María Leal volvió al teatro con “Brujas”, un clásico nacional

Esta obra argentina retornó a las tablas a 30 años de su estreno. La actriz se sumó al elenco con Moria Casán, Sandra Mihanovich, Thelma Biral y Nora Cárpena.

María Leal junto a Moria Casán en una escena de este clásico teatral que es "Brujas".
María Leal junto a Moria Casán en una escena de este clásico teatral que es "Brujas".

“Todo es armonía y felicidad”. Casi como si no se tratara de un trabajo y fuera un simple encuentro entre amigas: así describe la actriz María Cristina Martínez, más conocida como María Leal, a su paso por “Brujas”, el clásico argentino que regresó al teatro 30 años después de su estreno, y que interpreta junto a Moria Casán, Sandra Mihanovich, Thelma Biral y Nora Cárpena.

“Hacer esta obra es una felicidad desde que llegamos a los camarines hasta que nos vamos. Somos un equipo unido de actrices y técnicos”, afirma sobre el espectáculo que llegó al Multitabaris Comafi, el teatro que tiene Carlos Rottemberg en la porteña avenida Corrientes.

Con la misma suerte de aquello que no se tiene en mente, ni se planea pero sale bien, la propuesta de subir al escenario justo en pandemia la tomó por sorpresa. Y, afortunadamente, superó sus expectativas. “Gracias a Dios dije que sí”, subraya la artista con más de 50 años de trayectoria.

La vuelta al teatro llegó, inevitablemente, de la mano de un protocolo. Desde las butacas y el escenario, la diferencia está a la vista. Es que a juzgar por el desarrollo de las obras en la vieja normalidad, este regreso al mundo teatral implica ciertos requerimientos que se deben cumplir.

En este sentido, María confiesa: “Cuando se prendía la luz, era raro ver a la gente desperdigada. Era raro, sí, pero los aplausos siempre son de pie y se vuelve muy emocionante”.

María tiene 73 años. Desde que comenzó la cuarentena se cuidó y estuvo 10 meses “sin ver a nadie”. Sin embargo, cuando la llamaron para llevar adelante el personaje de Dolores, no temió. “Yo creo que el miedo paraliza, baja las defensas. Hay que tener cuidado, no miedo”, dice una de las cinco “brujas” que integra la llamada “resistencia”.

“Somos todas mujeres en edad de riesgo. Nos la estamos jugando noche a noche. Sentimos que hacemos la resistencia para que no muera el teatro. Es abrir el camino para los que vienen atrás nuestro, para que los jóvenes se atrevan”.

Hace ya dos meses que las actrices volvieron a pisar su segunda casa. Y se sienten tan cuidadas como en sus propios hogares. “Luis Agustoni (el director) hizo una coreo con la puesta en escena”, afirma Leal. Es que no se obvió ningún detalle. “En ningún momento nos tocamos o rozamos”, explica la artista. Y continúa: “Para tomar champagne, la copa tiene una cinta con el color del vestido de cada una: Moria, negro; Sandra, azul; Nora, colorado; Thelma, verde; y yo, blanco”.

El ensayo fue algo atípico. A partir de diciembre de 2020 y en un lapso de 20 días, las brujas estuvieron listas para salir a escena. Un corto tiempo que bastó a las cinco referentes para meterse en sus papeles.

“Dolores es una mujer que ha estado negada al amor por un gran amor que tuvo de adolescente. Con una historia y una niñez heavy, la internaron a los ocho años y hasta 18 no salió del colegio, un reformatorio de lujo. Sin ser huérfanas, todas estuvieron ahí”, comenta Leal sobre el personaje al que dio vida. Y prosigue: “Alguien que está negado al amor es alguien que tiene las emociones controladas, alguien duro. Es un papel muy rico y, a la vez, muy gracioso”.

Para la actriz, su prioridad son sus “afectos y amores”: sus hijos, nietos y amigos. Es por esto que no encontró muchos puntos en común con Dolores. “Esta característica implica una distancia muy grande con mi personaje”, comenta. Sin embargo, encontró la forma de encarnar su rol e interpretarlo a la perfección.

“La obra que se lleva a cabo hace 30 años tiene todos los ingredientes para que cada uno de los espectadores pueda identificarse en alguno de los personajes”, indica Leal.

Las emociones están a flor de piel: la energía de las cinco actrices, el amor y la admiración por el teatro, la felicidad de trabajar de lo que se ama, el deseo de que se mantenga vigente y de animar a más personas a pesar del contexto, la satisfacción de retomar la actuación después de un año y el fervor intacto del público.

“Moria dice ‘Uno, dos, tres’ y las cinco gritamos ‘¡Aguante el teatro!’ y todo se viene abajo”, cierra.

*Este texto fue publicado originalmente por Vía País. Se reproduce aquí con la autorización correspondiente.

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