Lo que comenzó como una forma desesperada de llegar a fin de mes terminó siendo una de las historias de vida más sorprendentes del mundo de los negocios. Darrel y Patrice Maxam se metieron en el rubro de los bienes raíces casi sin querer, alquilando una sola habitación para pagar la hipoteca.
Hoy manejan un imperio de alquileres temporarios y un pueblo de cabañas que genera decenas de miles de dólares mensuales.
De Airbnb al desarrollo de bienes raíces: una historia que inspira
Cuando se mudaron de Connecticut a Georgia, los Maxam compraron un bungalow antiguo por 249.400 dólares. Pero no fue una movida sencilla.
"Gastamos literalmente todo nuestro dinero en el enganche; teníamos 1000 dólares en nuestras cuentas bancarias", confesó Darrel Maxam.
En 2015, decidieron poner en alquiler una habitación de su casa a través de Airbnb. Empezaron con eso, después pasaron a alquilar la casa entera, y más tarde construyeron una minicasa en el fondo. Con el tiempo, llenaron su terreno de una hectárea y media con nueve unidades distintas.
"Cuando nos mudamos a Atlanta, estábamos en la ruina", relató Darrel. La primera minicasa fue posible gracias al programa Tiny House, Big Living de HGTV. Ese proyecto solo ya les dejó $2.500 extra por mes.
Maxam reconoció que ese fue el punto de quiebre: "En ese momento me enganché", dijo. "Teníamos un granero en el patio trasero. Lo convertí en otro espacio habitable. Un año después, terminé construyendo tres unidades más".
Cuando llegaron a tener cinco espacios en alquiler, ya facturaban alrededor de $15.000 mensuales.
Las cabañas en Nueva York que cambiaron su negocio para siempre
Hoy su enfoque está en Sodus, un pueblo del norte del estado de Nueva York. Allí construyeron el complejo Finger Lakes Treehouses, un desarrollo de cabañas de madera con estética moderna y lujo rústico.
Las unidades están hechas con madera traída de Finlandia, en alianza con la firma Red Falls Timber.
"No tocamos ningún proyecto a menos que podamos tener un flujo de caja positivo dentro de 18 meses", explicó Darrel, dejando clara la filosofía de negocios que los impulsa.
Las cabañas en forma de “A”, que cuestan unos 65 mil dólares cada una, se alquilan por unos $250 la noche, y entre todas generan entre $30.000 y $60.000 mensuales.
Cada unidad está equipada con cocineta, baño privado, aire acondicionado y jacuzzi de leña. Además, al ser estructuras prefabricadas, se arman en tres días. "Son como piezas de Lego", explicó Maxam.
El proyecto sigue creciendo: "Para el comienzo de la temporada, tendremos un total de 13 unidades", dijo Darrel. Y ya tienen en marcha una tercera fase que incluirá tiendas safari de lujo con baños privados.
También piensan a futuro: "Compramos terrenos en Belice para un desarrollo frente a la playa en 2026 o 2027", contaron.
Negocios con paciencia: la filosofía Maxam
Darrel dejó una reflexión clave para quienes quieran seguir sus pasos: "Todos quieren apresurarse y correr para completar el proyecto más grande, y no saben en qué se están metiendo".
Y agregó: "El único consejo que tengo para alguien que empieza como yo es que se mantenga lo suficientemente pequeño durante el tiempo suficiente, porque pronto será lo suficientemente grande".