En 8 años, la superficie cultivada con olivos cayó un 23% en la provincia

La disminución se concentra en la zona Este, mientras que la extensión está creciendo en San Rafael. Son pocas las fincas con un tamaño que les permita ser rentables.

La superficie cultivada con olivos viene cediendo espacio a los barrios privados y el tamaño de la mayoría de las fincas es muy pequeño para ser rentable. Foto: La Voz
La superficie cultivada con olivos viene cediendo espacio a los barrios privados y el tamaño de la mayoría de las fincas es muy pequeño para ser rentable. Foto: La Voz

El Instituto de Desarrollo Rural de la provincia elaboró un informe sobre el estado de la olivicultura en Mendoza que muestra que la superficie cultivada con olivos trepó de 14.644 hectáreas en 2002, a 20.642 ha en 2010, pero cayó a 15.825 ha en 2018 (dato del último censo nacional agropecuario).

El Este es la zona donde se concentra la disminución: pasó de representar el 22% del total provincial a 15% (2 mil hectáreas menos en ocho años). Ahora, una tercera parte de los árboles de aceituna se encuentra en San Rafael, que es donde está creciendo la extensión de fincas con olivos.

Mendoza es la segunda provincia en superficie, después de La Rioja (25.764 hectáreas) y es seguida de cerca por Catamarca (15.465), pero no ocupa el segundo puesto en términos de producción. El informe también resalta que La Rioja y Catamarca se han enfocado en el volumen, mientras que Mendoza y San Juan han apostado por la calidad.

En todo el país, se producen unas 300 mil toneladas de aceitunas, de las que 230 mil tienen como destino la elaboración de aceite y 70 mil se utilizan para preparar conservas. Del total general, en Mendoza se producen 50 mil toneladas. Y en cuanto al aceite de oliva, en Argentina se producen 29 mil toneladas, de las que los elaboradores mendocinos aportan 4.800.

El gerente de la Asociación Olivícola de Mendoza (Asolmen), Mario Bustos Carra, indicó que se ha perdido mucha superficie porque los olivares se han ido erradicando para crear loteos residenciales en zonas como Maipú. También señaló que es importante que exista un plan económico de apoyo a la actividad, como sucedió en San Juan, porque se necesitan 4 o 5 años para llegar a la producción plena con las nuevas plantaciones.

Alfredo Cecchi, presidente de ProMendoza y empresario del sector olivícola, indicó que el problema radica en que en la provincia las parcelas son muy chicas y no cuentan con la escala para poder ser rentables, como tampoco para incorporar cosechadoras y podadoras mecánicas. Hoy, las unidades económicas parten de las 100 hectáreas, mientras que Mendoza sólo cuente con unos pocos paños de 1.000 hectáreas y la mayoría tiene menos de 10. De ahí que se siga produciendo como en los ‘50 o ‘60 y, cuando no se puede sostener la actividad, como las tierras son caras, se han destinado a viviendas.

El gerente de olivícola Laur, Gabriel Guardia, aportó que Mendoza tenía unas 20 mil hectáreas de olivos y hoy quedan apenas 5 mil. En cuanto a la diferencia con los números del IDR, indicó que cada año se van perdiendo (los datos oficiales son del 2018) y que incluyen tanto aceituna para conserva como aceitera. Asimismo, resaltó que muchas de esas 5 mil que quedan no están en producción, porque las han abandonado.

Desde el IDR plantearon que la política pública provincial apunta a diferenciar la producción local de aceite de oliva y promover la incorporación de tecnología para aumentar los rendimientos en los montes existentes y recuperar las plantas en mal estado, además de favorecer la nueva implantación, en especial de las aceiteras de la variedad Arauco. Alfredo Baroni, director técnico del organismo, detalló que el año pasado se brindaron capacitaciones a pequeños productores, para tratar de recuperar las plantaciones abandonadas, ya que por lo menos el 20% de la superficie no está en buenas condiciones.

Sumó que, con un buen manejo, agua y fertilización podrían volver a producir aceitunas. Esto, en dos o tres años, que es un plazo menor que el de las nuevas implantaciones (que, además, están limitadas por la escasez de agua). Asimismo, resaltó que los montes abandonados suelen ser de la variedad Arauco, que es como el Malbec para la uva. Si bien no tiene un alto rendimiento, sí es de excelente calidad y el “alma” de la indicación geográfica del aceite de oliva virgen extra mendocino.

En el marco de las tres primeras ediciones del programa Mendoza Activa, se presentaron 23 proyectos vinculados al cultivo de olivo: 3 para implantar nueva superficie (77 hectáreas) con una inversión de $ 30,4 millones; 9 apuntando a la eficiencia de riego (321,22 hectáreas) por $ 55 millones; 9 de maquinaria agrícola, que ha beneficiado a 326,33 hectáreas, por $50,4 millones; y 2 de maquinaria industrial, por $16,5 millones. Es decir que, en total, se presentaron propuestas de inversión por $152 millones.

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