Las galletas integrales son de esas recetas que te salvan al momento de la merienda porque son crocantes, llenadoras, súper fáciles de hacer y podés prepararlas con ingredientes que probablemente ya tenés en casa. Para hacerlas, no necesitás amasar ni mucho menos técnicas complicadas.
Estas galletitas son ideales para acompañar unos mates a la mañana, sumarlas a una picada distinta o como snack saludable para llevar en la mochila. Y lo mejor de todo es que son versátiles, podés adaptar las harinas según lo que tengas o lo que uses en tu dieta, elegir las semillas que más te gusten, e incluso sumar hierbas secas o especias si querés darles un toque más gourmet.
La textura final es ligeramente crujiente, pero si te gustan más blanditas, podés simplemente hacerlas un poco más gruesas o cocinar menos tiempo. También son una gran excusa para aprovechar esas harinas que compraste con toda la intención de comer más sano y quedaron en la alacena.
galletitas saladas (3).jpg
Ingredientes para hacer las mejores galletas integrales
- 1 taza de harina integral (aproximadamente 120 g)
- ½ taza de harina de avena (podés reemplazar por harina común 0000, de almendras o arroz)
- 1 cucharadita colmada de polvo de hornear
- 3 cucharadas soperas de aceite (puede ser de girasol, maíz, oliva o el que uses)
- 1 pizca de sal
- 4 a 5 cucharadas soperas de mix de semillas (lino, girasol, zapallo, chía... lo que tengas)
- ½ taza de agua, aproximadamente (ir agregando de a poco)