Michael Jackson: el cine a través de los cortos del rey del pop

¿Qué tienen en común Sidney Lumet, Martin Scorsese, Francis Ford Coppola, Spike Lee y David Fincher? Todos dirigieron al artista en sus piezas visuales. Una retrospectiva cinéfila sobre la videografía de la máxima estrella de la música.

Michael Jackson, creador de una videografía impecable
Michael Jackson, creador de una videografía impecable

A mediados de los ’70, el final de la era Motown era inminente, al igual que la asociación con sus hermanos. Michael Jackson, aquel niño con acné, afro y dulce voz idolatrado por una generación de afroamericanos que al fin podía verse reflejada en el mainstream, quería dar el siguiente paso. Se había propuesto cruzarse al cine, impulsar su camino lejos de los pleitos por contratos y experimentar con los sonidos que absorbió de Diana Ross, The Temptations, Marvin Gaye, James Brown o Stevie Wonder.

Cuando rondaba los 20 años, el joven nacido en Indianápolis tenía claro su destino. “Quiero ser el mejor artista de todos los tiempos”, tal como escribió en una carta revelada en el documental de 2016 “Michael Jackson’s Journey From Motown to Off the Wall”, dirigido por Spike Lee.

En esa búsqueda inicial, el artista aceptó en 1978 un protagónico como el Espantájaros en “The Wiz”, adaptación de “El mago de Oz” bajo dirección de Sidney Lumet, producida por la Motown y estelarizada por afroamericanos. Pese a las buenas intenciones, la película fue un fracaso y hasta empañó la popularidad de un subgénero de entonces como el blaxploitation. Así que el cantante optó por independizarse de la mano de Quincy Jones y producir su debut bisagra con Epic Records, “Off the Wall” (1979).

Jackson odiaba el término “video musical”. Para él, cada pieza visual era un cortometraje. Al principio, el artista realizó experimentos con croma verde, trucos visuales y trajes metalizados al ritmo del disco (“Don’t Stop ‘Til You Get Enough”, “Rock with You”). Pero para su siguiente álbum, que se convirtió en el más vendido de la historia, la apuesta se redobló con presupuestos holgados en “Billie Jean” y “Beat It”, que lo consolidaron globalmente para 1982 como el rey del pop. Más allá de la iconografía y las potentes coreografías, cada video se limitó a la duración de la canción. Pero, claro, las ambiciones de Michael eran infinitas.

En abril de 1982, mientras en la radio sonaba “The Girl Is Mine”, el primero de los dos temas a dúo con Paul McCartney, el compositor Rod Temperton advirtió el fanatismo de Michael Jackson por el terror, así que al proyecto funk “Starlight” sugirió sumarle unos arreglos sobrenaturales y teatrales, además de pedirle al maestro Vincent Price que grabara el monólogo del final con su voz.

Lanzado en diciembre de 1983 por MTV, canal que se vio obligado a dejar de ignorar el talento afromericano, el corto de 13 minutos titulado “Thriller” sintetizó los fetiches de Michael: zombis que bailaban y atemorizaban en un suburbio abandonado después de una cita en el cine. Contó con la dirección de John Landis y los efectos especiales de Rick Baker, la dupla detrás de “Un hombre lobo americano en Londres” (An American Werewolf in London, 1981), que hicieron uso de unos 900 mil dólares de presupuesto, cifra que superó al récord de los 500 mil invertidos en el video de “Say Say Say”, otro tema con McCartney.

Ante un fenómeno que no se veía desde la aparición de The Beatles en el show de Ed Sullivan, las marcas buscaban cómo ser bendecidas con la magia de MJ. Una fue Disney, que en 1986 contrató a George Lucas y Francis Cord Coppola para escribir y dirigir, respectivamente, un corto de 16 minutos llamado “Captain EO”.

Se trata de una bizarra historia de ciencia ficción -igual no muy alejada a las locuras que Lucas metió en el Episodio VI de “Star Wars”- que conservó status de rareza por su emisión exclusiva en una atracción de los parques de Disney. En un estilo cercano a los Super Sentai, MJ es un aventurero intergaláctico capaz de transformar a sus enemigos en bailarines, incluyendo a una emperatriz malvada (¡Anjelica Huston!).

Francis Ford Coppola, Michael Jackson y George Lucas en el rodaje de "Captain EO" (1986).
Francis Ford Coppola, Michael Jackson y George Lucas en el rodaje de "Captain EO" (1986).

Para la era que sucedió a “Thriller”, quizás la que más insomnio le demandó, Michael contactó a su ídolo Martin Scorsese para asegurar la madurez de “Bad” (1987), con un corto en el que demostró a sus críticos que era un “tipo duro” y comprometido con la visibilización positiva de la comunidad afro.

Wesley Snipes hizo su debut en pantalla como rival de Michael, quien interpretó a un joven recién llegado a un barrio marginal de Brooklyn después de educarse lejos del crimen. Las diferencias se solucionan con un duelo de baile en una entreplanta de la estación de metro Hoyt-Schermerhorn, con reminiscencias en la coreografía a “Amor sin barreras” (West Side Story, 1961) y una improvisación envidiable.

Rompiendo la cuarta pared, un guiño muy simpático puede apreciarse en un cartel que lleva una foto de Scorsese con el mensaje “Se busca por sacrilegio”. Es una referencia al rechazo que el director había desatado en aquel entonces entre los sectores católicos por filmar “La última tentación de Cristo” (The Last Temptation of Christ, 1988).

