La oposición consiguió en la Cámara de Diputados los dos tercios para habilitar el debate para rechazar los vetos de Milei a las leyes de fondos para el hospital Garrahan y de financiamiento de Universidades.
Por iniciativa de la oposición, la Cámara Baja reducirá el tiempo de las intervenciones de los legisladores. Ambos temas se someterán a votación por separado.
La oposición consiguió en la Cámara de Diputados los dos tercios para habilitar el debate para rechazar los vetos de Milei a las leyes de fondos para el hospital Garrahan y de financiamiento de Universidades.
Los bloques opositores consiguieron 173 votos contra 69 para poder tratar sobre tablas la insistencia de la ley del Garrahan, y con 172 contra 70 en el caso de las Universidades.
La sesión fue abierta por la vicepresidente del cuerpo, Cecilia Moreau, justo cuando habían reunido el quórum reglamentario y tras la entonación del himno se hizo cargo de la presidencia Martín Menem.
Al inicio de la sesión, Menem tomó juramento al diputado por Santa Cruz, Facundo Prade, quien reemplazó a Sergio Acevedo.
El quórum de 132 legisladores se conformó con la presencia de Unión por la Patria, Encuentro Federal, Coalición Cívica, Democracia para Siempre, la izquierda, Innovación Federal y algunos radicales.
Tras diez minutos de sesión se pasó a cuarto intermedio ya que se busca un acuerdo para acortar la sesión, tras una moción de Miguel Angel Pichetto, para que se vote el rechazo a los vetos a libro cerrado
En la oposición prevalecía un clima de optimismo moderado respecto a la posibilidad de avanzar con la insistencia en las leyes que incrementan los fondos destinados al hospital pediátrico de referencia y a las universidades nacionales.
Sin embargo, en las últimas horas, la Casa Rosada desplegó diversas maniobras para asegurar respaldo legislativo que le permita sostener los vetos, incluyendo la promesa de nuevos recursos para gobernadores aliados y sectores dialoguistas, además del anuncio de futuros aumentos salariales para el personal del Hospital Garrahan.
Si finalmente se rechazan ambos vetos, el Gobierno sufriría un revés significativo, ya que en el Senado la oposición cuenta con una mayoría calificada de dos tercios que le permitiría ratificar las leyes vetadas.