Lección tardía

Transito por el carril izquierdo de la vida, a una velocidad no aconsejable, no aprecio el entorno que me rodea, solo percibo sombras y flashes de imágenes en derredor.

No está en mí pasarme al carril del medio, no me lo permito, no está en mí, insisto en esa vorágine irrefrenable.

A veces me pregunto por qué no bajar un cambio…no puedo…la velocidad no me permite pensar, será eso lo que busco...no pensar.

En ocasiones creo que mi cuerpo no está en concordancia con mi mente, siento que mi cuerpo vigoroso está presto a responder ese ímpetu, que choca con la idea de desbarrancar en el intento.

Soy un vehículo sin dirección, sin saber dónde ir, busco en mi interior las razones que me impulsan hacerlo y no encuentro respuesta…desearía tenerlas.

Hay momentos que me pregunto hasta cuando seguirá esta carrera, no compito con nadie, solo contra mí.

Soy consciente que ello no conduce a ningún lado, me gustaría ponerle freno a esta vida tan desenfrenada.

Un día...arrebatado por supuestas urgencias, sentí un colosal estruendo ¡pum! y un silencio atronador.

Desperté en un hospital, solo...mirando el techo, me dijeron que estuve inconsciente tres meses.

La recuperación fue larga y dolorosa, solo con la perseverancia y el apoyo de la familia pude salir adelante.

Aprendí la lección tarde. Antes solo quería correr. Hoy desearía caminar…

Sergio Miguel Rovira. DNI 7.617.096.

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