Nos encanta adoptar las tendencias que vemos en el exterior, aun cuando su aplicación práctica en el ecosistema argentino resulte, cuando menos, complicada. Somos una sociedad proclive a fascinarse con el último grito de la tecnología global, pero que a menudo olvida mirar el estado de sus propios cimientos. Ya sabemos que la infraestructura en nuestro país es deficiente o, siendo generosos, que está sumamente atrasada respecto de las potencias emergentes. Para muestra basta un botón: en una de las principales rutas de nuestra provincia, todavía no logramos resolver el destino de un puente clave, donde la estéril discusión sobre si la jurisdicción es nacional o provincial no justifica el retraso de años en su reparación.
En este contexto de contrastes, crece a pasos agigantados la oferta de autos 100% eléctricos (VE) en el mercado local, impulsada principalmente por la agresiva desembarcada de las terminales chinas. Es un reflejo de lo que ocurre en el globo: los vehículos eléctricos ganan terreno frente a los de combustión interna. Si bien en Occidente los porcentajes de adopción son todavía moderados, en el gigante asiático la realidad ya es otra.
Según el analista internacional Jorge Castro, China se encamina a marcar un punto de inflexión histórico en la industria automotriz mundial. Para este 2025, la producción de vehículos eléctricos e híbridos superaría los 12 millones de unidades, lo que representa un salto superior al 20% frente a 2024 y más del doble del volumen registrado apenas dos años antes, cuando alcanzaba los 5,9 millones. Este nivel de fabricación permitirá, por primera vez en la historia, que las tecnologías alternativas superen en número a los automóviles con motores de combustión tradicional. En metrópolis como Shanghái o Pekín, esto ya no es una proyección, sino un hecho cotidiano. De hecho, se calcula que la producción de unidades convencionales se ubicaría por debajo de los 11 millones, reflejando una contracción cercana al 30% respecto de 2022.
Pero el éxito chino no es casualidad ni puro marketing. Para lograr esta transición, según explica Castro, el país asiático desarrolló un sistema eléctrico de última generación. Sus redes de transmisión funcionan bajo criterios tecnológicos de superconductividad, permitiendo transportar energía de forma casi instantánea y con pérdidas mínimas a lo largo de un territorio de 9,4 millones de kilómetros cuadrados. Actualmente, China cuenta con más de 540.000 estaciones de carga distribuidas estratégicamente, un despliegue que no solo facilita, sino que incentiva el uso masivo de estas unidades.
Mientras tanto, en nuestra realidad doméstica, la brecha entre el consumo y la infraestructura se agiganta. En lo que va del año hasta noviembre se vendieron 1.117 autos 100% eléctricos en Argentina, con marcas como BYD, Chevrolet y Baic a la vanguardia, según datos de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA). Esta cifra implica que las ventas se duplicaron respecto al mismo periodo de 2024, cuando apenas se registraron 522 unidades.
El mercado actual muestra una clara inclinación por los modelos chinos debido a su competitividad. El modelo más vendido es el BYD Dolphin Mini, en su versión GL EV, con un valor que ronda los 22.990 dólares, según datos de Acara. El segundo lugar lo ocupa el Yuan Pro, de la misma firma, por 29.990 dólares. En este país, ese consumidor, adquiere un bien cuya utilidad plena está condicionada por un entorno que no lo acompaña, pero ese es un dato que conoce antes de comprar el bien.
La mayoría de los autos eléctricos más comercializados hoy tienen una autonomía que oscila entre los 240 y 380 kilómetros. Resulta inevitable imaginar a un flamante dueño de un VE planificando sus vacaciones de verano frente a Google Maps, calculando con ansiedad dónde podrá "repostar" para llegar a la Costa Atlántica.
Esta escena nos remite, con una mezcla de nostalgia y frustración, a lo que vivíamos hace un par de décadas cuando irrumpieron los vehículos con GNC. En aquel entonces, ante la inexistencia de una red sólida de estaciones, salir de vacaciones consistía en armar un complejo "Tetris" de rutas para no quedar varados.
Los datos publicados por la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA) en 2025 son reveladores. En Argentina existen poco más de 5.300 puntos de venta de combustibles. El desglose muestra 1.487 estaciones duales (liquídos + GNC), 597 exclusivas de GNC y 3.236 dedicadas a líquidos. Sin embargo, en todo el vasto territorio nacional, solo se registran 14 cargadores eléctricos de alta velocidad en estaciones estratégicas de YPF, Shell y Axion.
Al parecer, sin un plan integral de infraestructura que acompañe la tendencia, el auto eléctrico en Argentina seguirá siendo un lujo tecnológico apto solo para recorridos urbanos acotados, cargas en casa. A esto debería sumarse el desafío que supondrá reciclar las baterías de vehículos eléctricos en un futuro cercano.
* La autora es periodista. [email protected]