La Cámara de Senadores es escenario de una sesión de alta intensidad este viernes, donde la discusión técnica del Presupuesto 2026 y la Ley de Inocencia Fiscal quedó opacada por una serie de enfrentamientos personales y agresiones verbales.
La senadora Cristina López arremetió contra Victoria Villarruel y Victoria Huala en una jornada signada por reproches cruzados.
La Cámara de Senadores es escenario de una sesión de alta intensidad este viernes, donde la discusión técnica del Presupuesto 2026 y la Ley de Inocencia Fiscal quedó opacada por una serie de enfrentamientos personales y agresiones verbales.
La senadora fueguina Cándida Cristina López, representante de Fuerza Patria, encabezó las críticas hacia la conducción de la Cámara, denunciando actos de autoritarismo y censura en pleno recinto.
El conflicto se inició durante una cuestión de privilegio planteada por López, quien manifestó dificultades técnicas con su micrófono y denunció interrupciones constantes por parte de la presidencia del cuerpo.
“Pensé que me iban a censurar... evidentemente esta no es una casa democrática”, afirmó la legisladora dirigiéndose a la vicepresidenta Victoria Villarruel, a quien acusó de ejercer "represalias" por su voto relacionado con los 30.000 desaparecidos.
López profundizó sus denuncias al relatar hechos ocurridos a principios de diciembre, cuando aseguró haber sufrido “agresiones físicas y tocamientos impúdicos” por parte de personal de seguridad del Senado.
Según su testimonio, se le impidió el acceso a su oficina en el cuarto piso, la cual encontró bloqueada con fajas y una barricada de sillones. Ante estos reclamos, Villarruel defendió su gestión del orden parlamentario y respondió tajante: “Si usted usurpa despachos yo tengo que mantener el orden”.
El clima de hostilidad alcanzó su punto crítico cuando la senadora Victoria Huala (PRO) intervino para exigir que López dejara de leer su discurso, alegando que es una restricción establecida por el reglamento.
Huala recriminó lo que consideró una “doble vara constante” por parte del kirchnerismo y acusó a su par de no tener respeto por los trabajadores de la casa. La respuesta de la fueguina no se hizo esperar y cerró el cruce con un insulto directo: “¡Callate, mamarracho!”.
Este escándalo se produce en un contexto legislativo crucial para el Poder Ejecutivo, que busca dar señales de control político y gestión ante los mercados.
Sin embargo, el proyecto de presupuesto enfrenta fuertes resistencias debido al artículo 30, el cual pretende eliminar los pisos mínimos de financiamiento para educación, ciencia y defensa, generando reclamos directos desde diversas provincias.