El Tomba jugó su peor partido, sufrió un duro revés a la ilusión, pero tiene revancha a la vuelta de la esquina

Godoy Cruz llegaba con la ilusión de ser líder al menos por unas horas, pero volvió a jugar mal y fue goleado y superado por Central Córdoba, que le ganó un duelo clave en la lucha por los promedios para el descenso.

Lautaro Montoya (13), lateral izquierdo del Ferroviario santiagüeño, deja en el camino a Ferrari y Breitenbruch. El Tomba se pegó un golpazo en en el Norte.
Lautaro Montoya (13), lateral izquierdo del Ferroviario santiagüeño, deja en el camino a Ferrari y Breitenbruch. El Tomba se pegó un golpazo en en el Norte.

Un golpe durísimo a la esperanza, pero también un baño de realidad. Porque más allá del reciente andar airoso, el análisis de la realidad futbolística indicaba que Godoy Cruz no venía jugando para nada bien. Todo lo contrario. El equipo de la dupla había sido superado en el juego por Belgrano (Copa Argentina) y también por Arsenal. De hecho, sus arqueros (Espinola y Rodríguez, respectivamente) habían sido figuras excluyentes.

Mucho más allá de ese funcionamiento irregular, la racha de seis partidos sin perder (cuatro victorias y dos empates) le habían permitido al Expreso llegar a Santiago del Estero con la ilusión de quedar puntero al menos por unas horas. Sin embargo, el Tomba sufrió una derrota sin atenuantes ante Central Córdoba. Y lo que es peor, el Ferroviario es un rival directo en la lucha por la permanencia.

Los dirigidos por Abel Balbo tardaron apenas 10 minutos en abrir el partido. El zapatazo inatajable de Alejandro Martínez, tras un despeje a medias de la defensa, resultó un impacto muy difícil de superar para un Godoy Cruz carente de reacción.

El desarrollo dejaba claro que controlar la pelota no significa dominar las acciones. El 58% de posesión de balón por parte de Godoy Cruz resultó inútil frente a un elenco colectivamente inconexo, largo e impreciso. Casi nunca pudo juntar pases para hilvanar circuitos de juego. Y para colmo de males, se defendía mal. El equipo de la dupla evidenciaba serios problemas en la contención y el retroceso. Y esos huecos fueron bien aprovechados por Alejandro Martínez, Renzo López, el sobrino nieto de Maradona (López Muñoz) y compañía.

La explicación a la mala actuación de Godoy Cruz hay que buscarla en los méritos del adversario. El Ferroviario jugó un verdadero partidazo. Desde que Baliño pitó el inicio, los santiagueños se tomaron el duelo como lo que realmente era, una tremenda batalla por la permanencia en la categoría.

Los laterales, Iván Ramírez y Lautaro Montoya, fueron armas ofensivas que se sumaron a Hernán López Muñoz y Alejandro Martínez para atacar casi siempre en superioridad numérica a los marcadores de punta contrarios.

Godoy Cruz nunca encontró una solución para cubrir las espaldas de Ojeda y Burgoa, quienes tuvieron un mal retroceso y dejaron desprotegidos tanto a Breitenbruch como a Negri, quienes se vieron permanentemente desbordados por las bandas, allí donde estuvo el negocio de los dirigidos por Abel Balbo.

La movilidad de López Muñoz, Kaprof y Renzo López también fue otra arista clave porque jamás dieron referencias a los defensores y generaron peligro de forma constante.

Los santiagueños mostraron muy buen juego asociado. Soraire y Linares ganaron el mediocampo ante un Tomba excesivamente largo, que quedó desequilibrado y jamás pudo hacer pie en el medio. Así, el desarrollo del juego fluyó para el local.

Para colmo, la dupla Orsi-Gómez metió mano a los 35′ del primer tiempo y buscó un revulsivo con los ingresos de Allende y Castro Ponce por Burgoa y Ábrego, quien entrenó diferenciado casi toda la semana.

De hecho, la diferencia entre uno y otro equipo pudo haber sido mucho más amplia, pero el Ruso Rodríguez ratificó su momento y tuvo varias tapadas clave para evitar que el Tomba se volviese del estadio Madre de Ciudades con una derrota humillante.

El arquero volvió a convertirse en la figura de Godoy Cruz: les ahogó gritos de gol a Juan Cruz Kaprof, Lautaro Montoya, Renzo López y Gonzalo Torres. Eso sí, en el segundo gol de Renzo López dudó entre salir y quedarse y fue fatal, más allá de que el lungo delantero uruguayo le ganó en el salto a Gianluca Ferrari.

Sin dudas, el Tomba jugó su peor partido en el campeonato, sufrió un duro revés a la ilusión, pero ya tiene el desquite a la vuelta de la esquina: el próximo martes a las 19 horas enfrentará a Tigre en el Malvinas Argentinas. Es hora de comenzar a afilar la espada de la revancha.

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