En una calurosa noche, mendocinos y turistas compartieron una "sinfonía" de Vendimia

Apenas concluyó el espectáculo, y ante un Frank Romero Day repleto, la candidata del Valle de Uco se consagró como nueva soberana vendimial.

En una calurosa noche, mendocinos y turistas compartieron una "sinfonía" de Vendimia
En una calurosa noche, mendocinos y turistas compartieron una "sinfonía" de Vendimia

Más de 19.000 personas presenciaron la 84° edición de la Fiesta Nacional de la Vendimia, un espectáculo que reúne danza, teatro, música y despliegue visual para conformar un género único. Y el de anoche, titulado "Sinfonía azul para el vino nuevo" coronó como Reina Nacional de la Vendimia 2020 a Mayra Tous (22 años), representante del departamento de Tupungato, con 67 votos. Su virreina, en tanto, será Eugenia Serrani (21 años), de Tunuyán, quien recibió 48 votos.

Ellas recibieron los atributos de parte de María Laura Micames y Luz Martina Mercol, reina y virreina salientes.

La tupungatina, quien se mostró suelta y aplomada en su discurso con la corona, tiene estirpe "real": su tía y su prima ya fueron reinas nacionales de la Vendimia. Al brindar sus palabras al teatro griego, no se olvidó de destacar el día de la mujer y dedicó su reinado a "los viñateros que salen a trabajar para que nuestra fiesta siga siendo una

Sinfonía sobre tablas

En esta ocasión, el espectáculo fue dirigido y guionado por el artista Rafael "Golondrina" Ruiz, quien ya había tenido esta experiencia en 2005. La dirección musical estuvo a cargo del pianista y director Juan Pablo Moltisanti.


    José Gutiérrez / Los Andes
José Gutiérrez / Los Andes

El calor no fue impedimento para que la gente llegase temprano. Antes del comienzo de la previa el teatro ya estaba a pleno. 

A las 22, comenzó el Acto Central que cautivó con una propuesta muy impactante desde lo visual y musical. Así la banda sinfónica, el juego significativo de colores y los efectos especiales sorprendieron al público sobre un escenario 30% más ancho de lo habitual. Los 3.500 m2 de superficie se desplegaron en 5 niveles con un total de 18 metros de alto. Una plataforma giratoria de 8 metros de diámetro fue el espacio donde se ubicaron los protagonistas de esta historia que tuvo mucho de teatro en tono de comedia.

Pese a las incorporaciones tecnológicas, las cajas lumínicas, patrimonio cultural de Mendoza siguen aportando una estética particular que en este caso deslumbró especialmente, luego de haber ganado para la ocasión 25% de superficie.

Identidad y esperanza

El guion apuntó a destacar la esperanza y los deseos de libertad que atraviesan la historia y el espíritu mendocinos.


    José Gutiérrez / Los Andes
José Gutiérrez / Los Andes

La historia que vinculó el relato tuvo como protagonista a Sinfónicus (Aníbal Villa), un director de orquesta que busca encontrar la nota azul en la composición de una sinfonía para celebrar el nacimiento del vino nuevo. Esta nota hace referencia a un estado supremo de éxtasis que la música puede producir, aunque al parecer lograrlo es casi imposible.

Tras este cometido, en tono de comedia y con la mayor parte del relato en el plano onírico, musas que representan la Memoria Absoluta aparecen durante un sueño para intentar inspirarlo. Reconocidas actrices mendocinas encarnan así a siete memorias: el agua, la tierra, la fe, el fuego, la humanidad, el vino y el aire.

En 10 cuadros, se hizo el recorrido por los momentos que suele traer a colación la Vendimia como el regalo de la vida que da la naturaleza, los huarpes, los inmigrantes, la fe con la presencia de la Virgen de la Carrodilla y la búsqueda de la libertad asociada al General San Martín.


Fragmento de "Sinfonía azul para el vino nuevo"  | José Gutiérez / Los Andes
Fragmento de "Sinfonía azul para el vino nuevo" | José Gutiérez / Los Andes

Entre las presencias particulares se destacó la irrupción del "Tetra", el vino popular que vino a reclamar reconocimiento como nuevo varietal. Se trató de un cuadro lleno de color y alegría, con notas circenses. "Somos el vino del salario proletario, de los que sueñan algo más", anunciaba el rítmico canto.

El espectáculo tuvo como protagonistas destacados la música, el color de contenido significativo y las cajas lumínicas que junto a otros efectos especiales lograron una puesta que impactó desde lo visual.

La música, claro, se destacó. El ensamble de casi 70 músicos y cantantes en vivo logró ser el centro de atención y fue importante el espacio que tuvieron en el escenario. La orquesta estaba ubicada arriba en el centro y esta vez podían verse todos los músicos gracias a que se ubicaron en gradas. La música, de carácter sinfónico, se atrevió a incorporar diversos estilos, muchos de los cuales son poco usuales en el el género vendimial.

A diferencia de otras ocasiones en que la aparición de la Virgen de la Carrodilla conmueve a los presentes, en esta ocasión no se pararon ni la saludaron con pañuelos, quizás porque no pasó la imagen por el escenario sino que sólo se expuso su foto.


Fragmento de "Sinfonía azul para el vino nuevo"  | José Gutiérez / Los Andes
Fragmento de "Sinfonía azul para el vino nuevo" | José Gutiérez / Los Andes

El cuadro del malambo, el del tango y el que puso a San Martín como centro del show, fueron, sin dudas, los más aplaudidos.

Los efectos especiales sorprendieron a los asistentes. Fue impactante la “piroescena”, esto es, el uso de fuegos artificiales fríos al ritmo de la música.

Sobre el escenario se desplegaron 1.050 artistas entre bailarines, actores, acróbatas de piso y aéreos. En varias de las pantallas ubicadas en la parte central se apuntaló el mensaje que aludió al federalismo y a la confluencia de la cultural latinoamericana en la construcción de la identidad local.

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