La policía debió intervenir luego de que la modelo y conductora le negara a Mauro Icardi ver a sus hijas. El conflicto escaló en las últimas horas.
El conflicto judicial entre Wanda Nara y Mauro Icardi escaló en las últimas horas cuando la Justicia ordenó que el futbolista pase una semana con sus hijas antes de regresar a Turquía, medida que derivó en la intervención de la policía y generó un operativo en el edificio donde vive la conductora.
Wanda se negó inicialmente a entregar a las niñas, donde alegó que no querían ir con su padre ni convivir con su actual pareja, lo que llevó al juez a autorizar el uso de la fuerza pública y a apersonarse en el lugar para garantizar el cumplimiento.
La situación comenzó con una notificación judicial recibida por Icardi el jueves por la tarde, autorizándolo a pasar una semana con sus hijas menores antes de volver a Turquía, país donde juega profesionalmente. El delantero se presentó en el domicilio de Wanda a las 11 de la mañana, acompañado por sus abogadas y una representante del Ministerio Público Tutelar, donde esperaba que se tratara de una entrega rápida y pacífica. Sin embargo, la situación se complicó rápidamente cuando Nara manifestó su negativa a cumplir con la medida judicial al decir que sus hijas no querían ir con su padre ni estar con la actual pareja de él, la China Suárez.
Frente a la negativa de Nara, el juez de familia a cargo del caso intervino directamente. Se habló de un llamado del magistrado a las menores para evaluar la situación, y ante la persistencia del conflicto, se autorizó la presencia de tres móviles policiales para intervenir.
Las fuerzas llegaron al edificio con una orden concreta: lograr la entrega de las niñas. Según trascendidos televisivos, la negativa principal vino de la hija mayor, que expresó rechazo a convivir con personas ajenas, donde mencionó que incluso que su cama era usada por el peluquero de la actual pareja de Icardi.
Versiones contradictorias comenzaron a circular: mientras algunos periodistas señalaron que las hijas querían quedarse con su madre, otros afirmaron que estaban ansiosas por pasar tiempo con su padre. En medio del conflicto, Wanda pidió garantías legales: exigió un documento que impidiera la salida del país de las menores durante los días de visita y que le permitiera comunicarse ante cualquier inconveniente.
La tensión aumentó cuando se supo que Wanda tenía previsto viajar a Miami al día siguiente y que ya había preparado las mochilas de las niñas. Mientras algunas fuentes aseguraban que Nara buscaba dilatar el proceso, otras afirmaban que había accedido pero reclamaba seguridad jurídica. Por su parte, Icardi esperaba en un subsuelo junto a su equipo legal, frustrado y enojado, mientras las abogadas del caso subían al departamento para intentar negociar directamente.
Los testimonios recogidos por programas como Intrusos y DDM revelaron una escena escandalosa: llantos, discusiones, filmaciones como prueba judicial, y una división mediática en torno al relato de lo sucedido. La licenciada Mattera, encargada de contener a las niñas, intentó calmarlas explicándoles la dinámica de la estadía con su padre. Sin embargo, los intentos iniciales no dieron resultado.