29 de octubre de 2025 - 21:25

"Fue un exterminio": el relato de familiares y de una médica sobre el violento escenario en la favela de Penha

Al complejo Penha arribó una médica voluntaria, que fue por heridos pero solo encontró varios cuerpos. Allegados denuncian indicios de tortura, ejecución y otras violaciones de derechos humanos.

El megaoperativo policial en Río de Janiero, Brasil, dejó más de 130 muertos según informaron medios locales hasta el momento. La operación fue lanzada el martes por el gobierno de Cláudio Castro, del Partido Liberal (PL) de Bolsonaro. Del otro lado se encuentra el principal grupo criminal de la ciudad, el Comando Vermelho (CV).

El relato de una médica

El hecho que comenzó ayer se reporta como el más letal de la historia de Río de Janeiro. De esa ciudad surge Maria Sampaio, médica de la UFRJ (Universidad Federal de Río de Janeiro). La profesional de salud llegó al complejo Penha hoy, alrededor de las 9 de la mañana, para atender voluntariamente a los heridos.

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Aquí no hay nada que hacer. Pensé que encontraría heridos que necesitaran atención médica, pero solo hay muertos, todos ya en estado de descomposición”, manifestó Sampaio, de acuerdo al informe del medio local Globo. Al llegar a Penha, la médica vio una hilera de cadáveres tendidos en la calle. Siguiendo su relato, luego decidió adentrarse en el bosque con los vecinos para intentar retirar los demás cuerpos.

“Subimos, logré ayudar a recuperar un cuerpo, pero sin duda habrá muchos más. Llevo tres años trabajando como médica, he visto cosas muy difíciles, pero nada se compara con esto”, analizó.

El relato de un hombre que perdió a su nieto

La escena era de una fila de decenas de cuerpos tendidos frente a una guardería en Vila Cruzeiro, en el Complejo Penha, Zona Norte de Río de Janeiro. Allí, un adulto mayor, que crio a su nieto como a un hijo, señaló que no pudo ver el cuerpo de Jean Alex Santos Campos, (apodado Café, de 17 años), ya que había sido retirado por la furgoneta forense.

El hombre, de 63 años, aseguró que el joven siempre había sido un buen instrumentista y jugaba al fútbol. “Pero dentro de la comunidad, terminamos perdiendo por esto (señala la fila de cuerpos). Pierdes a tu hijo dos veces: una cuando ya no te escucha (y recurre al crimen) y luego cuando muere”, lamentó conmovido.

Según el hombre, que prefirió permanecer en el anonimato, recientemente sufrió un ataque al corazón debido a los “problemas” del joven, lo que le impidió ir a trabajar.

El relato de familiares

Junto a las decenas de hombres asesinados durante la Operación Contención, llevada a cabo ayer por la Policía Civil y Militar de Río de Janeiro, se encontraban familiares, en su mayoría mujeres. Madres, hermanas y esposas que lloraban junto a los cuerpos y cuestionaban la actuación del Estado.

Una de mujeres presentes era Elieci Santana, de 58 años, ama de casa. Cuenta que su hijo, Fábio Francisco Santana, de 36 años, le envió un mensaje diciendo que se entregaría y le indicaba dónde estaba. “Mi hijo se rindió, se fue esposado. Y en vez de las esposas, le arrancaron el brazo”, declaró, citada por la Agencia Brasil.

Entre los allegados que presenciaban los hechos en la plaza Sao Lucas, se decía que muchos habían muerto incluso después de rendirse. Los propios vecinos llevaron los cuerpos en la parte trasera de sus coches durante la madrugada.

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Por su parte, el pastelero Tauã Brito, cuyo hijo Wellington murió durante la operación, aseguró que muchos seguían vivos ayer en el bosque, a pesar de haber recibido disparos. “Ayer fui a Getúlio (Hospital Getúlio Vargas) para pedirles que subieran con nosotros, para poder salvar a estos chicos. Nadie más podía subir. Estaban vivos”, advirtió al medio local.

Aún preocupado por lo sucedido, Tauã manifestó a los periodistas que solo quería sacar a su hijo de la calle. “No va a servir de nada. Esa es la verdad. Porque aquí hay mucha gente llorando, pero afuera hay mucha gente aplaudiendo. Lo que hicieron fue una masacre”, agregó.

El abogado Albino Pereira, quien representa a algunas de las familias, supervisó las diligencias durante la mañana. Según su evaluación, existen claros indicios de tortura, ejecución y otras violaciones de derechos humanos.

“Ni siquiera hace falta ser un experto para ver que hay quemaduras (en la piel). Los disparos se efectuaron con el arma presionada contra la piel. Llegó un cuerpo sin cabeza. La cabeza llegó dentro de una bolsa; había sido decapitada. Así que esto fue un exterminio”, explicó en el reporte de Agencia Brasil.

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