"Los niños de ayer": Un viaje audiovisual a la infancia que marcó a toda una generación
El Museo Interactivo Audiovisual propone una experiencia inmersiva que cruza cine, memoria y cultura popular. La cita es el sábado 20 de diciembre e incluye visita guiada, feria retro, vino, empanadas y una promo 3x2 para despedir el año mirando hacia atrás.
La muestra acerca a los "niños de ayer" con recuerdos como La Cuyanita o Challaolandia.
Hay recuerdos que aparecen y no piden permiso: La calesita del Parque, Challaolandia, los circos de barrio, la Cuyanita, las revistas gastadas de tanto hojearlas y esas series de televisión que ordenaban la semana y la infancia. Todo eso vuelve a escena en “Los niños de ayer”, una propuesta del Museo Interactivo Audiovisual (MIA) que invita a revivir la niñez desde una mirada sensible, colectiva y, sobre todo, audiovisual.
La actividad se realizará el sábado 20 de diciembre a las 13 horas, en la sede del museo, ubicada dentro de los estudios de cineFilmandes, en el Distrito 33 de la Ciudad de Mendoza. La experiencia incluye una charla audiovisual, visita guiada al museo, una copa de vino, empanadas y la Feria de la Nostalgia, con vinilos, VHS, cassettes y juguetes que funcionan como disparadores emocionales inmediatos.
Museo Interactivo Audiovisual
Detrás de la propuesta está Sergio Sánchez, uno de los impulsores del museo y del trabajo sostenido de recuperación fílmica que vienen realizando desde hace dos décadas. “En el 2004 empezamos a recuperar patrimonio fílmico de acá de Mendoza. Ya llevamos 150 mil pies de películas recuperadas”, explica. Ese archivo, lejos de quedar guardado, se transforma en experiencias vivas, pensadas para circular y dialogar con el público.
El Museo Interactivo Audiovisual nació primero como una muestra itinerante que recorrió distintos espacios del país con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes. “Después montamos un museo itinerante y ahora, desde que se inauguraron los nuevos estudios Filmandes, armamos el museo adentro del estudio de cine”, cuenta Sánchez. Allí, el patrimonio se cruza con el presente y con nuevas formas de contar.
En ese marco surgen las charlas “Cine y vino”, encuentros mensuales donde se aborda un tema específico a partir de material audiovisual recuperado. “Agarramos un tema, por ejemplo el parque de antaño, y te mostramos imágenes desde 1920 hasta acá. Vamos charlando, es un ida y vuelta”, señala. La dinámica es participativa y abierta: “Se arma algo muy interesante porque la gente te tira más información por ahí de la que uno no tiene”.
“Los niños de ayer” es una edición especial de ese ciclo, enfocada en las formas de diversión infantil a lo largo del tiempo. El recorrido va desde fines del siglo XIX hasta décadas más cercanas. “Mostramos desde fotografías de Cristiano Junior de 1880, de cómo eran los juegos en la Plaza Independencia, hasta cosas más cercanas como la calesita, la Cuyanita y Challaolandia”, enumera Sánchez.
El objetivo no es solo mirar imágenes antiguas, sino activar la memoria colectiva. “Las charlas duran media hora o 40 minutos, depende del público. La gente pregunta, participa, y después hacemos la visita guiada al museo, que dura una hora”, detalla. Todo sucede en un clima distendido, con vino y empanadas como parte de la experiencia.
La actividad tiene un valor accesible y una intención clara de convocatoria. “La entrada cuesta 15 mil pesos, pero hay tres por dos. La idea es que te cueste 10 lucas venir a tomarte un vino, una empanada, divertirte, pero meter gente”, resume Sánchez, sin vueltas. El objetivo es compartir, no elitizar.
Además del público general, el museo cumple un rol formativo clave. “Tenemos convenio con la UNCuyo, la Universidad de Congreso y otras instituciones. Acá se forman chicos que hacen pasantías en patrimonio. Es la única provincia del país donde los alumnos de cine trabajan con material fílmico”, destaca. Un trabajo silencioso, pero fundamental para preservar la memoria audiovisual.
A lo largo de este año, el ciclo ya tuvo entre diez y doce encuentros, con una respuesta que confirma el interés del público. “La gente se va recontenta”, dice Sánchez. No es difícil entender por qué: en tiempos de velocidad y consumo inmediato, detenerse a mirar el pasado con otros resulta casi un acto de resistencia.
“Los niños de ayer” propone exactamente eso: frenar, recordar y compartir. La cita es este sábado 20 de diciembre, con cupos limitados. Las entradas se consiguen a través de EntradaWeb y más información está disponible en @museointeractivoaudiovisual. La infancia espera, proyectada en pantalla grande.