Gil Pereg hoy, a un año de su condena: cómo vive en el hospital y cuál es su requisito para comer

El 3 de noviembre de 2021, el hombre israelí fue condenado a prisión perpetua por el doble crimen de su madre y su tía, a quienes atravesó con hierros de construcción y enterró en el patio de su casa. En El Sauce, casi ni se mueve.

A un año de la condena por asesinar a su madre y a su tía, Pereg sigue en un hospital, casi no come y no se baña. Foto: Prensa Poder Judicial de Mendoza.
A un año de la condena por asesinar a su madre y a su tía, Pereg sigue en un hospital, casi no come y no se baña. Foto: Prensa Poder Judicial de Mendoza.

El miércoles 3 de noviembre de 2021, en horas de la tarde, un jurado popular encontraba culpable –por unanimidad- a Gil Pereg (quien actualmente tiene 41 años) por el doble homicidio de su madre, Pyrhia Sarousi, y de su tía, Lily Pereg. Minutos más tarde, la jueza técnica Laura Guajardo dictaminaba la condena, única por el delito que se le imputaba: prisión perpetua. Todo transcurría en el flamante Polo Judicial, que había sido recientemente inaugurado en el oeste de la Ciudad de Mendoza.

El veredicto y la sentencia, al igual que los alegatos de apertura y de cierre de este juicio que captó la atención de todo el mundo y los posó sobre la Justicia de Mendoza, fueron transmitidos en vivo por el canal de YouTube del Servicio de Información Judicial de Mendoza (SIJUM) y con dos links distintos: uno en español y otro con doblaje al inglés y en tiempo real. Y es que los familiares de ambas víctimas, quienes habían sido macabramente asesinadas en enero de 2019 por Pereg, seguían minuto a minuto el proceso desde Israel y desde Australia, países de los que habían llegado ambas mujeres a Mendoza días antes de ser asesinadas.

A un año de la condena por asesinar a su madre y a su tía, Pereg sigue en un hospital, casi no come y no se baña. Foto: Prensa Poder Judicial de Mendoza.
A un año de la condena por asesinar a su madre y a su tía, Pereg sigue en un hospital, casi no come y no se baña. Foto: Prensa Poder Judicial de Mendoza.

“Ha sido uno de los dos juicios más importantes de Mendoza de los últimos años, junto con el de los abusos en el instituto religioso Antonio Próvolo; y sin dudas el más importante de los que se ha hecho en la modalidad de jurados. Hubo gente siguiéndolo en vivo en Australia y en Israel. Incluso, el video del momento en que Pereg comienza a maullar a los gritos fue tomado de esa transmisión, lo levantó el diario El Mundo y en cuestión de minutos sumó más de 5 millones de visualizaciones”, resaltaron desde el Poder Judicial de Mendoza.

En cuanto a Pereg, a 365 días de la histórica condena, el israelí radicado en Mendoza continúa aislado en el pabellón penal del hospital para personas con patologías y tratamientos psiquiátricos El Sauce (Guaymallén); el mismo lugar al que fue trasladado el 3 de noviembre de 2021 y donde se encontraba ya en la previa del juicio.

No hay grandes cambios en la situación de Pereg, al menos en el día a día, si se la compara con hace un año. Se encuentra alojada en una celda de la Alcaldía V, donde recibe atención médica por parte de un equipo interdisciplinario compuesto por especialistas del nosocomio integrado por clínicos, psicólogos y psiquiatras, los cuales realizan diariamente la entrega de medicamentos y los controles necesarios para la comprobación de su estado de salud”, destacaron desde el Servicio Penitenciario de Mendoza a Los Andes.

Además, indicaron que la entrega de alimentos la realiza personal del Hospital El Sauce, siendo estas, las mismas viandas para todos los pacientes que se encuentran allí alojadas. “El Servicio Penitenciario tiene a su cargo la guardia y custodia de la persona con el objetivo de velar no solo por su seguridad, sino también por el bienestar individual y colectivo”, concluyeron. Y agregaron que no recibe visitas.

