El 9 de julio recordamos el cumpleaños de una cantante épica. Mercedes Sosa nació hace 90 años en Tucumán, pero se sentía de aquí, de Mendoza; ya que inició su carrera poderosa en el oeste, en 1957.
Se cumple un aniversario más de la cantante que brilló, al principio, desde el oeste del país. Charló mucho con Los Andes. Y le confesó todo a nuestro diario. En medio de tanto homenaje que se hace en todo el país, recordamos sus miradas, sus palabras y todas las canciones que interpretó desde el corazón. Corazón que se sentía mendocino.
El 9 de julio recordamos el cumpleaños de una cantante épica. Mercedes Sosa nació hace 90 años en Tucumán, pero se sentía de aquí, de Mendoza; ya que inició su carrera poderosa en el oeste, en 1957.
Vino muy joven a la tierra del sol para casarse con el músico Oscar Matus. Esta mudanza la lanzó y la formó, ya que en la provincia fue parte del Movimiento del Nuevo Cancionero junto a Matus y Armando Tejada Gómez, un hito que revolucionaría el folklore argentino.
La canción de su repertorio, "Tonada de Otoño", conocida como "Otoño en Mendoza", es un inobjetable ejemplo de su sentimiento por estos lares. De hecho pidió que sus cenizas descansaran en el río Cacique Guaymallén, algo que se formalizó en 2009.
La última nota que le pude hacer, en 2006, llevaba por título, “Mis únicos amigos están en Mendoza”, y con eso, lo dijo todo. Pero vamos por partes..
El homenaje 2025: desde Orsai con Soledad hasta el recuerdo de Lalo Mir
En el Teatro Colón, Buenos Aires, este 9 de julio se juntaron Alejandro Lerner, Soledad Pastorutti, Pedro Aznar, Nahuel Pennisi, Jairo, Hilda Lizarazu, Ángela Torres, Ligia Piro, Lidia Borda para concretar manso homenaje. Lo produjo Olga, con Migue Granados al frente.
Además de esto, locutores, artistas e influencers trazaron sus particulares recuerdos (muy buena la que hizo Lalo Mir) a una mujer que supo marcar un antes y después, e integrar a los distintos géneros. (Por supuesto que se habló mucho de Tucumán y nada de Mendoza, pero está bien; a veces siento que solo Mercedes hablaba de su gran mendocinidad)
Las palabras finales de una Cantora.
Sus dos últimos discos "Cantora 1 y 2" ya se vendían muy bien en toda América. Igualmente tras el desenlace de la enfermedad hepática de Mercedes, las ventas treparon a los primeros puestos en buena parte del continente.
Algunos aseguran que La Negra, jaqueada por los dolores y la depresión, grabó estas piezas (donde desfilaron desde Caetano Veloso hasta Luis Alberto Spinetta) como una despedida. Como la consagración de una carrera a la que no le cabían más medallas. “Cantora 2” comienza con la mejor versión de "Zona de Promesas" que se haya escuchado; y esa frase de Cerati (otro al que se lo extraña tanto), susurrada por La Negra, gana en sinceridad: “Tarda en llegar, pero al final hay recompensa”.
Mercedes Sosa se sentía de Mendoza
Claro que Mercedes Sosa se sentía mendocina. Soñaba con pasar sus últimos días al oeste más oeste del país; así lo confesó, al filo de la lágrima, en una entrevista con este diario hace algunos años atrás.
Como pudimos leer, aquí fue feliz, aquí se hizo mujer, aquí se creó y se creyó artista. Poderosa, la nostalgia puede llegar a matarnos de a suspiros. Repasemos una parte de texto que hice para Los Andes, tras haber charlado largo y tendido con la verdadera voz argentina:
Miércoles 25 de enero de 2006. Algunas nubes alivianan el sol de las cuatro de la tarde. Ella, recostada en el asiento trasero del auto, nota como por las ventanillas se dibujan las rutas de Buenos Aires, a la altura de Zárate. Mercedes toma el celular que le pasa su hijo Fabián Matus (quien va al volante) y da por comenzada la entrevista con un saludo de campo; largo y tierno. “¡Un abrazo grande para usted! ¡Qué gusto hablar con el diario más importante de Mendoza! No se imagina las ganas que tengo de llegar a la provincia…”
Usted tiene muchos amigos por aquí…
-¡Qué si no! Mis únicos amigos están en Mendoza… Tengo más en Mendoza que en Tucumán, porque salí muy jovencita de mi provincia. Con Oscar Matus, el papá de Fabián, teníamos a un gran amigo como Armando Tejada Gómez, y un montón más de compañeros intelectuales, de la radio, la plástica y la música. Fue muy hermoso todo.
-¿Qué es lo primero que se extraña de aquel tiempo?
-Las tardes en la casa de Tejada Gómez, en Luzuriaga. Esas siestas. Ellos allí escribían el Nuevo Cancionero, que fue idea de Mathus y lo redondeó Armando, que tenía una cultura muy grande. Así fue como se hizo el Nuevo Cancionero y se presentó en el Círculo de Periodistas. ¿Qué más extraño? Cómo viven la amistad allá. Yo en Mendoza aprendí a tomar vino, porque en Tucumán lo máximo que tomaban las chicas era cerveza con jugo de naranja. Extraño a los que no están… Ángel Bustelo, Armando. Me sigo viendo con algunos amigos, como Jorge y Pocho Sosa, con quienes voy a cantar en Cosquín “Otoño en Mendoza”.
-¿Cuál cree que fue la deuda que dejó el Nuevo Cancionero, como movimiento folclórico?
-Fue un movimiento intelectual que no llegó a las clases populares. Creo que todos los movimientos se piensan para el pueblo, pero es difícil que lleguen. Los terminan tomando los intelectuales. Estamos orgullosos del Nuevo Cancionero, porque se escuchó hasta en México, y lo llegó a conocer Joan Baez... Pero cuando tomó su curso se hizo difícil de comprender para el gran público.
-¿Y por el contrario, qué canción la llena de alegría?
La respuesta es el final de la entrevista. Es Mercedes Sosa a voz viva, recostada en el auto y cantando, sin corsé aun con corsé:
De las altas cumbres desciende el agua
Abrazando el rumbo de las acequias
De las altas cumbres desciende el agua
Abrazando el rumbo de las acequias
Río de amor vendimiador, padre de la cosecha
Río de amor vendimiador, padre de la cosecha