18 de agosto de 2025 - 16:59

Luis Petri, hoy candidato propio, mañana adversario

Luis Petri se afilió a La Libertad Avanza y simplificó las cosas para la UCR. En el medio, la alianza deberá convencer al electorado de sus virtudes.

Los desafíos para el nuevo oficialismo mendocino serán enormes, de todos modos. Primero, convencer al electorado del 2025 de las virtudes de esta conjunción, que no es plena, porque radicales y mileistas no están de acuerdo en muchas cosas.

Y después del comicio, sostener esa unión en políticas y acuerdos legislativos concretos, para que haya gobernabilidad, y para que se confirme que el pacto previo no fue una mera maniobra de marketing electoral.

Pero más allá de estos temas, para nada menores, cuando se terminen de curar en la UCR las heridas que dejó la definición de las candidaturas aliancistas, tal vez asomen luces que hasta ahora los propios radicales no han podido ver todavía.

Antes que nada, por convicción y popularidad, Petri era y es evidentemente el mejor candidato que el sector radical-libertario podía presentar en Mendoza. El mayor exponente local de las transformaciones que ha producido Milei en la política y de las que los radicales mendocinos no han quedado exentos.

Petri, aquí y ahora, es el “Frankenstein” mejor construido para enfrentar desde el oficialismo las urnas, en ese cada vez más polémico elemento del sistema democrático que se denomina elecciones intermedias y que sólo espera con ansiedad la casta política, que no aguanta sobrevivir cuatro años fuera de los cargos.

Por otro lado, en el comité radical, a Petri ya lo trataban como un extraño, mucho antes de que se fuera del partido. Todos los elogios que le prodigaron en esa sede a la hora de justificarlo como candidato propio fueron sobreactuaciones. Por lo bajo, lo criticaban fuerte, ya fuera por su inexperiencia en cuestiones de gestión (ha tenido una carrera esencialmente legislativa) o por sus cambios de criterio: le había dicho a Cornejo que no quería volver al Congreso, pero ahí va a terminar.

Petri hizo finalmente lo que el Presidente le pidió (también había dicho que cumpliría esa máxima) y ahora en la conducción de la UCR no hay por qué fingir o exagerar afinidades. Otra vez: ¿qué mejor para los radicales que ahora Petri sea un rival con las credenciales de tal hacia 2027?

El cornejismo viene demorando desde 2023 su renovación y tiene una identidad que excluye a Petri desde siempre. Ahora, el ministro de Defensa de Milei deja de ser una opción pragmática de la propia UCR, de conveniencia por las encuestas, para la futura lucha por la gobernación, porque ha dejado de ser radical. Así de simple.

Hay que decir que, camino a su salida del partido, el sanmartiniano se llevó unas cuantas tajadas de radicalismo (léase: bancas que ganará para él, no para la UCR) que no le correspondían y lastimó a varios excorreligionarios, en particular, a los intendentes radicales.

Esa factura se la van a pasar a Cornejo, quien en su último acto soberano antes de la inevitable sucesión, consideró que la alianza con Milei, sin matices ni diferenciaciones, era la única solución segura para que la nave radical que conduce desde 2015 siga a flote, sin demasiados sobresaltos, hasta el próximo recambio.

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