Reciclar botellas no retornables, como las de cerveza, es una excelente manera de evitar que terminen como desechos contaminantes. Además, es una actividad creativa que te permite transformar objetos cotidianos en piezas funcionales y decorativas para el hogar. Con técnicas simples y materiales accesibles, podés convertir estas botellas en prácticos contenedores para el baño, la cocina, o incluso en macetas personalizadas para plantas, adaptándolas según tu estilo.