La contradicción estalló. Como se puede chequear fácilmente en páginas como IMDB, los realizadores sí recibieron fondos del INCAA para sus maliciosas sátiras, desde "El ciudadano ilustre" (donde se caricaturiza la cultura de un pueblo del interior) hasta "Mi obra maestra", una burla bastante retorcida del mundo del arte. Ahora, se presentan como cruzados del “cine independiente del Estado”. En ese marco, Francella declaró que había que privilegiar el “cine popular” por encima del de autor, al que acusó de “darle la espalda al público”. Las redes no tardaron en marcar la ironía: ese cine “popular” también había sido apuntalado con subsidios.
En medio de la polémica, Carlos Pirovano, presidente del INCAA y candidato a diputado libertario, aportó una perla que rozó lo tragicómico: “No pude ir a verla porque doy clases a esa hora. Vi TikToks. Cuando ves TikToks, ves casi toda la película”.
La discusión va más allá del largometraje. El INCAA, desfinanciado hasta la inanición por la actual gestión, sigue recaudando gracias al impuesto del 10% incluido en cada entrada de cine, ya sea para ver a Francella o a Tom Cruise. Ese fondo, que en 2024 superó los 22 millones de dólares según estimaciones de Pablo O. Scholz en diario Clarín, debería garantizar aunque sea un funcionamiento mínimo del Instituto y el fomento del cine nacional. La paradoja es brutal: el Estado siempre está, incluso cuando los discursos lo niegan.
Lo cierto es que "Homo Argentum" no pasó por el circuito tradicional del INCAA, pero podría acceder al “subsidio por sala” que se otorga según la recaudación. El mecanismo está previsto en la Ley de Cine, la misma que garantiza que la producción audiovisual no quede a merced de la lógica puramente comercial.
Para complejizar esta discusión, que en última instancia sirve, más que para enfrentamientos políticos, para instruir al espectador en materia de financiación en la industria audiovisual, pedimos a tres reconocidos productores locales que nos den su visión al respecto.
Qué opinan los productores mendocinos
Ramiro Navarro (Productor y CEO de Heyeye & Frontera+): "El debate es qué política cultural queremos y con qué reglas"
Aclaro desde dónde hablo: hoy conduzco, una compañía internacional pionera en producción con inteligencia artificial, y también soy productor que trabaja en películas intencionales con plataformas globales. Esa doble mirada —industrial/comercial y artística— me hace ver que el cine necesita dos cosas a la vez: sustentabilidad económica y un semillero permanente de nuevas generaciones, que muchas veces se forman con apoyo público.
Sobre la polémica en torno a “Homo Argentum”: No entiendo, ¿qué polémica hay? Si los productores no fueron a pedir fondos al INCAA y si lo hicieron con el Cash rebate de la Ciudad de Buenos Aires o si "Homo Argentum" igual puede recibir dinero por subsidio por sala, ¿cuál es el problema? Están en su derecho en el marco de la ley. Pedirlo o no, eso es otro asunto.
El punto no es discutir esa postura, sino evitar convertirla en una regla moral. Cada película es un mundo distinto. Lo que muchos deberían preguntarse es si la película costó 4 o 5 millones de dólares, qué esfuerzos hicieron los productores para juntar ese dinero, que resultó en una producción que llevó a casi un millón de espectadores al cine y parte de ese dinero sí va a al INCAA.
El debate no es “Estado sí o no”, sino qué política cultural queremos y con qué reglas. El cine genera empleo formal, activa economías regionales y construye marca país; son externalidades que el mercado, solo, no siempre remunera. Por eso el financiamiento público debe existir, para financiar las capacidades de las nuevas generaciones, operas primas, etc., pero tiene que ser inteligente, transparente, federal, con métricas y con match de capital privado. Y, a la par, hay que fortalecer las vías privadas: coproducciones, cash rebates provinciales, marcas como sponsors, plataformas y nuevas ventanas.
No es una pelea de modelos, es un portafolio. Menos dogma y más datos, que no haya un descontrol de subsidios, sino reglas claras, rendición de cuentas, ambición global y una combinación virtuosa de capital público y privado para que el cine argentino crezca.
