22 de noviembre de 2025 - 00:05

Enoturismo: el salto de calidad y la urgencia de la profesionalización

Mendoza, con su legado centenario y sus 180 bodegas abiertas al público, ya no solo es una región vitivinícola; se está consolidando, decididamente, como un destino enoturístico. En la última década, la cantidad de bodegas abiertas al turismo a nivel nacional creció un 87%, superando el millón de visitas anuales.

El reciente encuentro realizado el 11 de noviembre en la Facultad de Ciencias Agrarias —la Jornada de Enoturismo— no fue un evento más en la agenda mendocina; fue, de hecho, la formalización de un camino que la provincia ha transitado con éxito creciente, pero que ahora exige un salto de calidad profesional e institucional. Mendoza, con su legado centenario y sus 180 bodegas abiertas al público, ya no solo es una región vitivinícola; se está consolidando, decididamente, como un destino enoturístico.

De herramienta de marketing a unidad de negocio

Es fundamental comprender la transformación que ha experimentado el enoturismo. Lo que en sus inicios fue una mera herramienta de promoción para la venta de vino -un plus para atraer al consumidor-, se ha convertido, con el tiempo y la visión de sus actores, en una unidad de negocio autónoma y rentable. Este giro impulsó una articulación virtuosa y esencial con una matriz productiva mucho más amplia: desde el transporte y el alojamiento, hasta la gastronomía y las actividades culturales. El concepto de Caminos del Vino dejó de ser una ruta geográfica para convertirse en una red económica y experiencial que inyecta valor al desarrollo rural y productivo de la región.

Las cifras presentadas durante la jornada no hacen más que confirmar esta explosión: en la última década, la cantidad de bodegas abiertas al turismo a nivel nacional creció un 87%, superando el millón de visitas anuales. Esta expansión sostenida demuestra que el vino y su cultura tienen un poder de convocatoria que trasciende la copa. No obstante, una expansión tan vertiginosa demanda algo más que buena voluntad y productos de alta calidad: requiere planificación, innovación y gestión experta.

La diplomatura como pilar del futuro

En este contexto de crecimiento y sofisticación de la demanda, el anuncio central de la jornada emerge como un hito crucial: el lanzamiento de la Diplomatura de Posgrado en Planificación, Innovación y Gestión del Enoturismo. Esta propuesta conjunta de la Facultad de Ciencias Agrarias y la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo es la respuesta concreta y urgente a la necesidad de profesionalización que el sector venía pidiendo a gritos.

La universidad, al integrar dimensiones sociales, económicas y ambientales en su programa, reconoce que el enoturismo moderno es una actividad multidisciplinaria. Ya no basta con saber de cepas y terroir; el gestor enoturístico del futuro debe ser capaz de diseñar experiencias, planificar estratégicamente destinos, manejar herramientas de innovación y, sobre todo, garantizar la sostenibilidad de esta actividad en el tiempo. La articulación universitaria es clave para fortalecer el trabajo conjunto con el sector productivo de la región y asegurar que la formación esté alineada con las demandas reales del mercado.

El legado histórico y el futuro

La Jornada, además, supo equilibrar la mirada hacia el futuro con la revisión de la historia. La conferencia sobre Michel Aimé Pouget, a 150 años de su fallecimiento, a cargo del ingeniero Alejandro Melis, sirvió como recordatorio de que la excelencia vitivinícola de Mendoza es fruto de la innovación y la visión a largo plazo. Pouget, clave en la introducción de nuevas técnicas y variedades, representa el espíritu pionero que debe seguir guiando la gestión del enoturismo.

El análisis posterior del vicerrector de la UNCuyo, magister Gabriel Fidel, sobre "Mendoza: de región vitivinícola a destino enoturístico emergente", terminó de trazar el mapa: el potencial está allí, respaldado por la historia y un producto de clase mundial. Sin embargo, para capitalizar plenamente este potencial y proyectar las oportunidades para los próximos años, necesitamos talento humano altamente calificado.

Se sumó la presentación sobre Miguel Brascó y el vínculo entre literatura, gastronomía y vino.

Invertir en capital humano

La duración de ocho meses y la modalidad presencial remota de la diplomatura, combinando clases sincrónicas, asincrónicas y salidas a campo, ofrecen una estructura académica robusta y flexible. Desde la historia y tendencias hasta el diseño de productos y la gestión del destino, el programa coordinado por el magister Leonardo Santoni busca formar líderes capaces de llevar a cabo trabajos integradores aplicados a casos reales.

El enoturismo ya demostró su capacidad para ser una locomotora económica. Ahora, con el apoyo institucional y académico de la UNCuyo, estamos ante la posibilidad de asegurar que esta locomotora no solo siga avanzando, sino que lo haga sobre riel sólido y planificado. La inversión en la profesionalización de quienes planifican, innovan y gestionan los Caminos del Vino es la garantía de que Mendoza no solo será un destino "emergente", sino un destino consolidado, maduro y líder a nivel global. El vino de honor con el que se cerró la jornada debe ser un brindis por la calidad, la visión estratégica y el futuro profesional de nuestro enoturismo.

* La autora es ingeniera agrónoma. Decana de la Facultad de Ciencias Agrarias. UNCuyo.

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