Las mujeres hacen el 90% de las tareas del hogar

Según la Encuesta de Condiciones de Vida, ellas son responsables de la mayor parte de las tareas domésticas.

Las mujeres hacen el 90% de las tareas del hogar
Las mujeres hacen el 90% de las tareas del hogar

En 9 de cada 10 hogares mendocinos las mujeres son responsables de lavar la ropa, cuidar a los niños y limpiar la casa. Frente a los varones que sólo tienen participación mayoritaria en la reparación de artefactos y mantenimiento de vivienda. Datos de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) que realizó la DEIE en 2016, que muestran que a pesar de los avances en materia igualdad de género y de inserción laboral de las mujeres, puertas adentro sigue predominando un modelo cultural desequilibrado en cuanto a las responsabilidades hogareñas.

En el apartado “Hogares en los que el principal responsable de las tareas domésticas y de cuidado es un componente del hogar, por sexo”, la DEIE consultó por 8 faenas cotidianas y en 7 de ellas predominó la responsabilidad por parte de las mujeres.

La tarea que más recae en ellas es el lavado y el planchado de la ropa con un 90,2%, a la que le sigue el cuidado de los niños con 88,9% y la limpieza y el orden  con 87,8%. En cuarto lugar aparece la preparación y cocina de los alimentos, en la que los varones se ven levemente más involucrados con un 13% de participación, frente al 87% de ellas.

Cuando se habla del cuidado de enfermos o personas con discapacidad las féminas siguen predominando con 74,6%, lo mismo que cuando se trata de la atención de adultos dependientes con 73,1%.

Haciendo foco únicamente en los hogares rurales estos porcentajes se incrementan, sobre todo cuando se observan las tareas de cuidado. Allí en el 93% de los casos las mujeres son responsables del cuidado de los niños y en el 86,5% de enfermos y personas con discapacidad.

Dentro de las labores relevadas, la única en la que en los hogares  mendocinos en general recae mayoritariamente en los varones, es la reparación de artefactos y mantenimiento de vivienda con 82% para ellos. Mientras que la responsabilidad de realizar compras o trámites, también parece más repartida, aunque siguen siendo las mujeres en mayor proporción (65,1%) las que se encargan de esta tarea.

Se trata de un situación que no sorprender y que años atrás ayudó a visibilizar la Encuesta Sobre el Trabajo No Remunerado y Uso del Tiempo que realizó el Indec durante el último trimestre de 2013. Allí se concluyó que las mendocinas dedican el doble de horas (7,4) a las tareas domésticas en relación a los varones (3,6), aun cuando ellas tienen una ocupación.

Población económicamente activa

Frente a este panorama la Directora de Género y Diversidad de la provincia, Silvina Anfuso, aseguró que en ciertos sectores hay avances en cuanto a la equidad a la distribución de tareas cotidianas pero que a nivel general "el incremento de la participación de las mujeres como población económicamente activa en el ámbito fuera del hogar -en trabajos remunerados-, no se condice con la inclusión de los varones en las tareas del hogar que son tareas no remuneradas". Por esta razón en las mujeres recae una situación de doble o triple jornada laboral. "Lo que ha provocado una generación de mujeres en las que se ve mucha sintomatología de estrés y sobrecarga laboral, porque además de trabajar tiene que satisfacer otras demandas que se siguen depositando en ellas", manifestó la funcionaria

Según su visión, como sociedad todavía nos encontramos en el proceso de intentar lograr la equidad y la corresponsabilidad en los trabajos de cuidados y tareas del hogar. Para hacerlo posible sería necesaria mayor inclusión del hombre en el ámbito doméstico, aspecto que viene "demorado".
Para Anfuso el estereotipo de que la mujer debe encargarse de todo, se reproduce cada vez que en la escuela se cita a una madre para hablar de los problemas de su hijo o que se asume que ella deberá tomar licencia en el trabajo para cuidar al pequeño que se enfermó. "Porque se sigue entendiendo que el trabajo del varón es más importante", aseguró.

Por su parte, la socióloga Graciela Burgardt reconoció que los sectores medios han avanzado en mayor medida a la hora de equilibrar los roles.

“Mientras que en los sectores populares es  donde en general subsiste mucho más esta idea de 'en todo caso te ayudo'”, expuso.  Asimismo remarcó que las tareas cotidianas de los hombres se limitan al mantenimiento del hogar o del automóvil y en algunos casos en las tareas escolares de los niños.

Brecha generacional

Anfuso también ha observado en las generaciones más jóvenes una mayor tendencia a equilibrar las tareas, lo que todavía considera necesario analizar. "Por ahora lo único que nos está indicando que favorece la corresponsabilidad es la mayor inclusión en el nivel educativo. Habría que evaluar qué cambios en concreto traen los cambios generacionales", indicó la directora de Género

Lo que sí se permitió adelantar es que los más jóvenes comienzan a pensar que las tareas no le corresponden a una persona por pertenecer a un género, "sino que las tareas se distribuyen más democráticamente, acordando y discutiendo armónicamente. En definitiva democratizando más las formas de organización del tiempo colectivamente y familiarmente", precisó.

División del trabajo

Tratando de encontrar el origen de la histórica división de las tareas entre hombres y mujeres, la socióloga Graciela Burgardt aclaró que se trata de una construcción cultural. "No todas las sociedades humanas tuvieron esa división social del trabajo, pero es verdad que si uno analiza diferentes sociedades a lo largo de la historia es mucho más posible encontrar sociedades patriarcales", reconoció. De todas formas explicó que la división sexual del trabajo se acentuó con el desarrollo del capitalismo industrial. "Ya no son los talleres hogareños donde se trabaja, sino que hay que salir a trabajar por lo que se establece una división de los roles laborales sexuales", detalló. Por otra parte subrayó que la división en sí misma no es el problema, sino que el inconveniente radica en que esa división también jerarquiza. Así se valora más el trabajo externo y remunerado que las tareas hogareñas que realizan las mujeres.

Sepa más

La Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) que realizó la DEIE en 2016, también indagó sobre la percepción de ayuda externa en las tareas domésticas y cuidado. Esto permitió concluir que en la mayoría de los hogares mendocinos no reciben ayuda de terceros. En detalle se revela que para cocinar sólo un 8,1% cuenta con asistencia externa, mientras que para lavar y planchar la ropa sólo un 10,1%. Levemente más elevada es la colaboración para limpiar y ordenar la casa (12,3%), así como para la reparación de artefactos y mantenimiento (12%). El porcentaje se eleva unos puntos en la asistencia externa en el cuidado de niños (13,3%) y en el cuidado de adultos dependientes (15,1%).

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