Ver y mirar

Cuando estamos hablando y reprochamos a una persona un defecto que ella censura en otra, usamos la expresión: “mirá quien habla”.

Ver y mirar
Cuando estamos hablando y reprochamos a una persona un defecto que ella censura en otra, usamos la expresión: “mirá quien habla”. / Imagen ilustrativa.

Cuando hablamos, utilizamos “ver” y “mirar”, pero no siempre de modo indistinto: ¿por qué? Hay que analizar los matices que presenta cada uno de ellos: “ver” presenta veintidós acepciones, de las cuales algunas son más conocidas y comunes que otras. Así, la más presente en nuestro lenguaje cotidiano es la que alude a “percibir con los ojos mediante la acción de la luz”, como en “Vemos un bello paisaje a través de la ventana”; pero también puede señalar que algo se comprueba con algún sentido: “No veo que se hayan publicado los índices inflacionarios”. Análoga es la acepción “observar, considerar algo”: “Veamos, por favor, cada una de las posibilidades”. También, puede ser sinónimo de “examinar algo y reconocerlo con cuidado y atención”: “Deberé ver los nuevos estudios”. Se aplica además a las personas e implica un examen o reconocimiento: “¿Ya te vio el ginecólogo?”; asimismo, referido a una persona, puede equivaler a “encontrarse con alguien o estar con él”: “Es preciso que vea a su jefe”.

En relación con lo que se hace, “ver” significa que se pone atención o cuidado en lo que se lleva a cabo: “Por favor, vea bien qué va a ejecutar”.

Otra acepción es “conjeturar o deducir un hecho del futuro por algún indicio”: “Estoy viendo que pronto te vas a graduar”. También, puede aplicarse a un lugar, como escenario de un acontecimiento: “Esa plaza ha visto muchos actos”.

En algunas oportunidades, “ver” es sinónimo de “hallarse en algún lugar, estado o situación”: “En esos años, se vio en apuros”. Y puede, también, ser equivalente a “traslucirse la imagen o semejanza de algo”: “En el modo de obrar de Pedro, se ve la formación dada por su padre”.

Frases hechas con “ver” son varias; citamos, por ejemplo, “adiós, y veámonos”, usada para despedirse, con el propósito de citarse para otra ocasión; “ya veremos” o, simplemente, “veremos”, que se usa para manifestar la duda de que algo se realice; “verse negro alguien” o “vérselas negras alguien” se usa para indicar que una persona tiene muchas dificultades para realizar algo: “Se las vio negras para salir del trance”. Además, “ver venir” es una locución utilizada para indicar que se presiente el modo en que van a desarrollarse los acontecimientos: “Ya puedo ver venir el modo en que ganarán estas elecciones”. Todos usamos “ver para creer” o “ver y creer”, aplicada para manifestar que no se quiere creer algo solo por oídas, ya que solamente se cree si es posible verlo.

¿Qué diferencia hay con “mirar”? La principal diferencia está en el hecho de la intencionalidad por parte del sujeto que efectúa la acción; en efecto, el primer valor de este verbo es “dirigir la vista a un objeto”: “Me detuve a mirar los daños que había ocasionado el viento”. Asimismo, “observar las acciones de alguien”: “Los niños miraban atentamente los movimientos de los payasos”.

Otra acepción es la que, en referencia a una cosa, sobre todo si se trata de un edificio, indica que está situado o colocado enfrente de otro: “El nuevo complejo mira hacia la parte antigua de la ciudad”.

En cambio, “mirar por” indica que se cuida, atiende, protege, ampara o defiende a alguien o algo: “Es necesario que mire por sus hijos”. Y “mirar” puede también señalar que se tiene un objetivo o un fin al ejecutar algo: “Solo mira su propio beneficio”.

Si algo es “bien mirado” significa que se piensa o considera con mucha exactitud y detenimiento: “Bien mirado, creo que se trata de una buena obra”.

Nosotros, en una comunidad voseante, usamos el “mirá” para amenazar o advertir: “Mirá, cuidado con lo que vas a hacer”. Por su parte, la expresión “de mírame y no me toques” es una locución adjetiva que tiene carácter coloquial y que se puede aplicar a personas y a cosas. Si se dice de una persona, indica que es sumamente delicada de genio o de salud: “Es frágil, es de mírame y no me toques”. Análogamente, dicho de una cosa, indica que es muy quebradiza y de poca resistencia: “No es un mobiliario resistente, es de mírame y no me toques”.

Cuando estamos hablando y reprochamos a una persona un defecto que ella censura en otro, usamos la expresión “mira/mirá quién habla”: “Vos la criticás por el uso de palabras groseras, mirá quién habla”. Lo mismo si se usa “mirá por dónde”, se aplica para llamar la atención sobre algo inesperado o también si se quiere enfatizarlo: “Mirá por dónde surgió la solución”.

Si se “mira bien” a alguien, significa que se lo considera con afecto: “Está contento porque siente que la nueva autoridad lo mira bien”.

Hay dos expresiones que dan cuenta del proceder de una persona y de sus reacciones: “Mirarse unos a otros” sirve para mostrar la extrañeza causada por algo que obliga a semejante acción, como esperando cada uno a ver por dónde se determinan los demás”: “Sorprendidos, nos miramos unos a otros, sin saber cómo seguir”. La otra es “Mire a quién se lo cuenta”, para denotar que, respecto de un suceso, sabe más el que lo oye que aquel que lo cuenta: “Y, cuando oí eso, le dije que mirara a quién se lo contaba”.

Cerramos con refranes que nos hacen pensar: “A veces, es bueno mirar atrás, para no perder el horizonte”: para no dejarse llevar por el pesimismo, resulta bueno recordar qué nos ha sucedido en el pasado, a fin de no renunciar a los sueños y proyectos ubicados en el futuro.

El Refranero multilingüe del Centro Virtual Cervantes nos recuerda aquella paremia tan conocida: “Vemos la paja en el ojo ajeno y no la viga en el nuestro”. Lo que nos transmite es que, con mucha facilidad, advertimos los defectos de los demás, cuando los propios pueden ser mayores. Don Quijote ya lo usa y como frase bíblica, la hallamos, originalmente, en San Mateo y en San Lucas: “¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?”.

*La autora es Profesora Consulta de la UNCuyo.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA