La Vendimia que se quedó sin Almuerzo de las Fuerzas Vivas

En 1979, el entonces gobernador militar, Jorge Sixto Fernández, decidió no incluir la celebración en el calendario oficial.

La Vendimia que se quedó sin Almuerzo de las Fuerzas Vivas
La Vendimia que se quedó sin Almuerzo de las Fuerzas Vivas

Las entidades vitivinícolas vienen protagonizando enfrentamientos desde hace varios años, ya sea por defender intereses de distintos sectores de la industria como por tener una concepción distinta de la política vitivinícola y de la economía.

A fines de la década del 70, dos entidades fueron protagonistas de un hecho inédito en la Fiesta de la Vendimia.

"Hola, hablamos desde el Gobierno de la Provincia. Nos comunicamos para informarles que este año no vamos a incluir el Almuerzo de las Fuerzas Vivas en el calendario oficial de los festejos de la Fiesta de la Vendimia. Gracias, buenas tardes".

El llamado se produjo el 16 de febrero del 1979, y el destinatario fue el Centro de Bodegueros de Mendoza, entidad que venía realizando el tradicional agasajo desde 1936 ininterrumpidamente.

A fines de los 70 la vitivinicultura mendocina se encontraba transitando un momento especial, debido a que el Grupo Greco tenía una posición dominante en el sector porque controlaba varias bodegas importantes -como Bodegas y Viñedos Arizu, Resero y Talacasto, entre otras- y además poseía el Banco de Los Andes. Así es como podía comprar la uva a los productores a mejor precio que las otras bodegas, generando distorsiones en el mercado. Una parte de las bodegas que estaban en contra del accionar de Greco y de sus concepciones sobre la vitivinicultura y la economía, estaban nucleadas en el Centro de Bodegueros de Mendoza.

El mismo día en que el gobierno comunicó al Centro de Bodegueros que no iba a incluir el almuerzo en el calendario oficial, la Asociación de Entidades Vitivinícolas (Adevi), liderada por las bodegas del grupo Greco, informó que realizaría un almuerzo al que asistirían invitados de todo el país y aclarando que tampoco estaría en el calendario oficial del Gobierno.

El 19 de febrero las autoridades del Centro de Bodegueros de Mendoza decidieron informar a la prensa cuál era la situación. El principal orador fue Adriano Senetiner, presidente del Centro.

"Esta eliminación puede perseguir dos fines; por una parte, el de silenciar o restar importancia a los requerimientos que siempre fueron escuchados; y por otra, otorgar la posibilidad a que otra entidad, representante de un sector bien definido, pueda aprovechar la circunstancia para capitalizar la atención que necesita para su propia promoción", dijo Senetiner entre periodistas.

Tres días después, el entonces gobernador Jorge Sixto Fernández, dio su versión y dijo que "ambas entidades pidieron al gobierno de la provincia la organización del almuerzo. Yo hice el mayor esfuerzo, dentro de mi capacidad, conversando con los directivos de las dos agrupaciones para que un conflicto de un grupo de la actividad económica de Mendoza no pusiera en peligro la realización de este tradicional almuerzo... No tuve la suerte de concretar mi pedido respecto de realizarlo a través de una sola entidad, o por acuerdo de entidades, y entonces hemos creído que la única salida era quitar este almuerzo del programa oficial de actos".

Adevi realizó el almuerzo anunciado al que asistieron ministros y representantes de distintas entidades económica de la provincia.

El presidente de la entidad, Carlos Pulenta, aprovechó el micrófono y pidió que se privatizara la bodega Giol, la que operaba como reguladora del mercado vitivinícola.

"Hay que determinar en qué medida se justifica la argumentación de que Giol es un instrumento útil a la provincia y de defensa real de los pequeños y medianos productores...En primer lugar, creemos que resulta absolutamente necesario conocer el estado patrimonial de la empresa y su desenvolvimiento financiero, así como sus programas operativos y sus planes de mediano y largo plazo... De tal manera, la opinión pública mendocina ignora si Giol es una empresa con rentabilidad propia o sí, por el contrario, arrastra un déficit que es subvencionado por el Estado provincial e indirectamente por los contribuyentes mendocinos", dijo Pulenta  y pidió también que se hicieran públicos los balances de la empresa para conocer su situación.

Un columnista de Los Andes, escribió: "Tal vez pueda calificarse de casual la presencia de muchos funcionarios de gobierno en la reunión-foro-almuerzo de Adevi y que debieron escuchar estoicamente, cómo el presidente adeviano pidió -así de sencillo- la decapitación de Giol, la publicación de sus balances y, casi la lista de sus clientes".

A los 4 días, el Centro de Bodegueros de Mendoza señaló que "la entidad ha visto con preocupación, cómo, con razones inconsistentes, se privó a las Fuerzas Vivas de Mendoza de la posibilidad de exponer la problemática económica regional ante las autoridades nacionales y provinciales... Como razón para justificar la eliminación a nivel gubernamental, se adujo que habrían dos entidades vitivinícolas en pugna y que se deseaba ser prescindente. Sin embargo, el gobierno provincial, mediante la decisión de suprimir el banquete tradicional de las Fuerzas Vivas, ha logrado profundizar aún más la diferencias de conceptos y de principios que se sustentaban entre dos entidades vitivinícolas, y, al mismo tiempo se ha definido peligrosamente a sí mismo; es decir se ha sectorizado públicamente".

Al año siguiente, el Grupo Greco sería intervenido y, a fines de los 80, Giol finalmente dejaría de estar en manos estatales.

Como lo advierte el dicho, el tiempo acomodó las cargas y puso las cosas en su lugar, a cada reina con su corona -y sobre todo- a cada payaso en su circo.

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