El rol de Brasil, clave regional

Lula ha aprovechado la Cumbre convocada por el presidente francés para debatir la construcción de un sistema financiero internacional más justo, que alivie la carga del pago de la deuda para los países en desarrollo.

Lula Da Silva en París. (AP/Lewis Joly, Pool)
Lula Da Silva en París. (AP/Lewis Joly, Pool)

La política exterior del presidente de Brasil busca un equilibrio en el escenario mundial, el que mantiene pese a las críticas provenientes de los países del G7, pero con diferentes matices. Lula ha aprovechado la Cumbre convocada por el presidente francés para debatir la construcción de un sistema financiero internacional más justo, que alivie la carga del pago de la deuda para los países en desarrollo. Se trata de una jugada hábil de Macron para desarrollar una política exterior al margen de la OTAN y de la Unión Europea, en la cual se ha centrado durante casi un año y medio, desde la invasión rusa a Ucrania. Lula apoyó con énfasis esta Cumbre, coincidiendo en ello con Macron. Pero aprovechó para ratificar su posición de neutralidad frente a Ucrania y su prioridad en buscar un proceso de paz que comience con un cese de fuego, aunque sea transitorio. El presidente brasileño aprovechó la oportunidad para proponer a su colega francés que acelere el demorado acuerdo comercial entre la UE y el MERCOSUR. Francia es el país más reticente, porque quiere mantener políticas proteccionistas para su sector agropecuario. Una prioridad de los cuatro países del grupo regional sudamericano es especialmente la apertura de este mercado. Nueva estructura financiera y el reclamo por el acuerdo UE-MERCOSUR fueron los ejes del planteo de Lula, pero también visitó el Vaticano, reuniéndose con el papa Francisco. Acá las prioridades fueron la paz en Ucrania y también la nueva arquitectura financiera.

El 17 y 18 de julio se realiza la Cumbre Unión Europea-Celac en Bruselas, buscando ampliar la influencia europea en la región para compensar la creciente presencia china. En enero se reunieron en Buenos Aires los cancilleres de los sesenta países (los veintisiete de la Unión Europea y los treinta y tres de la comunidad que reúne a los países de América Latina y el Caribe). Posteriormente, a comienzos de junio, la titular de la Comisión Europea, la alemana Úrsula von der Leyden, visitó brevemente cuatro países claves de América Latina: México, Brasil, Argentina y Chile. Anticipó que la UE va a anunciar una propuesta de inversiones por diez mil millones de dólares para la región. Es exigua frente a la de China. Cabe señalar que solamente la central nuclear que Beijing vende a Argentina es por ocho mil trescientos millones de dólares. La relación UE-Celac para frenar la influencia de China en la región es una manifestación más del alineamiento de las políticas externas de la UE con los Estados Unidos. La Celac no es una organización, sino sólo un ámbito de concertación de políticas, pero China supo transformarla en un instrumento para su política exterior con la región, dado que sólo Estados Unidos y Canadá están excluidos de ella. Por eso la Cumbre de Bruselas es un intento occidental de utilizar la Celac para competir con China. También la Cumbre pone de manifiesto el acercamiento de las políticas estadounidense y europea para ver a China como una amenaza común.

El segundo semestre se presenta más significativo en términos electorales en América Latina, de lo que se esperaba hasta hace poco. Tras el triunfo del oficialismo de centroderecha en Paraguay, el 20 de agosto es una fecha relevante. Ese día convergen la primera vuelta de la elección presidencial en Ecuador y la segunda de la presidencial de Guatemala. La elección ecuatoriana para elegir quien terminará el mandato interrumpido del presidente Guillermo Lasso, aparece incierta y planteada entre una candidata apoyada por el ex presidente Correa, un empresario y ex integrante de la Legión Extranjera francesa por la derecha, y un indigenista-ambientalista. La elección guatemalteca, en forma sorprendente, dejó para la segunda vuelta a dos candidatos progresistas, en un contexto fraccionado de veintidós candidaturas. La suma de los dos primeros reúne sólo un tercio del electorado total. La corrupción fue un tema relevante en la campaña, al igual que la inseguridad. La otra fecha clave es el 22 de octubre. Ese día coinciden la primera vuelta de la elección presidencial argentina y las primarias de la oposición venezolana. La elección argentina es relevante porque confirmará o no si la región ha empezado a girar hacia el centroderecha en 2023. Cabe agregar que previamente, el 13 de agosto, se realizan primarias obligatorias para elegir los candidatos. Las de la oposición venezolana son relevantes. Está primera en los sondeos María Corina Machado. Desde muy joven ha sido una opositora tenaz, con buena repercusión en los sectores populares, pero que la dirigencia nacional opositora bloqueó sus aspiraciones, optando por figuras como Capriles primero y Guaidó después, que fueron candidatos derrotados en oportunidades anteriores. Nicolás Maduro analiza suspender estas primarias para impedir que Machado siga creciendo.

La estrategia global de Brasil, buscando promover la paz desde una posición neutral como hace la India parece razonable, pero las argumentaciones a Nicolás Maduro no tanto y ello es un tema que está dividiendo la región.

* El autor es director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.

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