El velorio que pareció ser sacado de una escena de película en Tucumán terminó revelando una dolorosa verdad. Se confirmó que el cuerpo le pertenece a un joven de 28 años, quien estaba desaparecido hace semanas.
En las localidades de Villa Carmela y Delfín Gallo, en Tucumán, se vivieron días de desconcierto y dolor tras la confusión con un cuerpo mal identificado en la Morgue Judicial.
El velorio que pareció ser sacado de una escena de película en Tucumán terminó revelando una dolorosa verdad. Se confirmó que el cuerpo le pertenece a un joven de 28 años, quien estaba desaparecido hace semanas.
El confuso caso comenzó el jueves 18, cuando un joven se arrojó bajo un camión cañero en la ruta Alternativa a Alderetes. Al día siguiente, una madre creyó reconocer el cuerpo de su hijo y organizó el velorio. Sin embargo, en plena ceremonia, el joven supuestamente fallecido apareció con vida al grito de "¡estoy vivo!", y explicó que había estado de viaje.
La pregunta inevitable fue: ¿a quién estaban velando?
El cuerpo fue devuelto a la Morgue Judicial, donde permaneció sin identificar hasta que la familia Acosta, de Delfín Gallo, reconoció en las fotos del fallecido un parecido inconfundible con Maximiliano Enrique Acosta (28). Tras varios intentos fallidos de identificación por parte de la morgue, fue recién en la comisaría de Alderetes donde su hermano, Hernán Luna, pudo confirmar oficialmente la identidad.
“Fui hasta la comisaría de Delfín Gallo y, por orden de la fiscalía, me mandaron a la Morgue. Ahí esperé varias horas hasta que pasé. Los empleados del lugar me mostraron el cuerpo de una persona que no era mi hermano”, relató Luna a La Gaceta.
Finalmente, la confusión se resolvió cuando una tía le envió una foto que se había viralizado en redes: "Me dijo que ese era mi hermano, le discutí que no porque era la persona que me habían mostrado. Ante la duda, partí hacia la comisaría de Alderetes para contar todo lo que estaba sucediendo", agregó Luna
"Está todo mal desde un comienzo hasta el fin. Primero, entregaron el cuerpo sin la debida identificación. Después, me hicieron ir dos veces a la morgue por culpa de ellos. Esto no puede quedar así", expresó.
El fiscal Carlos Sale confirmó que se inició una investigación interna en la Morgue Judicial para determinar responsabilidades por el grave error.
Este martes, la familia Acosta pudo darle el último adiós a Maximiliano en el barrio El Paraíso, donde vivió toda su vida. Vecinos y allegados lo recordaron como un joven querido, que luchaba contra las adicciones.
"Todos queríamos ayudarlo, darle una mano. Cada vez que podíamos le dábamos trabajo. La última vez que lo vi me abrazó y me dijo: ‘hoy voy a dejar las cosas malas’", contó Fátima, una vecina.
El sepelio reunió a un multitudinario cortejo fúnebre que acompañó al joven hasta el cementerio de Cevil Pozo, donde finalmente descansará en paz. "¡No podemos creer lo que pasó! Es terrible lo que tuvieron que vivir y la forma en la que terminó todo", lamentó un conocido de la familia.