El Manchester City es la gran bestia “Pep”

El mejor equipo de la temporada europea fue campeón sin jugar bien. Por eso la primera reacción de Guardiola no fue festejar, sino ir a saludar a Simone Inzaghi, el entrenador del Inter, que hizo una gran final de la Champions y lo tuvo entre las cuerdas.

LA OBSESIÓN. Manchester City se sacó la mufa y pudo consagrarse por primera vez en la Champions League. / AP
LA OBSESIÓN. Manchester City se sacó la mufa y pudo consagrarse por primera vez en la Champions League. / AP

Que el Manchester City fue el mejor equipo de la Liga de Campeones de Europa 2022/23, no hay discusión alguna. Con lógico razonamiento, para un alto porcentaje del mundo del fútbol, también es el mejor equipo del mundo (algo que deberá ratificar en el próximo Mundial de Clubes). Eso sí, en la final de Estambul no lo fue tanto. El mérito es puro y exclusivo del Inter de Milan.

El plan de los de Pep fue el esperado, pero esta vez no hubo fluidez en la circulación del bloque alto porque Inter le anuló circuitos, lo hizo jugar de espaldas, con pase al pie y no con ventaja a favor del espacio.

La primera parte fue una clase magistral del elenco italiano dirigido por el infravalorado Simone Inzaghi. Si había alguna duda respecto de dónde iba a plantear su primera línea de presión, la incógnita fue develada en los primeros minutos: con la presión bien alta, intentó (y lo logró) tapar la salida clara del City desde el fondo.

Los delanteros y mediocampistas interistas saltaban a la presión (uno a uno) a los poseedores del City buscando algún yerro de los “ciudadanos”. Y lo hubo, de Ederson, pero Nicolo Barella no lo aprovechó.

Al City le costó encontrar al tercer hombre desde ese primer eslabón de pase que nace desde el arquero a los centrales. Con los receptores bien vigilados y los circuitos tapados, el balón pasó más por Akanji y Aké, que por Rodri, Stones, De Bruyne, Gündogan, Silva o Grealish.

El partido se jugaba más como lo había imaginado Inzaghi que Guardiola. Barella, del medio a la derecha, encontraba huecos en la espalda de Gündogan. Y el turco Calhanoglu rompía líneas con su velocidad para ser opción de continuidad.

Los internos del City no encontraban pase por adentro y el resto no desequilibraba por afuera. Así, en la primera parte hubo pocas emociones.

Con la línea de tres centrales (Darmian, Acerbi y Bastoni) y dos carrileros (Dumpries y Dimarco), “il Nerazzurri” defendió de forma magistral. Retrocedió reduciendo espacios y tapando todas las vías de pases por dentro. El nuevo rol de Stones, intentando crear en posiciones intermedias, tampoco resultaba en los ingleses.

A esa altura, Dimarco era el mejor del Inter. Dinámico para atacar y defender, importante para desequilibrar en transición y con capacidad de sacar buenos centros en situación incómoda, el lateral-volante zurdo le ganaba el duelo a Bernardo Silva.

Así las cosas, sólo un desmarque de Haaland -y el posterior remate de zurda que tapó el bueno de Onana- sirvió como única ocasión clara del primer acto, certificando que el plan del Inter era perfecto.

Al descanso, la final estaba donde el Inter quería, y más tras la lesión de De Bruyne (¡otra vez como en 2021!). La entrada de un buen jugador como Foden no fue suficiente. Quizá el error de “Pep”fue no haber apostado por un Julián en estado de gracia que hubiese sido más útil para romper como “falso 9″ por detrás del noruego. Foden, demasiado centralizado, era cambio cantado por Grealish, quien recibía siempre de espaldas y casi nunca pudo desequilibrar en el uno contra uno por la banda izquierda.

La segunda parte seguía con la misma tónica. Un gran Inter y un pobre City, en términos ofensivos. En una de éstas, Akanji se equivocó en el pase atrás, Lautaro quedó solo ante Ederson, pero el “Toro”resolvió mal y el Inter perdió una ocasión de oro.

Pero, no por nada el City de Guardiola es el equipo que mejor juego ha desplegado esta temporada. Algún espacio iba a encontrar... Akanji rompió líneas con un pase profundo para Bernardo, centro atrás, rebote y golazo de Rodri, eligiendo el palo y dejando de estatua a Onana. Inter retrocedió sin escalonarse y el español llegó solo. El City plasmaba en el resultado lo que no había podido en el desarrollo.

Las circunstancias obligaron al Inter a ir a buscarlo y eso generó mayores espacios para el ataque del City. El partido se abrió. Tanto, que al minuto siguiente, Dimarco estuvo a punto de empatar. En la siguiente, Onana le tapó un mano a mano inmejorable a Foden.

El Inter no estaba muerto. Pero Lukaku estaba en modo Bélgica-Croacia en Qatar 2022, tiró al “muñeco” y Ederson se encontró el cabezazo. Y en tiempo cumplido, el “1″ del City le sacó otro cabezazo a Gosens. Ahí acabó todo. Era el final para un equipo italiano que hizo una buena final, inteligente, donde tuvo tres claras opciones. Pero estaba ante el City, señores, el mejor equipo de la temporada. La gran bestia “Pep” de este 2023.

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