19 de junio de 2025 - 18:15

Cómo hacer deliciosos pastelitos con queso: en menos de 20 minutos y con ingredientes que tienes en casa

Esta es de esas recetas que te resuelven un antojo sin complicarte y se preparan con ingredientes que seguro tenés a mano.

Hay recetas que nos devuelven a la infancia o nos transportan a un momento especial, como la de los pastelitos salados de lluvia con queso y hierbas. Crujientes por fuera, suaves y cremosos por dentro, con el sabor justo del queso y el toque fresco de las hierbas.

Originaria de Brasil pero fácilmente adaptable a nuestros ingredientes y costumbres, esta receta es ideal para cuando querés improvisar algo rico con lo que hay en la heladera. No necesitás horno, ni batidora, ni técnicas complicadas. Solo un bowl, una cuchara y ganas de cocinar algo distinto.

A diferencia de los clásicos buñuelos argentinos, estos pastelitos salados tienen una masa más densa, llena de sabor, y se fríen en porciones chicas hasta quedar bien doraditos. Son perfectos para una picada, una merienda salada, o incluso como acompañamiento de una sopa o ensalada. Además, podés hacerlos con queso duro, semiduro, con hierbas frescas como perejil o ciboulette, y ajustar el nivel de picante a tu gusto.

Ingredientes para hacer 25 pastelitos de queso pequeños

  • 2 tazas de harina de trigo común (aproximadamente 250 g)
  • 1 taza de leche
  • 1 huevo
  • 1 cucharadita de polvo para hornear
  • ½ taza de queso parmesano rallado
  • ½ taza de queso mozzarella rallado (opcional)
  • 1 cucharada de hierbas frescas picadas (puede ser perejil, cebollita de verdeo o ciboulette)
  • ½ cucharadita de sal
  • ½ cucharadita de pimienta negra molida
  • Aceite para freír (cantidad necesaria)
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‍ Paso a paso para preparar los más deliciosos pastelitos salados

  1. En un bowl grande, batí el huevo con la leche hasta que se integren bien. No hace falta batidora eléctrica, con un batidor de mano o un tenedor es suficiente.
  2. Sumá la harina, el polvo de hornear, la sal y la pimienta negra. Mezclá con cuchara o espátula hasta obtener una masa densa, tipo la de los buñuelos. No te preocupes si queda un poco pegajosa, es normal.
  3. Agregá el queso parmesano y la mozzarella (si la usás), junto con las hierbas frescas picadas. Mezclá bien para distribuir todos los ingredientes de manera uniforme.
  4. Poné a calentar abundante aceite en una sartén profunda o cacerola chica a fuego medio. Cuando esté caliente (podés probar con un poquito de masa: si burbujea rápido, está listo).
  5. Tomá porciones pequeñas con una cuchara y dejalas caer suavemente en el aceite. No pongas demasiadas juntas para que no bajen la temperatura del aceite.
  6. Freí de ambos lados hasta que estén bien doraditos. Retiralos con espumadera y colocalos sobre papel absorbente para quitar el exceso de aceite.

Un extra de sabor: salsitas para acompañar

  • Mayonesa con limón y perejil
  • Salsa de yogur con ajo
  • Kétchup casero o picante
  • Un dip de queso crema y ciboulette
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