Hugo Horacio Herrera: vida y pasión de un periodista

Hugo Horacio Herrera, HHH como le decían todos, es un legendario periodista, hoy de 83 años, uno de los hombres que más conoce de básquetbol. Hasta su retiro cubrió todos los campeonatos argentinos de esa disciplina. También militó en el área de informaci

Al ejercicio periodístico, como ocurre en otras profesiones liberales, puede haber un ingreso circunstancial, por casualidad o, caso contrario, como resultado de una fuerte vocación. La primera situación parece adecuarse más a Hugo Horacio Herrera, un periodista de larga trayectoria en los medios locales, con una especial dedicación hacia el basquetbol, disciplina que también lo tuvo como jugador, comentarista y dirigente.

Hoy, a sus 83 años, está semi jubilado, porque todavía realiza colaboraciones y permanece conectado con el oficio. Residente en el barrio Ujemvi, padre de cuatro hijos (tres varones y una chica) y abuelo de seis nietos, Hugo contó cómo se inició en la actividad y además desgranó  muchos otros recuerdos.

-¿Cómo se produjo tu comienzo en el periodismo?

-Fue de casualidad. En 1962 trabajaba en Agua y Energía Eléctrica y era dirigente del club de la repartición, de la Asociación de Básquetbol Benjamín Matienzo y de la Federación de Básquetbol de Mendoza. Esta última entidad me designó como delegado al congreso del campeonato argentino que se iba a disputar en Posadas (Misiones, donde participaría el seleccionado mayor de Mendoza. El contador de un vespertino local se enteró de mi viaje y me pidió que le enviara el número de teléfono del hotel donde iba a parar en Posadas, para pasarle la información de los cotejos que iba a disputar el equipo mendocino a un periodista de su diario. Al tiempo,  conversando con mi amigo Alberto "El Perro" Atienza, periodista de Los Andes, me comentó que en la sección Deportes del diario necesitaban un cronista que supiera algo de básquetbol. No lo pensé dos veces y le dije que sí. Así comencé como cronista volante en el prestigioso matutino de nuestra provincia.

-¿Cuáles fueron tus primeros pasos?

-Más allá de la ligera experiencia de 1962, los primeros y principales pasos los hice  en Los Andes, donde cubría todo lo relacionado con el básquetbol masculino y femenino de Mendoza. Luego, cuando apareció el vespertino El Andino,  perteneciente también a la empresa de Los Andes, Hnos. Calle, prácticamente vivía todo el día fuera de mi casa, ya que por la mañana trabajaba en Agua y Energía y en  la tarde-noche me dedicaba al básquetbol para esos dos rotativos. Comencé a enamorarme profundamente del periodismo.

-¿Primero fue el deporte, pero luego cumpliste funciones como cronista de Casa de Gobierno. ¿Cómo fue ese cambio?

-Fui aprendiendo a escribir y a tener criterio para analizar situaciones y hechos, empecé a cubrir otros deportes y a realizar algunas coberturas sociales, gremiales, políticas, especialmente para el vespertino El Andino. Años después, al cerrar El Andino, pasé directamente a la redacción general del matutino de los Calle y continué haciendo extras en Deportes. Mi gran pasión siempre fue el básquetbol y como cronista recorrí gran parte del país en calidad de enviado especial y de otros medios de difusión. Comentaba e informaba sobre el desarrollo de los campeonatos argentinos de esa disciplina, donde participaban seleccionados de Mendoza de la categoría superior. También estuve en los mundiales de hockey sobre patines de 1970 y 1978, disputados en San Juan, y cubrí los campeonatos de fútbol locales, la primera pelea que tuvo Nicolino Locche en el Luna Park, y otros eventos del deporte amateur y profesional.

-¿Qué provincias conociste y cuántos días duraba cada campeonato?

-En principio los campeonatos duraban 12 o más días, de acuerdo a la cantidad de representaciones. Participaban casi todas las provincias. Luego se modificó el sistema con 12 equipos en el círculo privilegiado y el resto en la categoría "B", con descensos y ascensos. Exactamente me ocupé de los campeonatos argentinos que se disputaron en la ciudad de Posadas (Misiones), 1962 (en 1963 se jugó en Mendoza); Paraná (Entre Ríos), 1967; San Luis, 1969; Catamarca, 1970; Corrientes, 1971; Capital Federal, 1972; Comodoro Rivadavia (Chubut), 1975; Río Negro, 1976; Tucumán, 1978 y Neuquén, 1981, donde el equipo de Mendoza descendió de categoría.
En el siguiente torneo de 1982, jugado en La Pampa, el conjunto de Mendoza ascendió nuevamente al círculo privilegiado. Desde entonces me hice cargo de los campeonatos de Formosa; nuevamente Misiones; Salta; San Juan; Jujuy; Entre Ríos y finalmente en San Luis en 1992, donde Mendoza llegó a la final frente al quinteto puntano que incluyó -correctamente- a dos jugadores norteamericanos, nacionalizados y radicados en la vecina provincia...

