Crítica de El Eternauta: una serie que hace historia y que va más allá de la fidelidad a la historieta

CRÍTICA. Para entender El Eternauta hay que ir más allá de la discusión sobre la fidelidad con respecto a la historieta y repasar otros logros. Pero, aunque sea esa la medida, es igualmente fiel, más allá de los cambios.

La serie de Netflix El Eternauta no aparece de la nada, como una invasión que de pronto perfora la atmósfera de la tierra. No: hay una historia detrás, una larga historia que acompañó a la que probablemente sea la más importante historieta argentina, hasta este momento en que se hace realidad su traducción audiovisual. “Traducción” es una palabra apropiada para entender lo que ha hecho el director Bruno Stagnaro (Pizza, birra faso, Okupas) con esta versión en serie de El Eternauta: una adaptación que jamás podía ser exacta, una adaptación que cambia momentos históricos, lugares, nombres, edades, pero que aun así es fiel a los objetivos originales.

Y esta serie es fiel en muchos sentidos, porque instaura un producto de ciencia ficción argentino, en escenarios argentinos, con lenguaje y vicios argentinos en la trama y, al mismo tiempo, tiene el nivel de las mejores producciones del mundo.

Embed - El Eternauta | Tráiler oficial | Netflix

El Eternauta es la adaptación en seis capítulos (para su primera temporada) de la historieta escrita por Héctor Germán Oesterheld y dibujada inicialmente por Francisco Solano López, que se publicó entre 1957 y 1959 en la revista Hora Cero. Generó un impacto, se convirtió en un clásico, tuvo nuevas versiones y continuaciones, y durante décadas representó un sueño de muchos convertirla en material audiovisual. El momento llegó para El Eternauta y estamos, en ese punto, asistiendo a un hecho histórico. La serie ha sido posible porque el presupuesto que exigía ahora es accesible gracias a la tecnología digital. Y es histórico porque los resultados son notables.

La serie comienza con una nevada mortal que cae en Buenos Aires y sorprende a un grupo de amigos que están jugando al truco en la casa de uno de ellos. A partir de eso, los personajes centrales deberán afrontar la nueva realidad: el mundo está siendo destruido, ellos deben sobrevivir y, además rescatar a los seres queridos. Y descubren que, junto con la nieve letal, hay nuevos peligros, quizás peores, sean terrestres o extraterrestres.

El Eternauta
Una de las escenas iniciales de la serie El Eternauta muestra una partida de truco, llena de modismos y chistes típicamente argentinos.

Una de las escenas iniciales de la serie El Eternauta muestra una partida de truco, llena de modismos y chistes típicamente argentinos.

La serie regala, además, excelentes actuaciones, sobre todo del uruguayo César Troncoso, pero también de Ricardo Darín(quien encarna al icónico Juan Salvo) y de Carla Peterson. También tiene, por cierto, efectos especiales impactantes, especialmente los de esos paisajes de una Buenos Aires postapocalíptica que hielan el corazón.

La historia nos permite asistir al crecimiento progresivo de la madurez del personaje central y de la develación no sólo de lo que está pasando con el planeta, sino con el mundo interior del personaje central, al que vemos evolucionar en sus acciones, pero también en el descubrimiento de sí mismo.

Por eso, lo notaremos, el Juan Salvo de las primeras escenas se parece poco al del último capítulo. Y no porque se autoimponga ese crecimiento, ese cambio, sino porque es arrastrado hacia él. Encarna, así, lo que les sucede a todos los demás (aunque él, se anticipa, cuenta con algo de los que otros carecen y va más allá de ser un veterano de Malvinas). Por eso lo que vaya a pasar va a depender de todos, aunque en ese todos, de pronto, aparezcan los enemigos. Al propio Salvo le costará entenderlo, pero es el mundo (devastado, apocalíptico, "dado vuelta", como dice Favalli) es el que se lo va a hacer entender.

¿Es El Eternauta una serie perfecta? No. De hecho, tal vez haya que ser pacientes en los primeros tres episodios, no porque sean lentos ni aburridos, sino porque allí la historia va sucediendo en “modo comprensión” y es a partir del cuarto episodio cuando todo estalla y consigue su mejor nivel. También hay que decir que muchos quedarán con ansias de más, ya que la historia se extiende y requiere la ya anunciada segunda temporada.

El Eternauta ya era una de las obras literarias fundamentales de la Argentina, una pieza cargada de simbolismos sobre temas como la solidaridad, la tiranía, la mezquindad y la supervivencia. Pero ahora, con esta serie, ha dado un paso más allá. Es una historia que, a los gritos, nos ilumina (como una luz en el cielo) cuestiones del presente que vivimos. Y eso no es poca cosa.

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Posdata sonora:

La banda sonora de la película es una maravilla. No hablamos de las canciones clásicas del rock inicial de la argentina (Manal, La Pesada del Rock and Roll, El Reloj), que suenan como una gustada de los realizadores en El Eternauta. Nos referimos a la partitura original, que está compuesta por Federico Jusid. Este músico es hijo de un recordado director de cine, Juan José Jusid (que dirigió películas tan distintas como Asesinato en el Senado de la Nación y Papá es un ídolo). Atención con ese nombre: no nos extrañe que en cualquier momento lo veamos levantar un Oscar. Quedan avisados.

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