“Gil Pereg está alojado en El Sauce, con las mismas manías y patologías de siempre. Pero al menos está contenido, algo que no podría ocurrir en una cárcel común en la que no hay un ala o pabellón para las personas con patologías psiquiátricas. Esas manías tienen que ver, por ejemplo, con que solo quiere comer cosas que no haya tocado nadie más. O, por ejemplo, con que no quiere bañarse. La conducta de él es la de una persona que está alojada en un establecimiento psiquiátrico”, destacó uno de los abogados de Pereg, Maximiliano Legrand, quien agregó que lo visitó por última vez hace cerca de 4 meses.

A un año de la condena por asesinar a su madre y a su tía, Pereg sigue en un hospital, casi no come y no se baña. Foto: Ilustración Damián Pérez Santos.
A un año de la condena por asesinar a su madre y a su tía, Pereg sigue en un hospital, casi no come y no se baña. Foto: Ilustración Damián Pérez Santos.

Además, y al igual que desde el comienzo de todo el proceso, Legrand insistió en la inimputabilidad de Pereg. “Padece una psicosis, típica de esas enfermedades mentales que destruyen el juicio crítico sobre las propias acciones”, resaltó el abogado, quien casó (apeló) la sentencia, precisamente considerando que debería haberse declarado inimputable a Pereg.

Antes de fin de año, la Suprema Corte de Justicia de Mendoza deberá resolver la casación presentada por los abogados de Pereg y ratificar o no la sentencia de condena a perpetua. Al tratarse de un juicio por jurado, la resolución se dará en pleno (intervienen los 7 ministros de la Corte).

Gil Pereg condenado: el caso que conmovió al mundo y el momento clave del juicio

El 11 de enero de 2019, Pyrhia Sarousi, y Lily Pereg llegaron a Mendoza para visitar a su hijo y sobrino –respectivamente-, Gil Pereg. El hombre llevaba varios años viviendo en la provincia, aunque había nacido en Israel, de donde eran también las dos mujeres que llegaron a visitarlo (aunque Lily Pereg vivía desde hacía tiempo en Australia).

Tras alquilar un departamento en la calle España (centro mendocino), el 12 de enero ambas mujeres salieron al encuentro de Gil Pereg, a quien fueron a visitar a su caótica casa ubicada frente al cementerio de Guaymallén. Y eso fue lo último que se supo de las mujeres.

Recién el 26 de enero de 2019, luego de cuidadosos e insistentes rastrillajes a lo largo y ancho de toda la casa de Pereg, los cuerpos sin vida de las mujeres fueron hallados enterrados en uno de los sectores del patio. La autopsia determinó que las dos víctimas habían sido asesinadas antes de ser enterradas y, una vez en el hueco, sus cadáveres habían sido atravesados con hierros de construcción, para posteriormente ser cubiertos con tierra, piedras y cemento que intentaran ocultar el doble homicidio.

Gil Pereg, quien al comienzo se había presentado ante la Justicia para denunciar la desaparición de su madre y de su tía, se convirtió entonces en el principal y único sospechoso. Y el 3 de noviembre del año pasado fue declarado culpable por el doble homicidio agravado.

Ya durante la instrucción, el estado mental y el sano juicio del entonces imputado se convirtieron en el eje central de debate dentro de la escalofriante causa. Mientras que sus abogados insistían en la inimputabilidad de Pereg –apoyados por conductas insólitas del hombre, como por ejemplo maullar a los gritos o considerarse a sí mismo un “hombre gato”-, desde la Fiscalía y querella se insistió en que sabía y comprendía la criminalidad de sus actos. Esta dicotomía se mantuvo hasta el final del juicio, cuando finalmente el jurado popular –en base a lo expuesto por profesionales y especialistas durante el debate- determinaron que Pereg sabía lo que hacía y era culpable.

