22 de noviembre de 2025 - 00:10

Bots, IA, volcanes y noticias falsas: el algoritmo que nos aleja de la ciencia

Una crítica a las ferias de ciencias estudiantiles cuando en vez de promover en primer lugar la búsqueda del conocimiento lo que buscan es la mera competencia para que unos les ganen a otros, y, peor, a veces con evaluadores de escaso nivel de experticia.

He sido siempre muy crítica en relación con las ferias de ciencia, no porque me parezca mal que los jóvenes muestren una tarea que los entusiasmó, sino porque considero que la competencia, y peor aún las olimpiadas, a nivel de escuela secundaria, no es adecuada.

Mi crítica se relaciona principalmente con tres puntos:

La competencia y la exhibición

Los participantes van más para "ganarle" a los demás que para mostrar y compartir un trabajo interesante. Muchas veces se extralimitan, como el caso de los modelos de volcanes, tristemente famosos recientemente. El objetivo es llevarse diplomas o medallas, pues el trabajo en sí no interesa demasiado, lo cual debería ser ciertamente vergonzoso. ¿El alumno promedio rara vez participa en estas propuestas y si siempre promovemos a aquellos que se destacan, realmente estamos educando?

La preparación docente

Existe una falta de preparación de los docentes asesores. Se embarcan en temas fuera de la planificación de clase. Ponen a los estudiantes a "investigar", pero solo reproducen algo que otros han hecho a través de búsquedas bibliográficas cuyas fuentes son YouTube, TikTok o Instagram. Esto solo sería aceptable con conocimiento claro e innovación, pero un alumno de secundaria no puede inventar maquinaria inexistente para una feria.

Esto me lleva a reflexionar sobre Internet y sus recursos. Leí sobre la teoría del "Internet muerto", que afirma que la red está dominada por bots, IA y contenido algorítmico. Es un problema real si las propuestas de experimentos se generan así. Aunque las noticias falsas sobre ciencia existen desde el inicio de Internet, se espera que aún haya actividad humana capaz de discriminar entre correcto y falso.

En las ferias, se presentan temas inaceptables que alguien preseleccionó. He visto stands que hablan de extraterrestres, ovnis, que el microondas produce cáncer o que los celulares alteran órganos reproductores. Peor aún, hay quienes replican fakes antiguas, como hacer pochoclo con un celular (¡docentes de Ciencias Naturales me preguntaban si era cierto!).

Existe cierta falta de conocimiento de los evaluadores (que también son docentes), especialmente en Ciencias Naturales (lo digo con conocimiento directo). Evalúan y preguntan sobre cosas que no manejan y conocen solo superficialmente.

La promoción institucional vacía

Critico a las autoridades que promueven estas actividades sin que constituyan un aprendizaje real. Lo hacen solo para decir que han tenido cientos de chicos "haciendo cosas" (muchas imposibles de haber sido hechas por ellos). Los temas no dejan nada pedagógicamente ni conocimiento para la vida.

Hago estos comentarios sabiendo cómo es el sistema desde dentro. Fui docente secundaria por veinte años porque creo que allí están las mayores necesidades educativas y de allí emergen futuros científicos o tecnólogos, fundamentales para el progreso del país.

En esta línea poco virtuosa de la experimentación en la escuela, asistimos recientemente a dos accidentes que nunca debieron suceder en ferias de ciencia, ambos con demostraciones de la erupción de un volcán. Esto fue noticia por las consecuencias (alumnos hospitalizados), pero ya quedó antigua. Ya no está en los diarios y probablemente se siga haciendo el experimento porque todo quedó en nada.

¿Por qué estos chicos realizaron una experiencia de alto riesgo sin supervisión y en un sitio público?

Primero, porque todo vale. Debo ganar la medalla dorada, lo que solo sucederá si "deslumbro" al jurado. La reacción del jurado no se relaciona con el trabajo real, el esfuerzo o la innovación, sino con ser "espectacular", aunque no sirva para mucho.

Con mis alumnos, hace unos veinte años, presentamos una cámara de niebla casera, de esas en donde se detectan partículas en tiempo real. La preparamos entre todos, el curso votó por tres compañeros para presentarla en la feria. Un evaluador preguntó a los alumnos si las trazas eran fotones y otro si era una simulación (¡por favor!). Ese día, después de recorrer la feria, predije el ganador. Presentamos una queja por la deprimente evaluación y fue la última vez que asistimos a participar. Después, si los alumnos querían ir, la condición era "fuera de concurso", solo para mostrar que la ciencia es divertida y fascinante. Compartir lo que los alumnos aprenden en el aula es estimulante, para ellos y ellas, para los docentes, para sus familias; ese es el verdadero premio.

Finalmente, nadie quiere resignar los beneficios de Internet. Para quienes esperábamos semanas por respuestas y solo teníamos libros, Internet es un sueño, pero también puede ser una pesadilla.

Aún estamos a tiempo de tomar decisiones. El algoritmo no puede dominarnos. Salgamos más al Sol, descalcémonos, decidamos qué queremos para mañana y no adhiramos ni propaguemos contenidos inútiles, violentos, mentirosos. Confiemos más en la educación, la percepción y la experiencia. Dominemos nuestros miedos, sin que Internet nos domine.

Puede ser que el Internet esté muerto, pero nuestro cerebro está en permanente evolución.

* La autora es doctora en Astronomía, especializada en Astrofísica.

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