Saber cuántas calorías consumir cada día es una de las dudas más frecuentes entre quienes buscan cuidar su salud o controlar el peso. Según especialistas de Cleveland Clinic, la ingesta debe ajustarse a factores individuales como edad, sexo, altura, peso y nivel de actividad física.
Además, los especialistas aseguran que hay otros aspectos que influyen en el gasto energético, como el estrés, el sueño o ciertos medicamentos.
Recomendaciones y metabolismo
Las Pautas Alimentarias para los Estadounidenses 2020-2025, elaboradas por el USDA y la Oficina de Prevención de Enfermedades, establecen rangos de ingesta calórica según sexo, edad y nivel de actividad física. Las mujeres necesitan entre 1.600 y 2.400 calorías diarias, mientras que los hombres requieren de 2.000 a 3.000.
La tasa metabólica basal (TMB) representa entre el 60% y 70% del gasto energético diario y corresponde a las calorías mínimas para mantener funciones vitales en reposo. Este valor es único para cada persona y puede calcularse con herramientas digitales o dispositivos especializados.
Comida y cuerpo saludable
Las necesidades de calorías varían según edad, sexo, peso, altura y nivel de actividad física.
Imagen creada con IA
Ajuste de calorías y elección de alimentos para mantener la salud
La tasa metabólica basal (TMB) indica la cantidad mínima de calorías necesarias para mantener las funciones vitales en reposo, representando entre el 60% y el 70% del gasto energético total. Cada persona tiene un valor único de TMB en su cuerpo, que puede calcularse mediante dispositivos o calculadoras digitales especializadas.
Para quienes buscan perder peso, crear un déficit calórico moderado es fundamental; una reducción diaria de 500 calorías puede generar una pérdida aproximada de medio kilo por semana.
Sin embargo, consumir menos de 1.200 calorías puede dificultar la obtención de nutrientes y ralentizar el metabolismo. Por el contrario, quienes desean aumentar de peso deben priorizar alimentos densos en calorías y nutrientes, como carnes, pescados, huevos, lácteos enteros, cereales integrales y frutos secos.
La calidad de los alimentos también es fundamental. El consumo de productos ultraprocesados y bebidas azucaradas puede generar déficits de vitaminas y minerales, afectar la microbiota intestinal y aumentar la fatiga.
Por ello, se recomienda una dieta equilibrada y variada, combinada con supervisión profesional para ajustar la alimentación y el ejercicio según las necesidades individuales.