El budín de banana es, sin dudas, una de esas recetas que siempre te salvan la merienda. Es que no solo es fácil de preparar, sino también rendidor y una forma ideal de aprovechar esas bananas que ya están más negras que amarillas, pero que siguen teniendo mucho para dar.
Además, es tan noble que no necesitás batidora ni técnicas complicadas. Solo un bowl, un tenedor o batidor de mano, y ganas de tener algo casero, rico y reconfortante saliendo del horno. Este budín tiene una textura húmeda y esponjosa que conquista desde el primer bocado.
Otro gran punto a favor es que admite muchas variantes: le podés sumar chips de chocolate, nueces, pasas o lo que tengas a mano. Incluso podés hacerlo sin azúcar blanca y reemplazarla por mascabo o endulzante, o usar leche vegetal si querés hacerlo sin lácteos. Es una base versátil que se adapta a tus gustos y a lo que haya en tu alacena.