A dos días del inicio del juicio de Julieta Prandi contra su exmarido Claudio Contardi, la tensión en torno al caso se intensificó. Entre esas voces se sumó la de Gustavo Marchesini, exsocio de Contardi, quien detalló episodios que, según él, evidenciaban un patrón de control y sometimiento.
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El relato del ex socio de Claudio Contardi
Marchesini relató que Contardi evitaba tener bienes a su nombre, utilizaba vehículos cedidos por concesionarias y vivía de canjes gestionados por la propia Prandi. “Todo lo que hacía de negocios era Julieta”, declaró en una entrevista televisiva, aludiendo a que el empresario dependía económicamente de la actriz.
Recordó también el inicio del vínculo entre ambos: Contardi había conocido a Prandi cuando ella trabajaba en un boliche siendo muy joven; años después, tras un tiempo en España y el nacimiento de un hijo, retomó la relación con ella en Argentina.
El testigo describió un entorno restrictivo donde Prandi no tenía autonomía. Afirmó que Contardi controlaba sus movimientos, la acompañaba a todos lados, administraba el dinero y limitaba su participación en conversaciones. Según Marchesini, bastaba con una mirada suya para que la actriz se callara.
Recordó una cena en la que notó su incomodidad: “Si te juntás con alguien y tenés que medir tus palabras porque al otro le pueden caer mal, eso no es una relación”. Vinculó este comportamiento tanto a los celos como al interés económico, asegurando que Contardi “cuidaba la caja” y trataba de aislarla de cualquier influencia externa.
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Claudio Contardi y Julieta Prandi.
El testimonio de Julieta Prandi
En las últimas horas, tras la audiencia de alegatos finales, Prandi habló ante la prensa. La defensa solicitó una condena de 50 años, mientras que la fiscalía pidió 20. Durante la jornada, la actriz se descompensó al escuchar a su expareja. Con voz quebrada y gafas oscuras, expresó: “Después de decir lo que siento y la justicia que creo que merezco, pedí por seguridad mía, de mis hijos y de mi familia, que se ordenara la prisión preventiva hasta la sentencia. No fue otorgada y por eso pedimos el botón antipánico y la custodia policial”.
Prandi señaló que, aunque existe una prohibición de acercamiento y de salida del país para Contardi, no se siente segura. “Sé de lo que es capaz, sé que puede mandar a cualquier individuo. Está rodeado de gente nefasta”, afirmó, justificando su negativa a abandonar el tribunal sin protección.