El asesinato de un reconocido conductor televisivo y su pareja sacude a Australia

Jesse Baird, reconocido presentador de Network 10, uno de los principales canales de televisión de Australia, y su pareja, Luke Davis, un azafato de la aerolínea Qantas, desaparecieron en circunstancias misteriosas.

Jesse Baird y su pareja, Luke Davis, en su última fotografía juntos (instagram)
Jesse Baird y su pareja, Luke Davis, en su última fotografía juntos (instagram)

Sídney, Australia, se ve sacudida por un oscuro suceso que ha conmocionado a la opinión pública. Jesse Baird, reconocido presentador de Network 10, uno de los principales canales de televisión del país, y su pareja, Luke Davis, un azafato de la aerolínea Qantas, desaparecierón en circunstancias misteriosas, desencadenando una intensa investigación que ha culminado en un escalofriante descubrimiento.

El pasado miércoles, las pertenencias personales de Baird y Davis, incluyendo un reloj, un teléfono y una tarjeta de crédito, fueron halladas en un contenedor de basura en Sídney. Este macabro hallazgo, parcialmente ensangrentado, fue el preludio de una serie de revelaciones perturbadoras.

Las autoridades, alarmadas por la situación, registraron la residencia de Baird en el exclusivo barrio de Paddington, donde se encontraron evidencias que sugerían un violento suceso: rastros de sangre, un proyectil y un casquillo de arma de fuego que coincidían con el tipo de munición utilizado por un oficial de policía, identificado como B.L.C., quien ha sido detenido y acusado formalmente del doble asesinato.

El oficial bajo sospecha, un agente de alto rango perteneciente a un comando especializado, mantenía una relación cercana con Baird, incluso se sugiere que habrían mantenido relaciones íntimas, profundizando el misterio que rodea al caso.

En un giro aún más sombrío, las autoridades han rastreado una finca en la localidad de Goulburn, a 200 kilómetros al suroeste de Sídney, en busca de los cuerpos de las víctimas. Se presume que el acusado transportó los cadáveres hasta el lugar en una furgoneta alquilada, la cual fue incautada por la policía. Según la investigación, el sospechoso adquirió herramientas y pesas para ocultar los cuerpos en uno de los estanques de la propiedad.

La falta de cooperación por parte del acusado ha complicado aún más la situación, dejando a las autoridades con pocas pistas tangibles para resolver este horrendo crimen que ha estremecido a la nación.

En medio de la conmoción, la jefa de la policía de Nueva Gales del Sur, Karen Webb, emitió un comunicado reconociendo la atención mediática del caso y ofreciendo disculpas por la deficiente investigación de crímenes contra la comunidad LGTBI.

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