Florencia Dávalos: el sentido homenaje a su papá Jaime, en el año de su centenario

La folclorista celebra un aniversario especial del nacimiento de su padre y asegura que es una ocasión para poner a dialogar su obra con el presente, tal como lo demuestra un homenaje en el CCK que ya se puede ver por YouTube.

Florencia Dávalos le brinda un sentido homenaje a Jaime, su padre.
Florencia Dávalos le brinda un sentido homenaje a Jaime, su padre.

Muchos artistas merecen un lugar en la eterna memoria popular, pero no todos tienen quien defienda esa memoria en el presente. Pocos tienen un hijo, un nieto, un amigo, que se encargue de difundir, expandir e incluso actualizar la herencia al tiempo presente, como es el caso de Jaime Dávalos, quien nació un 29 de enero de 1921 y falleció el 3 de diciembre de 1981. Este año marca un 40 aniversario de fallecimiento y, más importante todavía, un centenario.

El grandísimo poeta salteño, quien a su vez era hijo de Juan Carlos Dávalos, tiene a dos hijas folcloristas que custodian su memoria: Julia Elena y Florencia. Canciones como “Las Golondrinas “, “Tonada del viejo amor” o “Zamba de la Candelaria”, que se arroparon con las melodías inmortales de Eduardo Falú, o “La Nochera”, con Ernesto Cabeza, son algunas de esas joyas del cancionero que en este año tan particular se agigantan con nuevos significados.

El 29 de enero pasado Jaime Dávalos habría cumplido 100 años.
El 29 de enero pasado Jaime Dávalos habría cumplido 100 años.

Una prueba es el concierto que Florencia recientemente lanzó por YouTube y que fue grabado en el CCK: “Jaime Dávalos 100 Años”. Fue el primero de una serie de homenajes que, mientras la evolución de la pandemia lo permita, seguirán intermitentemente durante ese año tan especial, que ha modificado (cuando no suspendido) el calendario de los festivales folclóricos más importantes.

Florencia es la hija menor de Jaime, quien falleció cuando ella tenía apenas once años. Aun así, guarda un montón de anécdotas que la vinculan a su papá. ‘”Lo cotidiano se vuelve mágico’... se me viene ese verso, cuando pienso en algunas escenas de mi vida de niña”, nos dice ahora ella, quien heredó el oficio y muchos escritos de su padre, que le permitieron años después descubrirlo desde un lugar más adulto.

“Crecí al amparo de mis padres, del amor inmenso e incondicional que me dieron. La crianza rodeada de música y poesía, del arte como manera de entender el mundo y de transformarlo, creo que me dejó una marca indeleble en mi camino como artista”, apunta sobre las enseñanzas que brotaron de esa familia, donde el arte era lo cotidiano.

En su proyecto “Memoria de la semilla” Florencia reúne, desde 2010, toda clase de actividades para evocar y reivindicar la figura de su padre. Y este año, en el aniversario más importante del folclore, y mientras el tango celebrará intensamente a Piazzolla, esta plataforma le sirve para hilvanar una serie de homenajes que tuvieron, como decíamos, en el CCK su primera parada.

¿La particularidad? Cantar a Dávalos en un homenaje íntegramente hecho por mujeres. Desde los arreglos de Julieta Lizzoli, pianista y directora musical, para instrumentistas como Eliana Liuni (vientos) y Mariana Mariñelarena (percusión), hasta las voces de María de los Ángeles “Chiqui” Ledesma y Milena Salamanca, ambas invitadas por Florencia.

-Inevitablemente, los aniversarios redondos nos ponen en perspectiva con el pasado. En tu caso, ¿qué sentimientos y reflexiones te despertó este centenario?

-El centenario de un artista de la talla de Jaime Dávalos creo que nos invita a acercarnos nuevamente a su obra. Particularmente, me despierta esa necesidad de volver sobre sus pasos, y rever desde este presente cómo esas obras siguen dialogando con nosotres.

-Sobre todo el cambio de paradigma que abrió el feminismo, como se ve en el concierto del CCK.

-La idea de un concierto totalmente integrado por un equipo de mujeres es incluir las voces de mujeres y disidencias que estamos en una lucha decidida por una mayor visibilidad de nuestro trabajo, de nuestro arte. Y que la obra de Jaime, creada en tiempos en que el rol de la mujer en el campo artístico y, particularmente en la música popular folklórica, estuvo relegado, sea abordada por todes.

-Siempre decís que Jaime Dávalos fue un poeta que “metió las patas en el barro”. ¿Cómo explicarías esa definición?

-Creo que una de las características más destacables de este poeta fue su capacidad de generar un movimiento innovador para la música popular de raíz folklórica. Desde su patria chica, Salta, y con todo el bagaje cultural que recibió de su padre, y el entorno de aquellos tiempos de juventud, trazó su propio camino, recorriendo cada rincón del país y penetrando con su poesía en el misterio de quienes habitaron y habitan nuestra Patria Grande.

-¿También trató nuevos temas?

-Generó una innovación al introducir figuras poéticas que no eran comunes en las canciones folklóricas, y que provocaron un gran impacto, no solo por la belleza que su escritura derrama sino por la profundidad y el compromiso con que nos habló del amor en todas las formas: el amor a la tierra, al paisaje, al trabajo y a los hombres y mujeres invisibles de nuestra tierra con sus luchas, sus sufrimientos y sus alegrías. Su canto profundo y bello, conmovedor, sigue resonando hasta nuestros días en la memoria colectiva de la Patria Grande.

-Para ese concierto del CCK elegiste un puñado de canciones representativas de tu papá pero también una propia, “La hilandera”, basada en una poesía de él. ¿Qué te llamó la atención de ese escrito y cómo fue el proceso de hacerlo canción?

-En el año 1987, después de su muerte, se editó un librito de “Poesías Inéditas” de Jaime Dávalos, que anduvo por mi casa de biblioteca en biblioteca. “La hilandera” era uno de esos poemas. Hace algunos años, cuando comencé con el proyecto “Memoria de la semilla”, reuní algunas de esas obras y otras que quedaron en una carpeta que no habían sido editadas.

Amo profundamente el trabajo de las mujeres artesanas que hilan, tejen y bordan, algunas son las pastoras de los animales que dan la materia prima para construir piezas textiles de gran belleza. Esa tarea que desarrollan en sus vidas cotidianas rodeadas del silencio de las montañas es como un rezo, un diálogo profundo con la fuerza de una sabiduría ancestral que pareciera perdida, y que nos la entregan plena de colores en urdimbres y tramas.

-Y ese noble oficio te inspiró...

-De pura atrevida me puse un día a cantarla, dejando que el corazón fuera hilando poesía y música y que la emoción que me atravesaba pudiera tejerse entre verso y verso. Nació una zamba, con sus profundos silencios evocando el contexto de esta mujer. En este presente en que la vida es una hebra delgada y frágil, la hilandera somos cada une de nosotres, rogando que no se corte, que nos dé una nueva oportunidad para seguir andando.

-¿Y qué otras celebraciones han pensado para este año?

-Estamos trabajando en el armado de una serie de conciertos y actividades culturales a lo largo del país en pos de visibilizar la obra de Jaime Dávalos y de llegar a nuevos públicos que aún no lo conocen. Nos ha tocado transitar la celebración en un momento muy difícil para los trabajadores y trabajadoras de la Cultura. La planificación que en su momento pensamos como presencial, tuvo y sigue teniendo modificaciones de tiempo y forma. Aún así, tenemos todo un año por delante y la confianza de que vamos a compartir con muchas provincias y municipios la inmensa obra de Jaime.

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