Cuando el humo blanco se eleve sobre la chimenea de la Capilla Sixtina y las campanas del Vaticano rompan el silencio, el cardenal protodiácono Dominique Mamberti saldrá al balcón central de la Basílica de San Pedro y pronunciará una serie de palabras que, desde el siglo XV, anuncia al mundo la llegada de un nuevo pontífice.