Durante esa era de irrepetible gloria para Michael Jackson, que incluyó una gira descomunal con 4,4 millones de asistentes y campañas omnipresentes con Pepsi, irrumpió en los cines la película “Moonwalker” (1988), con el rol antagónico de Joe Pesci, que encarnaba a un mafioso caricaturesco llamado Mr. Big. Ni siquiera tenía un hilo conductor, por lo que la excusa era promocionar cortos grabados para “Bad”.

“Leave Me Alone”, con homenaje a los pasos de Charles Chaplin, estaba dedicado a los periodistas que fantaseaban con que Michael compró los huesos del hombre elefante; mientras que “Smooth Criminal”, explotado luego para un fichín posterior de Sega, se convirtió en uno de los mayores himnos de Michael Jackson.

Por supuesto que el video de la inclinación antigravedad se nutrió de fibra cinéfila. Después de participar en los efectos especiales de “The Rocky Horror Picture Show” (1975) y ganar el Oscar por la misma tarea en “Superman” (1978), Colin Chilvers dirigió el famoso clip noir de MJ, inspirado en el clásico de Carol Reed “El tercer hombre” (The Third Man, 1949) y el musical de Vincente Minnelli “Brindis al amor” (The Band Wagon, 1953).

Para el videoclip de “Liberian Girl” (1989), último sencillo de la era “Bad”, el cantante llamó a Steven Spielberg, Whoopi Goldberg, Rosanna Arquette, John Travolta, Olivia Newton-John, Corey Feldman, Billy Dee Williams y Danny Glover (el mayor dream team ochentoso jamás visto) para un falso rodaje donde él era el enigmático director.

Con el cambio de década, el álbum “Dangerous” (1991) contó con nueve cortometrajes. Entre los recordados están “Black or White”, otra vez de Landis y con la participación de Macaulay Culkin, y “Remember the Time”, con dirección de John Singleton (“Boyz n the Hood”, 1991) y actuación de Eddie Murphy en una fantasía del antiguo Egipto.

Además, para “Who Is It” (1993) Michael convocó a David Fincher, quien venía de dirigir “Vogue” (1990), de Madonna, y hacer su debut cinematográfico con “Alien 3” (1992). En el corto, Fincher le otorgó elegancia a un breve relato en el que Jackson se enamora de una prostituta.

Por otra parte, el track góspel “Will You Be There” sirvió para “Liberen a Willy” (Free Willy, 1993), algo que Michael repitió en la secuela con el video de “Childhood” (1995).

Spike Lee es otro de los nombres de peso en la videografía de Michael Jackson. Se hizo cargo de las dos versiones de “They Don’t Care About Us” (1996): una tuvo como escenario una prisión, con imágenes sobre violaciones a derechos humanos, el Ku Klux Klan y la brutalidad policial contra los negros; mientras que la otra se grabó en favelas de Salvador de Bahía y Río de Janeiro (Brasil).

Si bien Lee reconoció en una entrevista con Rolling Stone que nunca estableció una amistad íntima con el rey del pop, es un gran admirador de su obra. En 2012, dirigió el documental “Bad 25”, sobre el proceso de creación del álbum; y en 2016, el antes mencionado acerca de la transición entre Motown y “Off the Wall”.

La gira HIStory (1996-1997) de Michael Jackson no pasó por Estados Unidos, donde las fábulas sobre el color de su piel -tenía vitíligo en realidad- y las acusaciones de presunto abuso habían dañado su reputación.

En ese sentido, para recuperar los viejos tiempos, el rey del pop hizo un experimento símil “Thriller” en “Ghosts”, un corto de media hora con guion de Stephen King y dirección de Stan Winston, otro experto en maquillaje y efectos especiales que participó en franquicias como “Jurassic Park” y “Terminator”.

Presentaba a un hombre excéntrico con poderes sobrenaturales que hacía bailar a sus fantasmas en una mansión, pero que era rechazado y temido por los habitantes de un pequeño pueblo. Pese a que el corto “Ghosts” tuvo gran presupuesto y los atractivos de antaño de Jackson, apenas fue exhibido en el festival de Cannes de 1997 y su repercusión fue mínima.

Para 2001, Michael concretó su gran regreso con su décimo álbum, “Invincible”, con unos toques R&B más agresivos. Sin embargo, los conflictos con Sony Music, el atentado a las Torres Gemelas y la cancelación de un tour lo hicieron pasar casi desapercibido. Apenas sonó “You Rock My World”, corto de 13 minutos en la línea argumental de “Smooth Criminal” y “The Way You Make Me Feel”, con Chris Tucker, Michael Madsen y Marlon Brando como coprotagonistas.

En su última década de vida, el rey del pop relanzó álbumes por aniversarios y varios recopilatorios. Recién después de su muerte el 25 de junio de 2009, Columbia Pictures compró los derechos de los registros de los ensayos de su trunco retorno a los escenarios, “This Is It”, para reunirlos en un documental estrenado en cines, que recaudó más de 261 millones de dólares. Michael había grabado cortos nuevos para “Smooth Criminal” -con homenaje a Rita Hayworth- y “Thriller”, lo que demostraba su ingenio inagotable.

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