El difícil y largo camino de la mecanización en el agro mendocino

La adquisición de maquinaria sigue siendo difícil para el común de los productores de esta economía regional.

La pandemia, entre otras cosas, ha acelerado procesos: lo hemos visto en la vida cotidiana y en los espacios laborales. Ahora resta preguntarse qué sucederá con el agro mendocino y cómo se podrá beneficiar del pequeño puñado de variables positivas que ha dejado este virus tan dañino para la sociedad mundial.

Es ampliamente conocido que la incorporación de maquinaria para las economías regionales es difícil. Principalmente, porque la rentabilidad en la mayoría de ellas, es exigua y las posibilidades de financiamiento terminan, aun cuando son concebidas para pequeños y medianos, beneficiando a los más grandes o a los que están más “ordenados” .

No sorprende que la mayoría del parque automotor de maquinaria agrícola mendocino tenga más de 20 años. Es que comprar un tractor o una cosechadora es un paso importante, que sólo se puede hacer con apalancamiento propio de una cadena integrada. Un ejemplo claro en Mendoza, son las cooperativas, o a través de créditos con algún subsidio o aporte no reembolsable.

Según los datos de la Dirección del Registro de la Propiedad del Automotor, en Mendoza, entre enero y julio de 2019 se adquirieron 150 maquinarias agrícolas. En tanto, entre enero y julio de este año, cuarentena de por medio, se registraron, 135 inscripciones.

No obstante ello, con maquinaria propia o alquilada, sí está creciendo la mecanización en la cosecha de viñedos.

Datos de la última cosecha muestran que en la regiones de Mendoza donde las uvas tienen mayor rentabilidad y los viñedos son más nuevos, la mecanización de la cosecha crece. Cabe aclarar que allí también son las zonas de mayor inversión de los grupos vitivinícolas. Pero para tener un pantallazo: en el Valle de Uco, el 42,5% de la producción de la zona se levantó con cosechadora. En la zona Centro, el 31,7% de lo cosechado fue en forma mecánica. En tanto, en la zona Este, apenas alcanzó al 7,4%; en la región Sur, al 4,4% y en la Norte, logró 9,7%.

Con las limitaciones que ha impuesto la cuarentena para traer mano de obra de otras provincias, muchos se preguntan si será éste el año para los viñedos que estén preparados estructuralmente para pasarse a la vendimia mecanizada. Es que de continuar así, conseguir mano de obra para levantar las cosechas, será no menos que dificultoso.

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