21 de noviembre de 2025 - 15:15

Gran descubrimiento: científicos hallaron un cráter "moderno" de casi 1 kilómetro

El cráter llamado Jinlin, se encuentra en el sur de China y corresponde a un fenómeno que ocurrió en un periodo que finalizó hace cerca de 11.700 años.

Recientemente, un equipo de investigadores anunció el descubrimiento del Cráter Jinlin en la provincia de Guangdong, cerca de la ciudad de Zhaoqing, en el sur de China. Este hallazgo tiene un gran interés internacional, ya que Jinlin se encuentra en un grupo de tan solo 200 estructuras de impacto conocidas a nivel mundial., destacado por su gran tamaño y juventud.

La estructura alcanza hasta 900 metros de ancho y 90 metros de profundidad. Un equipo de investigadores, determinó que se trata de un cráter originado durante el Holoceno, un periodo geológico que concluyó hace cerca de 11.700 años. Las estimaciones sobre la edad del Jinlin surgieron a partir de estudios detallados de la erosión del suelo y de la composición geológica a su alrededor.

Descubrimiento en una zona inesperada

El Jinlin fue identificado en la ladera de una colina boscosa, un lugar que no se encontraba en el radar de los estudios geológicos. Su hallazgo adquiere una relevancia aún mayor debido a las condiciones ambientales de la provincia de Guangdong, que normalmente acelerarían la desaparición de tales formaciones.

La región se caracteriza por tener un clima de abundantes lluvias monzónicas, alta humedad y una intensa actividad biológica. Estos factores suelen borrar con rapidez cualquier rastro de impactos. Por ello, la conservación del cráter es un misterio que desafía las expectativas.

Según los análisis, el cráter se preservó porque gruesas capas de granito erosionado actuaron como escudo de protección de la acción constante de los elementos. Este nivel de conservación es inusual en un clima tan adverso.

cráter china

La clave que confirmó el origen extraterrestre del cráter reside en evidencias que la geología terrestre no puede explicar por sí misma. Dentro del granito del Jinlin, los especialistas encontraron numerosos fragmentos de cuarzo con rasgos de deformación planar.

Estas marcas solo se producen bajo presiones extremas, superiores a los 10 gigapascales, y pueden llegar hasta 35 gigapascales. Tales presiones son inalcanzables para los volcanes, terremotos o procesos tectónicos convencionales.

Las características observadas sugieren que la única fuerza capaz de crear esas huellas permanece reservada para la colisión a hipervelocidad de un cuerpo espacial sobre la superficie del planeta. A partir de estos datos, los investigadores excluyeron que se tratase de un origen volcánico o tectónico.

La magnitud de la estructura descartó que la causa fuera un cometa, ya que estos objetos habrían generado una depresión mucho mayor, de al menos 10 kilómetros de ancho. Toda la evidencia apunta a que el responsable directo fue un meteorito, aunque su composición exacta (rocosa o metálica) aún está por definirse.

Nuevos interrogantes para los investigadores

El tamaño y la excelente conservación del Cráter Jinlin propician el debate sobre la frecuencia real de impactos de gran magnitud en tiempos recientes.

Hasta el momento, las estimaciones sobre cuántos meteoritos grandes caen sobre la Tierra se basan en catálogos incompletos. Esto se debe a que las formaciones confirmadas tienden a concentrarse en áreas con baja erosión y donde los programas de investigación están mejor financiados. Esto sugiere que las zonas remotas o con climas muy erosivos, como Guangdong, podrían ocultar muchas estructuras aún no identificadas.

cráter

El Jinlin desafía estos supuestos y sugiere que los registros existentes podrían subestimar tanto la frecuencia como el tamaño de los impactos recientes. El hecho que se haya conservado en un clima que borra rápidamente las huellas indica que la distribución desigual de cráteres en el mundo no refleja tanto la realidad de los impactos, sino la capacidad de cada región para conservar la evidencia. El hallazgo motivará la búsqueda de nuevas estructuras en ambientes hasta ahora subexplorados.

El gran impacto en la ciencia

El Jinlin despierta entre los especialistas gran cantidad de interrogantes sobre la evolución del paisaje y sobre la resiliencia de la corteza terrestre. Su presencia intacta en una ladera boscosa, sometida durante miles de años a la erosión, refuerza la hipótesis de que los procesos geológicos pueden esconder por siglos las huellas de eventos violentos.

Si existen más cráteres jóvenes y grandes ocultos bajo la vegetación o soterrados en capas profundas, la percepción del peligro de un impacto destructivo tendría que revisarse a la luz de datos más completos. Por ello, este hallazgo es un llamado urgente a intensificar la exploración en regiones poco investigadas, cuyo acceso se complica por el clima o el relieve.

Cada cráter bien datado ofrece un registro directo sobre el pasado del planeta. En el caso de Jinlin, su tamaño y antigüedad proporciona una referencia para entender los ritmos de cambio de la superficie en el Holoceno. Esta información ayuda a contextualizar sobre la historia ambiental de la región y su respuesta ante grandes perturbaciones, traducidas en transformaciones de los ecosistemas y la geografía local.

En el futuro cercano, los científicos buscarán determinar si el cuerpo que originó el Jinlin fue un meteorito metálico o pétreo y obtener la fecha precisa del impacto. Con las excavaciones y análisis de laboratorio se esperan nuevos descubrimientos sobre el material expulsado, la alteración de las rocas circundantes y la influencia de la colisión en la geografía local.

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