19 de abril de 2025 - 18:30

Dolores Solá: "Este va a ser un show especialmente tanguero"

En el escenario de la Casa Guevara, en Maipú, se presenta esta noche La Chicana. Allí el grupo grabará en vivo su nuevo disco “Puro tango”.

Este sábado, a las 21 hs, se presentará en Mendoza el grupo tanguero La Chicana, constituido por Dolores Solá y Acho Estol. El particular escenario será nada menos que la Casa Guevara, una casona colonial ubicada en el carril Urquiza Sur al 8136, de Maipú.

La Chicana es desde hace años una de las principales referencias en el tango contemporáneo, aunque, en realidad, en su propuesta musical de tangos, valses y milongas confluyen también otros géneros como la chacarera, el chamamé, la cumbia. Sus discos y conciertos combinan el contrapunto y la precisión de la música de cámara, con el desenfado y la libertad expresiva de la música popular o del rock. La Chicana ha llevado su música por ciudades como Inglaterra, Irlanda, España, Brasil, Colombia, Senegal, China, Francia, Alemania, Italia, Bélgica y EEUU, entre otras. En 2004 su disco “Tango Agazapado” obtuvo el Premio Gardel 2004 y fue distinguido por el diario El País (España), como uno de los mejores discos de tango del momento.

Las columnas principales de La Chicana son Acho Estol (compositor, arreglador, guitarrista, de formación clásica y desarrollo inicial en el rock), y la cantante Dolores Solá. Ambos fueron nombrados Miembros de la Academia Nacional del Tango y Personalidades destacadas de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.

Este sábado el público mendocino tendrá la posibilidad de verlos y será, copa de vino mediante, en ese escenario tan especial de la Casa Guevara, también llamada Misia Antoñita, por cuyos patios, galerías y jardines alguna vez pasaron otros personajes históricos como Gardel, Leonardo Favio y hasta el Che Guevara.

Para hablar de esta presentación, en la que además se grabará en vivo el nuevo disco “Puro tango”, Los Andes charló con la carismática voz de La Chicana, Dolores Solá.

—¿Cómo es el show que traen acá Mendoza?

—La idea es grabar un disco de tango en vivo. La Chicana tiene un repertorio de tango, pero también hacemos otros géneros. Lo que pasa es que Acho Estol es un prolífico compositor de tangos nuevos, que son cantados por artistas de Argentina y del mundo. Entonces La Chicana tiene como un peso dentro de lo que es el tango de la nueva era. Pero tanto en nuestros discos como en los shows el tango ocupa más o menos un tercio del show. Este show va a ser especialmente tanguero y cuando digo tanguero también hablo de milongas y valses. Y habrá otras dos cosas con un significado particular para nosotros: una es que lo vamos a hacer con músicos mendocinos invitados. Uno de ellos es Josué Geredús, en piano, que es amigo y ya tocó acá con nosotros en Buenos Aires. Y también dos músicos de su banda, Facu Ponce en el contrabajo y Gonzalo Lesta en violín. Y la otra cosa muy particular es que lo hacemos en la Casa de Guevara, que es un lugar muy querido para Acho, porque él pasó los veranos de su infancia allí y es un lugar que lo marcó muchísimo.

—¿Acho Estol es mendocino?

—Él no, pero la madre sí. Esa casa es patrimonio arquitectónico de la provincia. Desde luego que, además, contamos con el público porque en los discos en vivo el público da un vértigo, una adrenalina que no tiene en disco de estudio.

—En algunas entrevistas has señalado que Acho es más de estudio y vos más de los recitales en vivo. En este caso se va a combinar el gusto de los dos, ¿no?

—Tenemos muchos años de tocar en vivo juntos. Pero es cierto: yo soy más un animal de escenario, es una diferencia entre nosotros. Sin embargo, Acho se adapta también al vivo.

—Entonces este disco va a ser una vuelta de ustedes al tango, porque el disco anterior, Los lobos del recuerdo, es más folclórico…

—Nunca nos fuimos del tango. Siempre decimos que recogemos el guante de Gardel, porque Gardel, músico de tango por excelencia, casi el inventor del tango, tenía una amplitud a la hora de elegir su repertorio… Cantó pasodobles, fox-trots, cancionetas napolitanas, folclore latinoamericano. Gardel siempre fue audaz a la hora de armar repertorio y de grabar, virtud que no tuvieron tanto los músicos y cantores posteriores. Se murió Gardel y el tango fue encapsulándose en sí mismo, como cuidando el patrimonio del pasado, cosa que para a mi gusto lo ahogó un poco. Y en ese sentido, bueno, nosotros nos consideramos con el permiso que dio el Zorzal para que el tango conviviera con otros géneros. Además, imaginate, una generación totalmente atravesada por el rock como la nuestra, los permisos sobran. Igual La chicana no es rockera, a veces nos tildan de rockeros. En realidad lo único rockero de La Chicana es la libertad, que sobrevuela tanto en los shows como en el hecho de que sumamos en la grabación instrumentos que hemos traído de nuestras giras y que jamás antes han estado presentes en un tango.

Ahora muchísimos jóvenes están haciendo tango y haciendo que el tango conviva con el rock y eso me parece bárbaro, porque el rock nacional tuvo muchos prejuicios con el tango. La cosa de la vuelta a las raíces de los jóvenes me parece muy valiosa.

—En el último disco de ustedes, Los Lobos del Recuerdo, hay un tema que se llama Cuyanita. Me llamó la atención la letra. ¿Es tuya?

No, no, el de las letras en general es Acho. En Los lobos de recuerdo hay dos letras mías. Pero Cuyanita es una letra de Acho, cuya madre, como te decía, es de Mendoza. Él ama Mendoza y tiene toda una historia con este lugar.

La Casa Guevara

Tras el terremoto de 1861 que destruyó Mendoza y en el que murieron miles de personas, Juan Francisco Guevara decidió dejar la capital y construir para su esposa, Antonia Pleytel, una casa antisísmica, con paredes de adobe de un metro veinte de ancho, en el municipio de Maipú. En 1868 estuvo terminada la bodega, al año siguiente se inauguró la casa.

Francisco y Antonia tuvieron muchos hijos, pero fue el menor, Pepe, el que se dedicó a la enología; estudió en Italia y terminó heredando la casona y la bodega, con 60 hectáreas de viñedo. José Ramón – Pepe –Guevara, remozó la casa al estilo andaluz para lo cual trajo azulejos y diseños de Sevilla. En 1930 estuvo lista la reforma –como se ve la casa hoy en día. También introdujo desde Europa cepas importantes de uvas que acá no existían, como la chenin, que se usa para el champagne. José Guevara murió afines de los años cincuenta y lo sucedieron sus seis hijas mujeres. En los ochenta la bodega se cerró.

Años después fue vendida y hoy es un museo que cuenta con piezas únicas, como las cubas de ladrillo curvo inglés que se usaron aquí hasta 1985. La casa es patrimonio histórico de la provincia.

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