-¿Siempre en Los Andes?

-No siempre, en determinadas oportunidades lo hice para el vespertino El Tiempo de Cuyo, Diario Mendoza, LV.8 Radio Libertador, El Andino y para el canal de televisión Aconcagua, que estaba en Godoy Cruz, transmitiendo en directo junto a Juan Carlos Dapás las alternativas del certamen de 1987, siendo subsede Mendoza. Finalmente me jubilé en Diario Los Andes, en octubre de 1998, cubriendo (las noticias de) Casa de Gobierno.

-¿Pero hubo otras incursiones laborales relacionadas con el deporte?

-Fui encargado de la oficina de acreditaciones de Mendoza en el Campeonato Mundial de Fútbol de 1978, además de colaborar periodísticamente con  El Gráfico de la Editorial Atlántida, y posteriormente fui corresponsal de la editorial Perfil. Además en 1990 trabajé en el Campeonato Mundial de Básquetbol, que se disputó en Argentina, en la oficina de acreditaciones ubicada en Salta. Asimismo  una agencia de noticias me confió la cobertura del Campeonato Mundial de Básquetbol que se desarrolló en Toronto (Canadá), en 1994. Ésa fue una gran experiencia.

-Además del periodismo, ¿qué otras tareas realizaste?

-En 1956 ingresé a la empresa estatal Agua y Energía Eléctrica-Regional Cuyo como dactilógrafo en la oficina de Inspecciones Internas. Tenía que pasar a máquina los informes de los inspectores. Haciendo esa tarea, aproximadamente en 1960, supe que  uno de esos inspectores se iba a jubilar dejando un cargo vacante, por lo que me comencé a capacitarme para el puesto, con el auxilio del gerente administrativo de la empresa y además profesor de Contabilidad en el colegio Martín Zapata, contador Francisco Bonilla. Me indicó los libros que tenía que leer para perfeccionarme y así pude concursar y ganar ese puesto. A partir de 1963 ascendí al cargo de auditor, porque la denominación de Inspecciones Internas pasó a ser Auditoría. Pero, en 1978 el entonces ministro de Economía de la Nación dispuso que todos los auditores de las empresas estatales debían ser contadores, decisión que me pareció correcta, aunque ya no tuve más posibilidades de ascender. Ante una buena oferta económica y laboral de un medio periodístico de Mendoza, renuncié a Agua y Energía, y me dediqué total y exclusivamente al periodismo.

-¿A quiénes señalás como tus mentores en la profesión?

-En lo que concierne al aspecto intelectual y de capacitación, no asistí a ninguna universidad o instituto terciario relacionado con el periodismo; sencillamente me capacité con la ayuda de José Ricardo Galante, un periodista sumamente capaz y honesto en la profesión. En realidad tuve varios maestros. En un principio el mismo Alberto "Perro" Atienza. Pero de quienes más aprendí fueron Galante, Pedro Tránsito Lucero, Orestes Piantino, Oscar Ricardo Orcasitas de la editorial Atlántida (un conductor, fallecido en 2015) y en general gente de la cultura de Mendoza…

-¿Recordás las primeras notas…  ?

-La inicial, la del debut fue muy graciosa…  Nunca la voy a olvidar. En la sección Deportes de Los Andes había gente mayor, pero ese día -el día de mi estreno- la mayoría eran jóvenes con ganas de trabajar y también de divertirse, era un sábado. A mí me habían mandado a cubrir una final de básquetbol de la categoría juvenil y cuando llegué al diario para escribir, ya casi al atardecer, pregunté a la mesa cuantas líneas tenía que hacer: 136 me dijo el jefe. En ese momento no me di cuenta de que en realidad eran 136 líneas de un diario que se imprimía en plomo. Me senté frente a la vieja máquina de escribir y comencé a darle a las teclas. Pero nunca llegaba a las 136 líneas. Ya todos se habían ido y me habían dejado el diagrama de la página con el espacio que  tenía que llenar. Y bueno, redacté y redacté hasta llegar a esas tediosas 136 líneas para un partido de básquetbol de la categoría juvenil, más el título, la foto y el epígrafe. Después me enteré que todos se habían ido rápido porque tenían una cena y no había otro material para llenar ese hueco.

Cabe destacar que Herrera trabajó con notable pasión y dedicación, ya sea como auditor o periodista. Siempre agradeció los más de treinta años que trabajó en Los Andes, pues los directivos de esta empresa confiaron plenamente en él, al comisionarlo como enviado especial a casi todas las provincias argentinas y a países como Italia, España, Estados Unidos, México, Brasil y Chile.

Ficha personal: Hugo Horacio Herrera

Edad: 83 años.
Profesión: periodista jubilado.
Estado civil: casado con Martha Scardino.
Hijos: Cristian Javier (informática), Sergio Alexis (comercio exterior), Claudio Mauricio (administración de empresas) y María Luz (folklore).
Nietos: Candela, Nathaniel, Isis, Eluney, María Paula y Sebastián.
Tiempo en la profesión: 54 años.

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