A un año de la histórica sentencia y con la posibilidad de analizar el proceso más en frío, fuentes judiciales consideran que hubo un momento que fue el punto de inflexión dentro del debate, que comenzó el 25 de octubre de 2021 y se extendió durante 8 días. Y es que en ningún momento estuvo en discusión la autoría de los asesinatos –se sabía que los había cometido Gil Pereg-, sino la imputabilidad del hombre. Porque sus abogados insistían en que él no tenía conciencia de los hechos y no entendía la gravedad de los hechos al tener sus facultades mentales alteradas. Mientras que la Fiscalía y la abogada de las mujeres sostenían que Pereg estaba en pleno uso de sus facultades y sabía lo que hacía

A un año de la condena por asesinar a su madre y a su tía, Pereg sigue en un hospital, casi no come y no se baña. Foto: Prensa Poder Judicial de Mendoza.
A un año de la condena por asesinar a su madre y a su tía, Pereg sigue en un hospital, casi no come y no se baña. Foto: Prensa Poder Judicial de Mendoza.

“Cuando comienza el juicio, pareciera ser que el jurado lo ve a él y se queda impactado. Las personas estaban realmente consternadas al encontrarse con una persona que parecía no estar en su sano juicio. Pero, ya con el diario del lunes, hay un momento en que se observa un error técnico de la defensa de Pereg, y es en el momento en que lo hacen declarar. Durante los primeros 5 minutos, realmente parece que Gil Pereg está muy enfermo. Pero pasado ese tiempo -donde no se le entiende nada-, después comienza a hablar del arma, cuenta que nunca pudo ver los cuerpos para confirmar si eran de su mamá y su tía y comienza con una serie de relaciones que evidenciaban que había en él todo un razonamiento”, destacan desde el Poder Judicial de Mendoza a Los Andes.

El día a día de Pereg desde hace un año

Luego del hallazgo de los cuerpos sin vida de las dos mujeres, Gil Pereg quedó detenido de inmediato. Los primeros meses los transcurrió en la cárcel de San Felipe, en un pabellón común y corriente, aunque en mayo de 2019 fue trasladado al pabellón penal del hospital El Sauce por pedido expreso de sus abogados y para intentar salvaguardar su integridad.

Ya conocida la sentencia y condena a prisión perpetua tras ser declarado culpable de los delitos de “homicidio agravado por el vínculo y homicidio agravado por el uso de arma de fuego” hace un año, Pereg continuó cumpliendo su pena –ya efectiva- en este hospital.

“El balance de este primer año desde la condena, en general, es positivo. Porque al menos no se lo está tratando como a un condenado normal. Se le da el tratamiento psiquiátrico que corresponde, y eso ya es bastante. Podría ser peor, podría estar alojado en el penal y ser víctima de torturas psicológicas y de otro tipo, como ya lo fue. Mientras estuvo en San Felipe, a Gil Pereg lo ataban a una silla, desnudo, y así se le quebró un brazo”, destacó a su turno el abogado de Pereg, Maximiliano Legrand.

Ni bien se conoció la sentencia, Legrand presentó un recurso de casación para que se reviera la condena a Pereg, siempre insistiendo en la inimputabilidad del hombre que hoy tiene 41 años. Y es precisamente sobre este pedido que deberá expedirse la Corte mendocina antes de fin de año. Además, los abogados de Pereg denunciaron a una psicóloga del Cuerpo Médico Forense y que participó como perito oficial del proceso al considerar que “cambió su declaración” durante el debate y en perjuicio de Pereg.

A un año de la condena por asesinar a su madre y a su tía, Pereg sigue en un hospital, casi no come y no se baña. Foto: Prensa Poder Judicial de Mendoza.
A un año de la condena por asesinar a su madre y a su tía, Pereg sigue en un hospital, casi no come y no se baña. Foto: Prensa Poder Judicial de Mendoza.

Sin embargo, sobre esta denuncia no hay ninguna novedad dentro del Poder Judicial de Mendoza. Incluso, fuentes judiciales aclararon que si se hubiese presentado una denuncia formal sobre la mencionada situación en el momento, la jueza técnica debería haber iniciado una compulsa de inmediato ante la posibilidad de que existiera “falso testimonio” por parte de la profesional.

Debería mejorarse la forma en que se juzga la imputabilidad en Mendoza. Creo que hay que hacer reformas de base, una purga en el Cuerpo Médico Forense, donde lamentablemente vemos que las pericias son estereotipadas y responden a los intereses del poder político de turno”, concluyó el abogado de Pereg.

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