El paisaje vitícola de Mendoza

La aspiración de los autores es instalar en la política pública en general y en los planes de ordenamiento territorial en particular, una agenda sobre la preservación, puesta en valor y mejoramiento del paisaje.

El paisaje vitícola de Mendoza / Foto: Ignacio Blanco
El paisaje vitícola de Mendoza / Foto: Ignacio Blanco

Se ha plasmado recientemente el libro digital “El paisaje vitícola de la provincia de Mendoza. Su valoración económica y social”, editado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), obra de la cual me cupo el honor de ser compiladora.

Los autores provienen de esa institución, de varias universidades como las nacionales de Cuyo y Río Cuarto, la Universidad de Mendoza y el Instituto Nacional del Agua (INA).

Los oasis irrigados de Mendoza ocupan una pequeña fracción de la superficie provincial alojando a la mayor parte de la población y buena parte de las actividades que sustentan nuestra economía. Varios siglos de historia plasmaron la imagen actual, cada época imprimió su sello en el territorio y el paisaje resume este devenir.

El Área Metropolitana de Mendoza (AMM), con más de un millón de habitantes, manifiesta al igual que la mayoría de las ciudades, una tendencia expansiva creciente, invade, ocupa el área rural tradicional y en cierta forma la desnaturaliza. Esta preocupación es el hilo conductor de esta obra, donde autores de diversas disciplinas abordan la necesidad de conservar y valorizar las funciones culturales, patrimoniales y recreativas del paisaje de nuestros oasis cultivados. Se entiende que este deterioro ambiental no forma parte del costo asociado a los inevitables procesos de urbanización sino se asimilan a los costos del desorden imperante en el proceso expansivo. El disfrute queda amenazado frente a este proceso, identificado como la mayor fuente del deterioro de la calidad ambiental. Buena parte de los consultados responde que esta degradación conspira contra su bienestar y afecta su estilo de vida.

La obra es el resultado de varios años de trabajo en el tema bajo luz de diversas miradas y disciplinas: la ciencia del paisaje, la arquitectura, el urbanismo, la geografía, la sociología, agronomía y la economía.

El paisaje es el resultado de la interacción de un lugar físico con la experiencia humana, condicionada por valores afectivos, emocionales, estéticos y éticos. Es manifestación de una sociedad que transforma el territorio que habita; es señal de identidad y parte de un patrimonio colectivo que es necesario identificar, proteger y gestionar. Esta experiencia supera la estética en sí misma y se extiende a raíces profundas, apelando a la historia social y personal y calando en la identidad local. Para muchos es fuente de orgullo y prestigio colectivo.

En la misma definición está implícito su carácter de bien común. La Sociedad disfruta del mismo y por esta razón constituye un bien ambiental proveedor de beneficios.

En primer término, aborda la definición de paisaje bajo distintas miradas académicas. El análisis continúa indagando sobre los paisajes de interés cultural de zonas netamente vitícolas. Luego la mirada se enfoca al crecimiento urbano y el rol del ambiente en Mendoza, introduciendo el concepto de paisaje cultural, como resultante de procesos sociales. El libro posteriormente introduce el abordaje técnico de servicios ecosistémicos –entendidos como los beneficios que proveen los ecosistemas a la sociedad-, dentro de los cuales el disfrute del paisaje constituye un grupo particular: los servicios culturales.

La descripción de las transformaciones territoriales del Área Metropolitana y su entorno son presentadas a continuación, enfocando los procesos en el crecimiento poblacional y la expansión urbana. La percepción de estos fenómenos es abordada en los capítulos siguientes donde se reflejan los resultados de diversos talleres y de casi 700 encuestas a la población urbana de nuestro Gran Mendoza. Esta es una oportunidad de hacer público nuestro reconocimiento y agradecimiento a las familias que amablemente abrieron sus puertas y respondieron el cuestionario.

La aspiración de los autores es instalar en la política pública en general y en los planes de ordenamiento territorial en particular, una agenda sobre la preservación, puesta en valor y mejoramiento del paisaje. Omitir estas acciones significa condenar este patrimonio ambiental y cultural al recuerdo y la nostalgia. La sociedad mendocina valora los beneficios del paisaje agrícola, en especial el vitícola, el cual es asociado a su identidad cultural. Así, este bien no solo constituye un factor con impacto económico, patrimonial y cultural, sino una fuente de bienestar para las generaciones presentes y futuras. La sociedad mendocina reside en una reducida fracción de su territorio, con densidades semejantes a las europeas, esta congestión hace necesario el cumplimiento de normas de convivencias claras y de aplicación efectiva orientadas a la preservación del bien. Atento a las razones expuestas los autores consideran que instalar el respeto al paisaje en la conciencia social y en las políticas públicas, específicamente en las agendas de ordenamiento territorial aparece como un tema de alta prioridad, aun cuando las demandas enfoquen en temas de mayor urgencia resolutiva.

*La autora es Ingeniera agrónoma. UNCuyo.

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