La Cámara Federal de Casación Penal confirmó las condenas a perpetua que recibió el Clan Barrera, la banda que secuestró y asesinó a Diego Aliaga, un despachante de aduana e informante policial que habría sido la “mano derecha” del ex juez federal Walter Bento, según la acusación que pesa sobre el ex magistrado en el juicio que se le sigue por recibir coimas a cambio de beneficios procesales.
El fallo fue dado a conocer ayer por la Sala I de la Cámara Federal de Casación, conformada por los jueces Diego G. Barroetaveña (presidente), Daniel Antonio Petrone y Carlos A. Mahiques, quienes confirmaron las condenas dictadas en octubre de 2023 por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 de Mendoza.
En la ocasión, con la firma de los jueces mendocinos Alberto Daniel Carelli, Alejandro Waldo Piña y María Paula Marisi se condenó a Diego Barrera, su esposa, Viviana Sacolle y sus dos hijos, Gastón y Lucas Curi a reclusión perpetua; en tanto que el chofer Yamil Rosales recibió una pena de 17 años de cárcel.
La familia Barrera deberá seguir sujeta a la justicia federal por la muerte de Aliaga
La familia Barrera, condenada por la muerte de Aliaga. Archivo
Ahora, la Cámara de Casación rechazó los planteos de nulidad e inconstitucionalidad presentados por la defensa de Diego Barrera, al que adhirieron los defensores de los otros condenados.
De esta forma máximo tribunal penal nacional desestimó la incompetencia federal por ser un caso de secuestro extorsivo; la nulidad solicitada del requerimiento de elevación a juicio; los allanamientos en la casa del barrio Dalvian donde residía Barrera y su mujer, la nulidad de pruebas digitales y visuales, la autoría de Barrera y la calificación legal sostenida por el tribunal.
El secuestro y asesinato de Aliaga
El fallo del tribunal mendocino por el "caso Aliaga" le atribuyó a la familia Barrera y a Rosales haber planificado e intervenido en la sustracción, el ocultamiento y la retención de Aliaga, con el fin de obligarlo, con amenazas y coacciones, a que les otorgase la documentación de dos propiedades sin pagarlas: un boleto de compraventa y un recibo de cancelación de venta de la casa ubicada en la manzana 41 del barrio Dalvian, de Ciudad, y otro boleto de compraventa de una oficina del segundo piso de la Galería Bamac, en Ciudad. Ambas propiedades de Aliaga.
También obligaron a la víctima a develar dónde guardaba los documentos de un Chevrolet Camaro y un Jeep Wrangler con el fin de quedárselos. Además, querían evitar que Aliaga les quitara dos minibuses Mercedes Benz Sprinter que habían sido adquiridos en junio y julio de 2020 y pagados en efectivo con dólares que les había entregado Aliaga. Los vehículos estaban a nombre de Sacolle, pero la víctima tenía formularios 08 firmados por la mujer como vendedora.
Yamil Rosales (a la izquierda, de barba sentado) junto a Diego Barrrera, con barbijo. Dos de los acusados del por el secuestro y muerte de Diego Aliaga. | Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Yamil Rosales (a la izquierda, de barba sentado) junto a Diego Barrrera, con barbijo. Dos de los acusados del por el secuestro y muerte de Diego Aliaga. | Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Todo comenzó el 28 de julio de 2020 a las 8.48, cuando las cámaras de la seguridad de Palmares registraron a la víctima y a una mujer saliendo a bordo de una camioneta BMW X6 para llevarla a su casa, en Maipú. A las 9.30 se dirigió a la casa que tenía en Bandera de los Andes 9840 de Rodeo de la Cruz, Guaymallén. Dejó el auto en la puerta, ingresó y esa fue la última vez que fue visto con vida.
En esa casa estaba Barrera esperándolo porque allí ambos iban a montar centro de rehabilitación para discapacitados que iba a dirigir Sacolle. Lo cierto es que, entre Barrera, Gastón Curi y Rosales lo redujeron y lo habrían subido a una Sprinter naranja que llevó hasta el lugar Lucas Curi. Las cámaras de la zona permitieron ver cómo estos sujetos entraron y luego salieron con la Sprinter y un Chevrolet Celta y se iban luego hacia un depósito ubicado en Jujuy 840 de Ciudad de Mendoza, donde llegaron cerca de las 11.
En ese depósito Barrera y Rosales y tal vez otras personas que no han sido identificadas retuvieron a Aliaga por la fuerza. Mientras este ocurría Viviana Sacolle se comunicaba por teléfono con sus hijos y su pareja.
Por la tarde, Barrera fue a la casa de Aliaga, desconectó la cámara de seguridad y se habría apoderado de la documentación de las casas y los vehículos. Estos documentos fueron secuestrados luego en la casa que los Barrera habitaban en el barrio Dalvian pero que le pertenecía a Aliaga.
Para los investigadores, los Barrera habrían realizado un llamado extorsivo al hermano de la víctima para obtener un rescate. El 30 de julio, mientras Gonzalo Aliaga denunciaba en la Oficina Fiscal 19 la desaparición de su hermano, recibió un llamado: “Dejá de revolver el avispero y andá juntando el palo verde que ya te vamos a llamar”. La investigación determinó que esa llamada la hizo Gastón Curi. A partir de ese momento no se volvió a recibir ningún mensaje.
Según la información que se logró determinar a través de la necropsia, antes del 10 de agosto Aliaga fue asesinado. La muerte fue ocasionada por asfixia mecánica para ocultar el secuestro y robo de documentación de bienes registrables y personales, celular y reloj de la víctima.
Tras darle muerte, los acusados habrían llevado el cadáver de Diego Aliaga hasta un campo inculto en la localidad de Costa de Araujo, Lavalle, ubicado a unos 5 kilómetros, en Callejón Estrella y ruta 142.
Allí, en la tarde del 10 de setiembre, la Policía encontró el cadáver de la víctima enterrado, cubierto parcialmente por una frazada. El cadáver tenía un bóxer de color negro y un cuello polar negro y una bufanda del mismo color le cubría la cabeza. También una cinta adhesiva de azul le cubría la boca.