fuentes naturales disminuyen debido al calor.
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Ofrecer alimento natural a las aves a través de los árboles frutales no solo embellece el jardín, sino que también genera un punto de encuentro con la naturaleza.
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Los petirrojos son unos pájaros bastante admirables, al igual que los cardenales copete rojo. Estos buscan frutos blandos y nutritivos que puedan consumirse fácilmente.
Los frutos que ofrece este árbol cumplen con la necesidad de las aves, ya que el alimento que brindan aparece en el momento justo cuando los pájaros necesitan mayor energía.
Por eso, plantar una morera roja puede convertirse en una invitación abierta para que estas aves visiten el jardín, generando un entorno activo, colorido y lleno de sonidos característicos de la temporada.
El otro punto positivo de este árbol es que ofrece sombra, protección y una estructura ideal para el posado de las aves. Esto permite que no solo se acerquen para comer, sino que puedan permanecer más tiempo en el entorno, especialmente si existe agua disponible y vegetación que les brinde refugio.
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Ofrecer alimento natural a las aves a través de los árboles frutales no solo embellece el jardín, sino que también genera un punto de encuentro con la naturaleza.
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Cómo cuidar y cultivar la morera roja en casa para que brinde frutos en verano
La morera roja es un árbol resistente que necesita un espacio soleado del jardín para desarrollarse correctamente.
Prefiere suelos bien drenados, aunque puede adaptarse a varios tipos de tierra siempre que no permanezcan encharcados.
Para plantarla, se puede elegir un área donde pueda extenderse, ya que alcanza entre 9 y 15 metros de altura en su madurez. Sin embargo, puede mantenerse más pequeña con podas controladas a finales del invierno.
En cuanto al riego, durante los primeros meses es importante mantener la tierra húmeda, pero sin exceso de agua.
Una vez establecida, la morera roja se vuelve bastante tolerante a períodos breves de sequía.
Sus hojas anchas aportan sombra suave durante el verano, haciendo del jardín un espacio más fresco.
Es por eso que si el objetivo es atraer aves, es recomendable no recolectar todos los frutos maduros, permitiendo que algunos queden disponibles para los visitantes alados.
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Ofrecer alimento natural a las aves a través de los árboles frutales no solo embellece el jardín, sino que también genera un punto de encuentro con la naturaleza.
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La morera roja es más que un árbol que solo brinda frutas. Su capacidad para atraer petirrojos y cardenales la convierte en un refugio natural para quienes desean un jardín con vida y movimiento.