Ciro Novelli (director y productor de cine, Curandero Producciones): "El cine argentino se financia solo"
Muchas opiniones se han vertido ya en estos días sobre la película de impacto masivo "Homo Argentum": en primer lugar, y
como un director extra CABA, pienso que debería llamarse "Homo porteñum". La vieja mirada centralista donde las historias y personajes de CABA creen representar a todo el país.
Con respecto a la grieta instalada y en agenda, una agenda manipulada que intenta también tapar los problemas reales del país y de todo el sector cultural, si financiar el cine argentino o no, aquí algunos datos:
1- La cultura aporta también al PBI de cualquier país y región. Son aportes económicos reales, además de todo lo que implica para la identidad de un país. Como ejemplo: Madrid recaudó en el último año 7.000 millones de euros y generó trabajo para 100 mil personas en el sector audiovisual. Uruguay, más cerca de nuestra realidad, ha instalado un modelo audiovisual que genera ingresos y trabajo de forma permanente.
2- El cine es considerado por ley y por estructura comercial una industria a nivel internacional. En Mendoza, solo por mencionar dos industrias altamente
apoyadas con dinero público, se puede contar la vitivinicultura y la minería, con apoyos directos: créditos blandos para cosecha y acarreo, construcción de caminos o sistemas de riego, etc.
3- El cine argentino se financia solo y a través de una Ley del Cine de 1994. Es una mentira intencionada que le quita presupuesto a cualquier otra área sensible del país.
4- "Homo Argentum" sí recibió dinero público.
5- Para llegar hasta aquí, y poseen claramente su mérito, tanto los directores como el actor protagónico han realizado más de 20 películas financiadas por el INCAA. Incluso la ganadora del Oscar que planteó un nuevo registro actoral para Francella: "El secreto de sus ojos".
6- Todos los productores y directores argentinos que hoy triunfan en las plataformas internacionales fueron apoyados por el INCAA. Sin el apoyo a sus
primeras películas, el éxito de "División Palermo", "El Eternauta" y tantos otros no existirían. No es magia, es trabajo constante.
7- El INCAA financia un porcentaje mínimo de cualquier proyecto de cine. En el caso de "Quinografía", nuestra última película fue del 12%, y establecimos una garantía real inmobiliaria para acceder a ese apoyo. El otro 88% llegó a través de contratos de coproducción internacional, inversores privados y capital de trabajo de nuestra productora Curandero.
8- Con el presupuesto publicitario y de marketing de la última película de Disney, los directores y productores argentinos generamos 150 películas de impacto nacional e internacional, con premios y reconocimiento en todo el mundo.
Tato Moreno (director y productor de cine, Mendoza Film Lab): "La película reafirma que todo cine es político"
"Homo Argentum" recibió ayuda del estado, de un programa de impulso a la industria audiovisual de la Ciudad de Buenos Aires, contradiciendo así las versiones de las redes sociales comandadas por el oficialismo, que aseguraban que se hizo únicamente con fondos privados. "Si repites una mentira con la suficiente frecuencia, la gente lo creerá", decía Goebbels.
Mas allá de la crítica a la película, de la que ya hay suficientes publicadas, la película reafirma algo que muchos ya sabemos: Todo cine es político. Y "Homo Argentum" es clasista, es una caricatura despectiva del pueblo trabajador argentino. Es la visión de una élite frustrada que hubiera querido nacer en otro lugar y que se expresa a través del desprecio y la crueldad.
Todos esos horribles retratos del argentino a través de los dieciséis personajes, no representan a la mayoría del pueblo, sino más bien son atributos de la pequeña clase privilegiada que detenta el poder económico en este país desde sus orígenes. Los que nos quisieron siempre colonia, los que fugan la plata, los que se van a Uruguay para no pagar impuestos, los que han bajado gobiernos en complicidad con militares y medios hegemónicos, los que niegan la historia y golpean jubilados.
El verdadero rostro de este pueblo es el de una Argentina solidaria, mientras las elites se escondían en 2001, una Argentina que ganó derechos en las calles pioneros en el mundo, como la marea verde, una Argentina que ganó también en las calles la vuelta a la democracia, un pueblo acostumbrado a sufrir los embates crueles de los poderosos, pero que siempre al final renace y vuelve con más fuerza.