El poderoso huracán Melissa, de categoría 3, que arrasó con Jamaica y dejó 7 muertos, tocó tierra este miércoles en el este de Cuba, dejando a su paso vientos devastadores de hasta 185 km/h, intensas lluvias e inundaciones en varias provincias.
El devastador huracán bajó a categoría 3 y en estos momentos está en Cuba. El presidente, Miguel Díaz-Canel, advirtió en cadena nacional que esta será “una noche muy difícil”.
El poderoso huracán Melissa, de categoría 3, que arrasó con Jamaica y dejó 7 muertos, tocó tierra este miércoles en el este de Cuba, dejando a su paso vientos devastadores de hasta 185 km/h, intensas lluvias e inundaciones en varias provincias.
El fenómeno, calificado por las autoridades como “extremadamente peligroso”, avanza hacia Guantánamo mientras se mantiene activo un amplio operativo de emergencia en toda la región oriental.
Según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos, el núcleo del huracán se desplaza a unos 19 kilómetros por hora, y se espera que cruce el este de la isla durante la mañana para luego dirigirse hacia el sureste y centro de las Bahamas en el transcurso del día.
“Melissa seguirá siendo un huracán potente cuando se desplace por las Bahamas y también al acercarse a Bermudas el jueves por la noche”, advirtió el organismo meteorológico.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, advirtió en cadena nacional que esta será “una noche muy difícil” y pidió “máxima responsabilidad y precaución” a la población.
Las autoridades cubanas han advertido de que se trata de un sistema "extremadamente peligroso" por la probabilidad de que se produzcan inundaciones súbitas, deslaves, penetraciones del mar en zonas bajas costeras, derrumbes e, incluso, roturas de presas.
Las provincias más afectadas por el impacto directo del ciclón son Granma, Santiago de Cuba, Guantánamo, Holguín y Las Tunas, donde los vientos huracanados ya provocan caída de árboles, cortes eléctricos y derrumbes parciales.
Hasta el momento, más de 735.000 personas fueron evacuadas o resguardadas, la mayoría en casas de familiares y amigos, pero miles permanecen en refugios temporales habilitados por el gobierno.
El huracán obligó a detener el transporte terrestre, marítimo y aéreo, suspender las clases y asegurar infraestructuras estatales y cultivos en toda la región oriental.
Dos de las siete centrales termoeléctricas del país, consideradas la columna vertebral del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), fueron apagadas preventivamente ante el temor de daños por los fuertes vientos.
Antes de llegar a Cuba, Melissa azotó Jamaica como huracán de categoría 5, provocando graves destrozos en infraestructuras, cortes de electricidad que afectaron a más de medio millón de personas y el aislamiento de varias comunidades por la destrucción de rutas.
El primer ministro jamaiquino, Andrew Holness, declaró al país “zona catastrófica”.
Cuba no enfrentaba un fenómeno de esta magnitud desde Irma (2017), que dejó 10 muertos y daños por 13.000 millones de dólares, y desde Sandy (2012), que provocó 11 fallecimientos en Santiago de Cuba.
Tras permanecer entre seis y ocho horas en tierra, se espera que Melissa salga al mar por Banes, en el noreste de la isla, aunque sus efectos se sentirán por al menos diez horas más.